
Un buen dirigente debe velar por el bien de su pueblo a medio y largo plazo al adoptar decisiones. Ahora que se vislumbra que, más temprano que tarde, llegará la paz (demediada territorialmente) en Ucrania, toca preguntarse: ¿qué ha ganado el país con todo eso? Pues nada, nada de nada. En su momento, cuando Rusia agrupó sus fuerzas al lado de la frontera ucraniana, y la amenaza iba en serio, incluso mucho antes de todo esto, tocó que Ucrania y Rusia abordasen la necesidad de reorientar legítimamente, urnas mediante, qué hacer con las regiones fronterizas de Ucrania con Rusia que históricamente ha basculado de una nación a otra o, directamente, hay una presencia rusa destacada. Había debate, como lo hubo con Crimea con la anexión que hizo Moscú en 2014: Nikita Kruschev la transfirió en 1954 de la Unión Soviética a Ucrania, que precisamente pertenecía a la esfera soviética; era, por tanto, una cuestión interna.
Volodímir Zelenski no meditó el ambiente preguerra que iba en serio, a la par que fue instrumentalizado por Estados Unidos. Hubo cambio en la Casa Blanca, y la Administración Trump lo ha dejado tirado. Y antes, la demócrata, con el presidente Joe Biden, usaba a Zelenski como elemento para desgastar a Vladímir Putin, y listo. Pero Estados Unidos sabía desde el primer instante que Zelenski nunca iba a ganar la guerra a una potencia nuclear. Mas al imperio estadounidense le interesa a Ucrania como peón molesto junto a Rusia.
Las lógicas imperiales en los conflictos geopolíticos tienen sus propias reglas. ¿Acaso a Estados Unidos le gustó que la Unisón Soviética desplegara misiles en Cuba? En 1962 se estuvo a un paso de desatar un conflicto nuclear; fue uno de los puntos por excelencia de la Guerra Fría. La Administración Kennedy replegó su armamento en Turquía, a cambio de que los soviéticos hicieran lo propio, quitando los misiles nucleares, en la isla de Fidel Castro. “¡Nikita, mariquita, lo que se da no se quita!”, coreaba el pueblo cubano; otra expresión ilustrativa del machismo-leninismo (ironía del marxismo-leninismo) de la revolución cubana.
Ucrania está destruida y se han perdido numerosas vidas. ¿Para qué? Para nada. Y así desde 2022 para que, en la actualidad, Trump y Putin acuerden (y para mal de Ucrania) lo que Zelenski pudo evitar; aunque fuese entonces mal visto. Pero un gobernante está para las duras como para las maduras. Claro que no tiene un pase la invasión de Rusia que menoscabó el Derecho Internacional. Mas la realidad política en estas latitudes no se ciñe a la letra de la ley; otra vez, la lógica imperial hizo de Ucrania una víctima entre potencias que, encima, Zelenski redobló en el desatino.
Mafersa (Manuel Fernández Sarmiento) | Domingo, 24 de Agosto de 2025 a las 08:50:29 horas
Joe Biden, usaba a Zelenski como elemento para desgastar a Vladímir Putin, y listo. Totalmente de acuerdo.
La UE no cuenta con unas fuerzas armadas independientes, pues en la OTAN, quién toma las decisiones, por su mayor aporte económico y fuerzas armadas, son los EEUU de Norteamérica. Esto nos ha llevado a una situación límite contra Rusia, poniendo a la UE en riesgo de una guerra contra esa nación, que, no olvidemos se encuentra en nuestro mismo continente euroasiático.
Por otra parte, EEUU impone suspender la compra de gas ruso por parte de la UE, para vendernos el de ellos a un precio mucho más elevado.
Casualmente, "alguien" dinamitó el gasoducto submarino por el que se suministraba el gas ruso a la UE.
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