TELDEACTUALIDAD
Telde.- Los alumnos del Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) Telde Casco han realizado el belén navideño 2015-2016, dedicado en esta ocasión al barrio de San Gregorio y con el que se adjunta la historia de este núcleo. Al mismo tiempo, el trabajo sirve para investigar y compartir la historia cultural y patrimonial de Los Llanos, muy próximo a la ubicación del centro.
Otra actividad fueron las labores realizadas por los alumnos con la materia impartida de Trabajo y Sociedad, concretamente la construcción de casas o viviendas. La tercera actividad desarrollada fueron camisetas pintadas contra la violencia de Género.
Historia del núcleo
Lo que popularmente se conoce con el nombre de San Gregorio no es otra cosa más que Los Llanos de Jaraquemada (1485-1489), llamándose así a las tierras ocupadas por el citado conquistador, quien resultó beneficiado en los primeros repartimientos de la Conquista. Gonzalo era lugarteniente de Pedro de Vera y construyó un ingenio en la zona debido a la riqueza de sus tierras y abundancia de agua. En este siglo XV, el conquistador Alonso Rodríguez de Palencia funda la ermita de San Gregorio.
Entre 1600-1700, Los Llanos sería un lugar de referencia para el asentamiento de aparceros, medianeros, libertos, esclavos y pequeños artesanos. Una parte sustancial de esta población se ubicó allí atraída por la posibilidad de trabajar en las parcelas de los principales hacendados, de ocupar la servidumbre o de abastecer a aquel vecindario con sus elaboraciones artesanales, fue conocido entonces como Llanos de la Berbería.
La ermita de San Gregorio se vería agrandada y reconstruida en sus dimensiones gracias a las aportaciones de su vecindario en 1700. Este barrio experimentó una gran notoriedad, acentuando su función comercial y aumentando su población, de modo que en 1848 se declara parroquia la ermita de San Gregorio, que entonces superaba en población a su matriz San Juan.
En Los Llanos, el crecimiento del barrio estuvo mediatizado por sus propios habitantes que crearon un dédalo de calles irregulares y estrechas adaptándose a la extensión de los solares, a las parcelas de cultivo existentes y a la capacidad de inversión de una población humilde.
El barrio es nominado así por su majestuosa iglesia de traza neoclásica, cuyas obras se iniciaron en 1777 y se alargaron hasta 1886. En su interior destacan retablos neoclásicos, obras de Arencibia Gil custodian un legado escultórico de notable relevancia, destacando la imagen de San Gregorio Taumaturgo, obra de José Luján Pérez y la magnífica talla de candelero de Nuestra Señora de los Dolores realizada a finales del siglo XIX por Silvestre Bello. En el pequeño museo de esta parroquia hay objetos de gran valor histórico como un relicario de San Antonio María Claret así como el báculo y la mitra del Obispo Codina.
La actual iglesia se ubica donde estuvo la ermita. Está situada en la Plaza de San Gregorio, centro neurálgico y social de este populoso barrio de comerciantes con su kiosco de la música. Hay edificaciones de todo tipo, casas de 2 plantas con labor de cantería en puertas y ventanas realizadas bajo arcos de medio punto y desarrollados en altura, edificaciones de la burguesía mercantil donde establecían sus comercios.

































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