
La empresa Aquanaria, dedicada a la acuicultura marina y con concesiones frente a las costas de Melenara y Salinetas, ha confirmado oficialmente lo avanzado días atrás por TELDEACTUALIDAD: la alta mortalidad de peces registrada en sus jaulas en las últimas semanas tiene su origen en un vertido industrial detectado a comienzos de octubre en aguas próximas al emisario submarino municipal número 222, frente a Melenara.
Esa mortandad provocó un olor nauseabundo a pescado podrido perceptible en la costa próxima y una capa aceitosa en el mar que llegó a la orilla de las playas..
Según un comunicado remitido por la compañía, el episodio ha tenido “consecuencias devastadoras” sobre los cultivos marinos y ha provocado pérdidas directas estimadas en más de 15 millones de euros, sin contar los costes de gestión ambiental ni los daños reputacionales sufridos.
El vertido y las primeras alertas
El 3 de octubre, un pescador local alertó a personal de la empresa sobre la presencia de un vertido de aspecto químico en las inmediaciones del emisario, indicando que podía estar afectando a las jaulas marinas. Desde ese mismo día, el equipo técnico de Aquacanaria detectó “un cambio abrupto en el comportamiento de los peces y en las condiciones del agua”, activando sus protocolos internos de emergencia y vigilancia ambiental.
En los días siguientes se constató una mortalidad masiva y progresiva en los peces, confirmándose la naturaleza exógena del episodio, es decir, causada por un agente externo. Una de las concesiones afectadas —la ubicada frente a Melenara— se encontraba en proceso planificado de vaciado por razones sanitarias y administrativas, con el 60% de su capacidad operativa al momento del incidente.
Quince avisos sin respuesta
Aquacanaria asegura que ha actuado con “total transparencia y responsabilidad”, informando desde el primer momento a todas las autoridades con competencias ambientales y sanitarias. El 9 de octubre, la empresa presentó un escrito oficial al Ayuntamiento de Telde informando de los hechos y solicitando la adopción de “medidas urgentes de inspección, control y prevención”.
Desde entonces, afirma haber reiterado sus comunicaciones en quince ocasiones adicionales, sin recibir contestación ni constatar “ninguna actuación técnica o política visible” por parte de la corporación local.
La compañía señala que mantuvo contactos telefónicos con el técnico de Playas y con la vicealcaldesa y concejala del área, María González Calderín, a quienes trasladó la gravedad del episodio y la sospecha de que el vertido procediera del emisario gestionado por la Empresa Mixta de Aguas de Telde. Sin embargo, lamenta que ni el alcalde Juan Antonio Peña ni otros responsables municipales hayan ofrecido respuesta o visitado las instalaciones afectadas.
Denuncia ante el SEPRONA y la Fiscalía
Ante la falta de reacción institucional, la empresa presentó una denuncia ante el SEPRONA de la Guardia Civil, posteriormente trasladada a la Fiscalía de Medio Ambiente de Las Palmas de Gran Canaria, para que se esclarezcan los hechos, se identifique a los responsables y se determinen las posibles responsabilidades penales y administrativas.
Aquacanaria denuncia haber asumido en solitario la gestión medioambiental y sanitaria de la emergencia, movilizando todos sus recursos humanos, técnicos y económicos “para contener los daños y garantizar la seguridad ambiental”.
Pérdidas millonarias y malestar empresarial
El informe interno de la compañía estima que las pérdidas por mortalidad de peces en talla comercial superan los 15 millones de euros, a los que habría que sumar los costes de tratamiento y transporte de residuos, así como los perjuicios derivados para su reputación y contratos internacionales.
“Somos la principal víctima de este vertido, no su causante”, advierte la empresa, expresando su malestar por la pasividad del Ayuntamiento de Telde y criticando que desde la Alcaldía se hayan realizado declaraciones públicas insinuando “la necesidad de tomar decisiones” sobre las jaulas marinas sin tener en cuenta el origen del problema.
Riesgos para la salud pública
Aquacanaria recuerda que, tras detectar el vertido, alertó de inmediato a las autoridades locales por los posibles riesgos para la salud pública y el medio marino, debido a la proximidad de zonas de baño, la potabilizadora municipal y áreas de pesca artesanal.
“Durante casi un mes hemos soportado solos una catástrofe ambiental y económica”, subraya la empresa, que lamenta no haber recibido “ninguna muestra de colaboración ni contacto institucional” pese a las reiteradas alertas.
Llamamiento a la transparencia
En su comunicado, la compañía reitera su voluntad de colaboración con todas las administraciones y su compromiso con la sostenibilidad y el cumplimiento normativo. No obstante, exige una “reacción institucional urgente, transparente y coordinada” que permita esclarecer lo ocurrido, depurar responsabilidades y evitar que un episodio similar se repita.
El incidente continúa bajo investigación por parte de las autoridades competentes, mientras la empresa mantiene los procedimientos de control ambiental y sanitario en sus concesiones."Queremos que se sepa toda la verdad y que se proteja nuestro entorno costero. Telde necesita seguridad ambiental, no silencios administrativos”, concluye el comunicado.



















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