
Este viernes, el corazón deportivo de Telde volvió a latir al ritmo de los recuerdos y la camaradería. Dieciséis históricos de la Unión Deportiva Telde, entre exjugadores y exdirectivos, celebraron un almuerzo fraternal en el restaurante La Cantina, ubicado en el local social del barrio de La Breña, un lugar de comidas caseras con sabor auténtico gracias las recetas familiares preparadas con cariño por Lidia Ortega.
El encuentro fue mucho más que una comida: fue un homenaje no oficial, pero profundamente sentido, a una etapa de oro del fútbol local. Durante horas, quienes un día defendieron con pasión los colores en el también histórico campo de El Hornillo, luego rebautizado como Estadio Municipal Pablo Hernández, o desde los despachos del club, compartieron recuerdos, risas y también silencios de nostalgia por compañeros que ya no están o por épocas difíciles, pero intensamente vividas. “Fue un reencuentro muy especial. Algunos hacía años que no nos veíamos, pero bastaron unos minutos para que todo volviera a sentirse como entonces, como en el vestuario”, comentó uno de los asistentes, visiblemente emocionado.
Durante el almuerzo se evocaron momentos míticos de la historia de la UD Telde: ascensos celebrados con la afición, partidos inolvidables en la fase de ascenso a Segunda B, entrenadores carismáticos y temporadas de esfuerzo en condiciones complicadas. También hubo tiempo para recordar las tardes de grada repleta, los viajes interminables en guagua, las lesiones, los goles, y sobre todo, el espíritu de lucha que siempre caracterizó al club.
Más que fútbol: un sentimiento compartido
Lo que unió a estos dieciséis hombres no fue solo el fútbol, sino un vínculo emocional construido con años de esfuerzo, compromiso y amor por la camiseta. Muchos de ellos continúan ligados de algún modo al deporte, como espectadores fieles.
Este tipo de encuentros se han vuelto cada vez más necesarios y valorados, especialmente cuando los años pasan y las vivencias compartidas se convierten en testimonio vivo de una parte importante del tejido deportivo e incluso social de Telde. “El fútbol ha cambiado mucho, pero lo que vivimos en la UD Telde es irrepetible. Por eso este tipo de almuerzos son tan importantes, para no olvidar lo que fuimos y todo lo que se logró”, subrayó otro de los participantes.
Al final de la jornada, no faltaron los brindis por el pasado, el presente y la esperanza de un futuro donde la UD Telde pueda seguir siendo referente, no solo en lo deportivo, sino como símbolo de unidad e identidad para generaciones futuras.
La UD Telde no es solo un club. Es memoria colectiva, es pasión y es historia viva de la ciudad. Y este viernes, en La Cantina de La Breña, esa historia volvió a escribirse con risas, abrazos y mucha emoción.































Lucía | Viernes, 06 de Junio de 2025 a las 22:26:03 horas
Qué bonito encuentro! Un beso al cielo por alguien que lo hubiera disfrutado mucho.
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