Los manifestantes señalan a las jaulas marinas como causantes del problema medioambiental/TA.Mientras las gaviotas ocupan el espacio donde antes se apretaban las sombrillas, Telde sigue sin respuestas claras sobre la mayor crisis ambiental que ha vivido en décadas. La mortandad masiva de lubinas, el cierre prolongado de Melenara y Salinetas y el desplome económico de la zona están dejando al descubierto no solo una emergencia sanitaria, sino una cadena de silencios, versiones enfrentadas y sospechas que apuntan —con cada vez más fuerza— al funcionamiento de las jaulas marinas.
La falta de información fiable sobre la contaminación que mantiene cerradas las playas de Telde desde octubre ha encendido las alarmas vecinales y económicas. Según recoge CanariasAhora, la ciudadanía denuncia un vacío informativo que contrasta con el impacto directo en la vida del municipio: negocios paralizados, turistas cancelando reservas y vecinos frustrados ante una situación que parece enquistarse.
En este escenario surge la voz de José Manuel Espiño, educador ambiental, fundador de Turcón–Ecologistas en Acción y referencia del ecologismo local. A sus 69 años, Espiño, que es vecino de Salinetas, no duda en señalar un origen plausible y, a su juicio, evidente: la acumulación de residuos orgánicos bajo las jaulas marinas, que, combinada con las altas temperaturas registradas en esas fechas, habría favorecido la generación de sulfuro de hidrógeno, un gas extremadamente tóxico para la fauna marina.
“Esto, si no está muy bien regulado, si no se limpia el fondo y si no está alejado de la costa, es una ruina para los mares”, afirma. Lo compara con episodios similares registrados en Noruega, líder mundial en acuicultura, donde la mala gestión de residuos en piscifactorías ha provocado mortandades masivas de salmones.
Espiño recuerda, además, que días antes del desastre un trabajador de Aquanaria advirtió riesgos biológicos en las jaulas —tal y como avanzó TELDEACTUALIDAD—, un dato que aviva aún más las sospechas sobre el origen real del episodio.
Mientras tanto, el paisaje en Melenara y Salinetas habla por sí solo: socorristas vigilando para que nadie entre al agua, negocios a medio gas y vecinos que no recuerdan un mes tan devastador. La portavoz de la plataforma ciudadana por un litoral limpio insiste: “falta información fiable por parte de las administraciones”.
La batalla por el relato continúa. Aquanaria defiende que un vertido “de apariencia química” procedente de un emisario municipal mató a las 1.500 lubinas. El Ayuntamiento lo niega tras varios análisis y la Fiscalía investiga el caso.
Sin embargo, entre la población gana terreno otra idea: las jaulas marinas, situadas a poco más de 400 metros de la costa —en una zona prohibida para la acuicultura desde 2018—, han generado durante años un impacto silencioso que ahora ha estallado.
Espiño lo resume de forma tajante: “El letrero de ‘Jaulas No’ no es un capricho. Se nos acaba el único bien activo que tenemos: nuestras aguas y nuestras playas. Y están llevando a la gente a la ruina”.
Aquanaria mantiene que todo está “limpio” desde hace semanas, pero el mar y la arena cuentan otra historia. Las playas permanecerán cerradas “hasta nuevo aviso”.
rafacan | Domingo, 07 de Diciembre de 2025 a las 11:10:16 horas
Totalmente de acuerdo, yo añadiría que queda claro con esta situación que sufrimos que el diálogo y las manifestaciones pacíficas y politicamente correctas como la que yo promoví en agosto con motivo del estado lamentable de la rambla de salinetas, no sirven para NADA, a estos políticos INEPTOS que tenemos a nivel municipal , insular y regional hay que exigirles responsabilidades, actuaciones y no darles ni el más mínimo respeto , tolerancia 0 con ellos, y no tienen verguenza cuando se atreven a estar en otros actos del municipio como si nada como sI en el municipio no hubieran otras cosas más importantes que resolver. Y ya veremos que abrirán las playas diciendo que ya no hay peligro ni contaminación y las Jaulas seguirán ahí, por lo que tendremos que pasar a medidas no pacíficas y que este elenco de políticos que tenemos las sufran.
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