JOSÉ SUÁREZ MESA
Acabo de regresar de pasar unos estupendos días en Alemania y una de las experiencias que me traigo conmigo es el haber podido conducir mi coche de alquiler a toda la velocidad que daba sin temor a los radares, a la pérdida de puntos y a las sanciones de las que somos víctimas en España. Mientras observaba como me adelantaban potentes vehículos que circulaban a 210 o 220 kilómetros por hora.
Como ustedes bien saben, en Alemania no hay límite de velocidad en las autopistas (Autobahn), y resulta que en Alemania hay muchos menos accidentes que en España. Si estudiamos algunas estadísticas, vemos que en España tenemos unos datos de siniestralidad vial mejores que nuestros vecinos más próximos: las 59 muertes por cada millón de habitantes en nuestro país están por debajo de las 79 de Portugal o las 66 de Francia.
Sin embargo, estamos peor que Alemania 51, Finlandia 52, Irlanda 54 o Dinamarca 55. Los campeones de la seguridad vial europea son Reino Unido 38, Suecia 31 y Holanda 39.
Así que por lo visto, para reducir los accidentes no todo se base en los controles de velocidad. Si países como Alemania tienen menos accidentes a pesar de circular a una velocidad mucho mayor, se debe a mí entender a:
a) Autopistas y carreteras en perfectas condiciones, sin un solo bache, bien señalizadas y bien cuidadas y con buen diseño.
b) El civismo de los conductores, asignatura en la que suspendemos ampliamente en las carreteras españolas.
c) La calidad del parque automovilístico
Así las cosas en el municipio de Telde y en otros municipios de la isla, seguimos sufriendo las sanciones recaudatorias por circular muchas veces a la temeraria velocidad de 40 km/hora. El coche radar de la Policía Local se sitúa en puntos estratégicos y a horas intempestivas, en donde se sabe que es casi imposible circular con un coche a esas velocidades tan ridículas y sin importarles la situación de crisis tremenda por la que estamos pasando, imponen sanciones recaudación que desestabilizan totalmente la paupérrima economía de los ciudadanos.
En las autovías y autopistas pasa otro tanto, aunque aquí los encargados de las sanciones son otros cuerpos de seguridad. Mientras, el pueblo cada día se siente más oprimido por esta casta política de caraduras sin pudor. Cada día nos enfrentamos a una nueva prohibición, a una nueva ordenanza, a un nuevo impuesto recaudatorio. Así cada día todos somos potencialmente infractores, vivimos vigilados, oprimidos y a cambio ¿que recibimos? ¿Que nos da nuestra clase política? Pues en el caso de Telde tenemos carreteras llenas de baches, socavones como cráteres, pasos de cebra sin pintar, y unas condiciones municipales propias de un país tercermundista, solo somos europeos a la hora de pagar impuestos y multas, por cierto, las multas en España son mucho más elevadas que en otros países del entorno.
José Suárez Mesa es vecino de Telde.
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