
Lo que vimos anoche en Agüimes no fue un simple concierto. Fue un reencuentro con la memoria colectiva de Canarias, un viaje de emociones que solo un artista como Braulio es capaz de provocar. Había expectación desde días atrás, cuando se agotaron las entradas en apenas tres jornadas. Y anoche, frente a unas 2.000 personas entre el Teatro Auditorio y la carpa instalada en la plaza contigua, comprendimos por qué este homenaje tenía que ser así de grande.
Braulio subió al escenario con la misma vitalidad y cercanía de siempre. Y aunque el tiempo marca ya casi ocho décadas en su vida, no le resta ni un ápice a esa fuerza interpretativa que lo ha convertido en referente indiscutible de nuestra música. Sonaron canciones como Lolita Pluma, Sobran las palabras o Tentación, piezas que son más que melodías: son fragmentos de nuestra historia reciente, recuerdos compartidos que el público coreaba con emoción contenida.
Lo que vimos anoche también fue generosidad. Braulio no estuvo solo: Los Gofiones, Los Sabandeños, Germán López, Cristina Ramos y Benito Cabrera se unieron a la celebración, aportando talento y complicidad. El cénit llegó con Patria canaria, interpretada por todos, en una escena que fue más que música: fue símbolo, fue orgullo y fue identidad.
Confieso que hubo momentos en que me limité a observar alrededor. Veía lágrimas, sonrisas, aplausos que parecían no acabar. Había familias enteras, mayores que crecieron con sus canciones y jóvenes que descubrían la fuerza de un legado vivo. Y pensé: esto es lo que hace a un artista grande, ser capaz de unir generaciones en un mismo latido.
Lo que vimos anoche en Agüimes fue un acto de justicia poética. Un reconocimiento en vida a alguien cuya voz forma parte ya de nuestro patrimonio emocional. Y agradecí que Televisión Canaria lo estuviera grabando, porque este concierto merecía trascender las fronteras del municipio.
Y no quiero cerrar estas líneas sin un agradecimiento personal a quienes hicieron posible esta velada histórica: la productora Camino Viejo, el Ayuntamiento de Agüimes, el Instituto Canario de Desarrollo Cultural, el Cabildo de Gran Canaria con su proyecto La isla de mi vida, y el Gobierno de Canarias a través de la Viceconsejería de Cultura. Su apuesta conjunta permitió que este homenaje se convirtiera en un acontecimiento que nos recordó que Braulio no solo canta: Braulio nos recuerda quiénes somos.
Y lo que vimos anoche quedará grabado como una de esas noches que uno no olvida fácilmente.
Carmelo J. Ojeda Rodríguez es director de TELDEACTUALIDAD y VALSEQUILLOACTUALIDAD. Es catedrático de Geografía e Historia, fue redactor de Canarias7 y posee un Máster en Comunicación y Periodismo Digital.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.130