Statistiche web
El tiempo - Tutiempo.net
695 692 764

Lunes, 22 de Septiembre de 2025

Actualizada Lunes, 22 de Septiembre de 2025 a las 12:46:45 horas

Primera Plana

Nueva esperanza

Columna de Rafael Álvarez Gil

RAFAEL ÁLVAREZ GIL 1 Sábado, 10 de Mayo de 2025 Tiempo de lectura: Actualizada Sábado, 10 de Mayo de 2025 a las 07:06:39 horas

Este jueves por la tarde Roma brindó otro regalo. Un papa que nació en Estados Unidos, que conoce Suramérica, pues fue obispo en Perú, que gozó de la confianza de Francisco y que tiene tablas doctrinales. Probablemente, no ofrecerá la espontaneidad bonachona del jesuita y argentino, pero Robert Francis Prevost bebe de él. Es joven, tiene 69 años. Habrá continuidad con el papa Francisco, y también (como es debido) con la Iglesia católica.

[Img #1017475]
El mundo recibe con alegría al agustino. Llega en un momento de enorme incertidumbre en las relaciones internacionales, con la guerra en Ucrania y el genocidio contra el pueblo palestino en Gaza, más las tiranteces entre Estados Unidos y China. Tenemos, otra vez, el don de oportunidad. Justo cuando la Administración Trump está dando patadas en el tablero, León XIV será visto desde la Casa Blanca como un igual al otro lado del Atlántico. Y si Donald Trump no lo hace, sabe que enseguida habrá contestación social pues la sociedad estadounidense es profundamente religiosa. El cónclave es sabio. 


A su vez, tendrá presente la doctrina social de la Iglesia. La pobreza, la desigualdad, la necesidad de poner cuando menos rostro humano al capitalismo, si es que fuese posible, como el reparto de la riqueza, son elementos estructurales en Suramérica. Y León XIV lo ha vivido de cerca. Que su largo pontificado otorgue numerosos frutos a la Iglesia católica y a la comunidad internacional. Que la paz sea un mensaje permanente desde Roma, no hay duda que será así. León XIV tendrá en ristre la misma Iglesia católica como hospital de campaña que nos demandaba el papa Francisco. Renace la esperanza. La noticia es recibida con alegría fraternal.


“El mal no prevalecerá”, enorme transcendencia contiene sus palabras. El mal no es sin más una alegoría o mito al que aludimos con frecuencia sino que se encarna en terceros o nosotros mismos si no nos guiamos con la buena conducta. El pecado carcome a la persona, mina el alma. Aleja a Dios. Y, además, vuelve con frecuencia en cualquier momento si perdemos de vista el orden de las virtudes. La rectitud en el obrar cotidiano es medicamento vital para afrontar todo aquello que no nos conviene y que nos separa de la vida en su máxima plenitud. Si hay mal, no hay esperanza. Si hay mal, no hay amor. León XIV nos lo ha recordado a la primera.

(1)
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.44

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.