
Leo con asombro en TELDEACTUALIDAD, el periódico que nos pone al día de todo lo que acontece en el municipio, que hay movimientos en la oposición para perpetrar una moción de censura al grupo de gobierno, para descabalgar del salón de plenos de San Juan a Ciuca y PP, un equipo que lleva poco más de un año en la gestión.
Es obvio que una moción de censura es una herramienta democrática legítima, pero en las circunstancias políticas actuales, sería una aberración precisamente democrática y una acción política socialmente censurable. ¿Por qué sostengo con contundencia estas afirmaciones?
Independientemente de la gestión del actual grupo de gobierno, sea mala, regular o buena porque opiniones hay para todos los gustos, la sociedad teldense habló con absoluta firmeza en las elecciones de mayo de 2023: votó un cambio profundo, otorgando al señor Juan Antonio Peña un triunfo claro, sin paliativos. Y también hablaron los teldenses en las urnas, sumiendo a Nueva Canarias al peor resultado de su historia.
Estos dos datos incuestionables son claves para censurar una moción de censura política y socialmente reprochable. Más allá del triunfo inapelable de Peña, que amplificó las ansias de cambio que había en la ciudad, el veredicto de las urnas del 28-M del pasado año certificó el hundimiento de Nueva Canarias, personificado en la ex alcaldesa Carmen Hernández. El 28-M sí fue una moción de censura a la línea de flotación de NC. Pero a la Nueva Canarias de Telde, porque en esos comicios NC logró un magnífico resultado a nivel insular –ganó las elecciones al Cabildo- y también en la mayoría de los municipios, con varias mayorías absolutas. Hernández y Román Rodríguez –no logró su acta de diputado en la lista regional- quedaron retratados, precisamente dos de los cargos que se oponen a la renovación del partido que lidera Teodoro Sosa, uno de los mejores políticos que tenemos en Canarias.
Los ayuntamientos, como todas las instituciones públicas, necesitan estabilidad para hacer las cosas lo mejor posible o lo menos mal posible. Por eso, que haya movimientos para desestabilizar al equipo de gobierno de Telde es despreciable, de una irresponsabilidad política que me atrevo a calificar de miserable.
Lo que tiene que hacer la oposición es dejarse de aventuras, trabajar duro, criticar sin demagogias y sentar las bases para mejorar sus prestaciones en las elecciones del 30-M de 2027.
¿Qué me oponga a una moción de censura es avalar la gestión del actual gobierno de Telde? En absoluto. De hecho, hace tan solo dos meses publiqué un artículo con motivo del primer año de legislatura y suspendía al equipo capitaneado por Peña. Sin embargo, estoy convencido –y ojalá que sea así por el bien de los ciudadanos del municipio- de que en el año 2 aprobaré la gestión porque imagino una ciudad con sus calles asfaltadas, con contendores nuevos en todos los barrios y adaptados para personas con movilidad reducida y con aceras más limpias.
A pesar de su inexperiencia, me gusta mucho el talante de Peña y seguro que los conocimientos adquiridos en el primer año se reflejarán en los próximos ejercicios. También quiero poner en valor la experiencia y la gestión de varios concejales, como Juan Martel, Artiles y el buen hacer de María Calderín.
Luis Socorro es periodista y escritor.






















Jorge Benito | Viernes, 23 de Agosto de 2024 a las 21:02:01 horas
Los concejales NO son politicos.
En los Aytos SOLO HAY GESTIÓN municipal.
La GESTIÓN MUNICIPAL está en manos de los funcionarios.
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