
Cada vez más la estancia de Pedro Sánchez en La Moncloa se asimila más a la última legislatura de Felipe González (1993-1996). No se trata de entrar en calibrar o detectar matices, pues siempre hay diferencias, y las hay de aquello a lo de ahora. Lo que es evidente es que el círculo sobre Sánchez se estrecha. Y, pase lo que pase en la vía judicial, la opinión pública agolpa: los asuntos de la mujer, del hermano, la comparecencia de José Luis Ábalos ante el Tribunal Supremo y, se añade, la de Santos Cerdán. Es decir, dos secretarios de Organización del ‘sanchismo’ están implicados presuntamente en corruptelas nada éticas o directamente en la corrupción: Ábalos (2017-2021) y Cerdán (2021-2025). Ambos con mando en Ferraz, arrojan en el presente titulares dantescos que hipotecan a Sánchez; con independencia de lo que se dirima en sede judicial.
Por otro lado, el intento de Sánchez de establecer un cortafuegos al alejar a Ábalos del Gobierno y del partido, de nada le ha servido en la medida que Cerdán prosigue la misma línea. Por consiguiente, las personas de confianza de Sánchez merman al presidente y carcomen al PSOE. Este es el grupo que aupó a Sánchez cuando se enfrentó al aparato del PSOE y su estructura imperante desde la Transición. Es más, sobresale que pudo haber amaños en las primarias; dadas las noticias conocidas ayer. Menudo equipo, menuda categoría... impropia no solo para unas siglas de gobierno sino, incluso, que son inescindibles a la reciente Historia de España.
Esta es la fotografía del Peugeot 407. Además, lo de Ábalos y Cerdán desdibuja por completo la intencionalidad de borrar la corrupción que sirvió como detonador para presentar la moción de censura contra Mariano Rajoy en 2018. Siete años después, afloran las supuestas comisiones y demás obrar de baja estofa.
Todo esto deja en una posición complicada a Sánchez. Paradójicamente, no ha sido Carles Puigdemont quien lo ha hecho, como se especulaba desde el inicio de este mandato, sino sus correligionarios de más confianza. No tiene un pase. Así las cosas, Felipe González y Alfonso Guerra pueden haberse equivocado, pero también aciertan (y mucho). Otra cosa es que su PSOE ya no exista. Piden adelantar las elecciones generales, aunque otean que tampoco hay solución a la que agarrarse. Rota la alternancia sin más bipartidista, es precisamente esta la baza que le queda a Sánchez. Querrá aguantar. Pero lo tiene difícil porque se seguirán conociendo más detalles. Y lo más importante para el sistema político: el PSOE debe transcender a Sánchez. Esperemos que así lo tenga asumido o, de lo contrario, será malo para el centroizquierda y el funcionamiento constitucional en España.
ALBERTO SANTANA | Lunes, 16 de Junio de 2025 a las 10:02:29 horas
Estamos en la Apolitica,todo el poder tiene por defectos-granos-
Lo q hay q ver es si la balanza esta equilibrada o no.Beneficios y Perdidas,bien comun o privado.electricistas o fontaneros.Ahora bien estamos en democracia,libertad y España lo peor q tiene son los Politicos que solo velan por intereses.
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