Hace de esto algunos años, recaló en el puerto de Santa Cruz de Tenerife un barco muy especial. Impulsado por energía eólica pero no llevaba velas, sino cuatro cilindros rotatorios. Por razones laborales no pude visitarlo correspondiendo a la amistosa invitación del delegado de ENERCON, empresa fabricante de aerogeneradores síncronos (bastantes de los instalados en las islas son de esa marca). Pero la también amiga curiosidad me invitó a seguir la noticia. Habían encargado la construcción de varios barcos, movidos por ventosa tecnología, para transporte de sus aerogeneradores. Su inusual aspecto y diseño pueden conocerlo en las fotos 1 y 2.
Ya que de barcos se trataba, lanzado a la aventura navegué por las procelosas aguas del internet ese y vean lo que encontré:
La tecnología de Rottor de Anton Flettner utilizaba el efecto Magnus que conocí en mis estudios de ingeniería.
Aplicada ahora a un barco; el Baden-Baden (también conocido como Buckau) roza las aguas de Kiel, astilleros Germania. Y en mayo de 1924 realiza su primera singladura. Más tarde, en 1926 cruza el océano Atlántico y arriba a Nueva York el 9 de mayo. Respecto a los buques de vela tenía una ventaja al orzar en una franja por debajo de los 45º. Llevaba un motor auxiliar Diesel con el fin de compensar los tiempos de calma chicha (favor de no confundir con tramos temporales de la política de la isla de enfrente…)
La técnica de Flettner multiplicaba por 10 la eficacia del velamen cásico. Esto es, 1 m2 de rotor posee una potencia equivalente a 10m2 de tela de una vela, ya tenía tela la cosa….
OTRO SI:
El arcipreste de Málaga Andrés Coll coordina y publica un documentado librito en 1933 sobre el Villa Cisneros de 1932. Fue junto a otro centenar y medio de militares y civiles, uno de los deportados por la Sanjurjada contra la República en 1932 (ensayo del posterior alzamiento de 1936). La prolija descripción mediante croquis y fotos que acompañan el texto me sorprendió con la evidencia de un, por ellos denominada, AEROPLAYA. Antecesor de las velas aeroterrestres de nuestros días.
De modo que este libro titulado VILLA CISNEROS, es como un túnel del tiempo que trae al presente algo del pasado. ¡La pólvora ya está inventada!
Reflexión de Fernando Ojeda Pérez, ingeniero industrial y ciudadano de Telde.
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