
El asentamiento ilegal en Hoya del Pozo, Telde, que alberga a unas 15 personas, está viviendo sus últimos días después de que los residentes recibieran una cédula de emplazamiento por un desahucio precario. Este grupo, formado por familias y personas que han hecho de este espacio su hogar durante varios años, se enfrenta a la incertidumbre de tener que abandonar el lugar en un plazo de dos meses.
El pasado 30 de septiembre, varios vehículos de la Policía Nacional y funcionarios judiciales acudieron al asentamiento para entregar la notificación, citando a los residentes a comparecer en los juzgados. Los ocupantes viven en casetas de campaña y autocaravanas, habiendo llegado a este lugar por razones diversas, principalmente económicas. Algunos, como Miguel Ravelo, que cuida de su mujer enferma de Parkinson, afirman que el espacio les ofrece una vida más segura y tranquila que la que podrían tener en una vivienda convencional. Otros, como Pedro, un desempleado de la zona, señalan que no pueden permitirse un alquiler y sobreviven con lo mínimo en este lugar, según se recoge en un reportaje de La Provincia-DLP.
A pesar de las quejas de algunos vecinos por disturbios y problemas de convivencia, los residentes aseguran que las situaciones conflictivas, causadas por una pareja ya expulsada, se han calmado y que ahora el ambiente es pacífico. "Nos ayudamos entre nosotros y mantenemos limpia la zona", explican. Sin embargo, las quejas persisten, y el desalojo parece inevitable.
La comunidad de Hoya del Pozo ha construido su vida aquí, con jardines improvisados y estructuras sencillas que han convertido el terreno en su hogar. Entre los residentes hay personas como Rafael Gómez, quien subsiste con una pequeña pensión y teme no encontrar otro lugar donde vivir. Otros, como Inmaculada Rosales, prefieren vivir aquí, lejos de la presión familiar que, según ella, la llevó a la depresión.
Ante el inminente desalojo, los residentes buscan alternativas. Algunos consideran instalarse en el camping de Salinetas, aunque los trámites burocráticos hacen que esta opción sea complicada. Otros ven como posible destino el área de Malpaso, cerca del centro comercial Las Terrazas. Mientras tanto, siguen esperando alguna solución que les permita retrasar su desalojo y, si es posible, encontrar un nuevo lugar donde continuar con sus vidas.
La incertidumbre marca el día a día de los habitantes del asentamiento de Hoya del Pozo, quienes aguardan con ansiedad la resolución de su situación, intentando encontrar un lugar donde continuar su vida en comunidad.
Jorge Benito | Martes, 08 de Octubre de 2024 a las 12:58:34 horas
RAZAS SOLO HAY UNA : la humana
Pero si esos humanos, no son como nosotros queremos que sean, HAY QUE EXTERMINARLOS. NO PERMITIRLES que tengan un lugar donde vivir pues molestan, apestan..
Lo gracioso, POR ABSURDO, es que QUIENES SE QUEJA son los que habitan VIVIENDAS SOCIALES que le asignaron por estar en las mismas condiciones que ahora están estos infelices desgraciados.
¡¡ NI VERGÚENZA NI MEMORIA !!
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