
La desesperación y la incertidumbre marcan el día a día de Raquel María Ortiz Alonso, una madre de dos hijos que vive en in inmueble de la calle Chopín en el barrio teldense de La Herradura, y que semanas atrás denunció públicamente que su casero le ha cortado la luz para forzarla a abandonar su vivienda. Sin trabajo y con una prestación social como único ingreso, sobrevive en un piso sin electricidad, iluminándose con linternas a pilas y recargables, mientras lucha por encontrar una solución para su familia.
"No es muy raro que nadie se haya preocupado más por nosotros? Me siento sola, totalmente desamparada, sin ayuda, sin apoyo de ningún tipo, viviendo con linterna a pilas y recargable. Esta situación es injusta e inhumana", confiesa Raquel a TELDEACTUALIDAD, medio que fue el primero en sacar a la luz su caso.
Un alquiler lleno de irregularidades
Raquel alquiló el piso hace más de un año, sin embargo, hace poco el propietario le exigió que lo abandonara, argumentando que el inmueble no cuenta con cédula de habitabilidad. Ante la negativa de la mujer, la situación se tornó más tensa y, según denuncia, recibió amenazas.
"Me dijo que le daba igual que yo tuviera que vivir con mis hijos en un coche", relata esta madre. También asegura que el casero llegó a advertirle de que "la palanca de la luz podría prenderse fuego y afectar al conjunto de la casa", en lo que interpreta como una forma de presión para que abandone la vivienda.
Además, Raquel ha descubierto que el contrato de alquiler no estaba a nombre del propietario, sino de otra persona, y que durante meses pagó la mensualidad en efectivo a una mediadora, sin realizar ingresos bancarios. Solo con el tiempo pudo conocer al verdadero dueño del piso, quien además habría utilizado la misma táctica con otra inquilina, una mujer de nacionalidad italiana que terminó marchándose tras el corte del suministro eléctrico.
Sin luz y sin respuesta de las instituciones
La falta de suministro eléctrico ha convertido la vida de Raquel y sus hijos en una auténtica pesadilla. Sin electrodomésticos, sin agua caliente y sin luz para realizar las tareas diarias, cada noche se enfrenta a la oscuridad con una linterna en la frente que le ha dejado un vecino.
"Es horrible, cada vez que se duermen mis hijos me quedo en la cocina rezando, le pido a Dios que me ayude", explica. La falta de descanso y el estrés han hecho que apenas pueda comer ni dormir, pero asegura que seguirá adelante.
"Con poca fuerza, pero luchando por mis hijos, y lo voy a conseguir", dice con determinación.
Lo que más le preocupa es el bienestar de sus hijos y deja claro que no permitirá que la situación afecte su maternidad: "No voy a permitir que me quiten a mis hijos, que están felices. Soy buena madre, mis hijos están bien atendidos, tienen una educación maravillosa y el amor de una madre", afirma con firmeza.
Mientras tanto, Raquel sigue esperando una respuesta por parte de las instituciones, pero lamenta que, pese a haber llamado a la Policía en varias ocasiones, los agentes no han podido hacer nada. Según denuncia, el propietario ha cerrado con candado el contador de la luz, impidiendo cualquier intento de restablecer el servicio.
Raquel se aferra a su fe y a su fortaleza como madre para salir adelante, esperando que alguien escuche su historia y le brinde la ayuda que tanto necesita.



























Ole23 | Jueves, 13 de Marzo de 2025 a las 12:05:21 horas
Esta mas claro que el agua. Inquilino que no paga u okupa una casa, a la calle. Ya tenga niños, bebes, abuela, lisiados o gatos. No es problema de un propietario las desgracias, la realidad o la irresponsabilidad de unos inquilinos deudores.
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