Atentado en San Juan: Alumbrado Público perfora la plaza parroquial para fijar la decoración navideña

La Concejalía de Alumbrado Público, que tutela el edil Juan Francisco Artiles (Más por Telde)  y la empresa concesionaria del servicio, Elecnor, han protagonizado un grave atentado contra el patrimonio histórico de Telde al perforar el pavimento de cantería gris de la plaza parroquial de San Juan para anclar elementos de la decoración navideña. La actuación se ha ejecutado sin conocimiento ni autorización de la Alcaldía ni de la Concejalía de Patrimonio Histórico.

Perforaciones en pavimento protegido
Según ha podido confirmar TELDEACTUALIDAD, se han realizado seis perforaciones —dos por cada pieza metálica iluminada— para fijar al suelo tres coronas navideñas, además de dos nuevos taladros para anclar el cartel indicativo de la Ruta de la Navidad. La intervención se justificó para evitar desplazamientos por el viento, pero se ha hecho a costa de dañar un pavimento histórico del entorno BIC de San Juan.

Desconocimiento institucional
Tanto el alcalde, Juan Antonio Peña, como el concejal de Patrimonio Histórico, Juan Martel, desconocían por completo la actuación y se enteraron hace unos minutos por TELDEACTUALIDAD. La sorpresa e indignación han sido compartidas por el cronista oficial de la ciudad e historiador, Antonio María González Padrón, que ha calificado los hechos de "inadmisibles" en un entorno de máximo valor patrimonial.

Un patrón que se repite
El episodio recuerda a la polémica de octubre, cuando operarios taladraron el frontis de la Casa León y Joven, inmueble protegido del conjunto histórico de San Juan, para colocar cartelería  de un evento artístico, tal y como avanzó este periódico digital. Aquella actuación motivó la denuncia pública de ADEPATEL, la intervención de la concejala no adscrita Pilar Mesa ante la Comisión Insular de Patrimonio y severas críticas por vulneración de la Ley 11/2019 de Patrimonio Cultural de Canarias.

Exigen responsabilidades
Colectivos patrimonialistas y vecinos reclaman explicaciones inmediatas, la reparación de los daños y la depuración de responsabilidades. Insisten en que no todo vale en nombre de la decoración o la programación navideña y que cualquier actuación en un entorno histórico debe contar con autorización previa y supervisión técnica. “Promover la cultura no puede hacerse destruyendo el patrimonio”, advierten.