
Las lluvias torrenciales del lunes y martes en Telde dejaron graves inundaciones y desbordamientos de barrancos, pero las autoridades han señalado que el problema no se debió a la suciedad de los cauces, sino a la urbanización de la costa, que ha actuado como tapón o acelerador del agua que desciende desde las medianías hasta el mar.
En esta evaluación coincidieron este miércoles el consejero de Soberanía Hidráulica del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Hidalgo, y el alcalde de Telde, Juan Antonio Peña, quienes, en declaraciones a La Provincia-DLP, recordaron que en zonas como Las Bachilleras o Salinetas, las ramblas inundables han sido ocupadas para la construcción de viviendas, convirtiéndose en vías de acceso que dificultan el paso natural del agua.
Un problema estructural agravado por el crecimiento urbano
El municipio de Telde es el que ha acumulado mayores daños en Gran Canaria en las últimas décadas por fenómenos meteorológicos extremos, afectando tanto a infraestructuras públicas como a propiedades privadas y vehículos. Según Hidalgo y Peña, la trama urbana interfiere en el recorrido de las aguas pluviales hacia el océano, lo que genera situaciones de riesgo cada vez que se producen lluvias intensas.
Los barrancos más afectados en esta ocasión han sido Las Bachilleras, Salinetas, Silva y Ojos de Garza, aunque ninguno de ellos figura en el Plan de Gestión del Riesgo de Inundación 2021-2027 como zona de alto peligro. Sin embargo, el Barranco de Las Goteras, en Jinámar, sí ha sido identificado como Área de Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPSI).
Barrancos asfaltados y falta de medidas de contención
Hidalgo explicó que en varios tramos de los barrancos afectados, el cauce natural ha sido asfaltado para facilitar el acceso a las viviendas, e incluso en algunos casos se utilizan como zonas de aparcamiento. Este es el caso de Ojos de Garza, donde el cauce está parcialmente cubierto, lo que provoca desbordamientos cada vez que hay lluvias intensas.
El alcalde Peña reconoció que la urbanización del municipio ha acelerado el flujo del agua: "Antes, estas lluvias tardaban más en llegar al mar, pero ahora, con tramos de los barrancos asfaltados, el agua circula con mayor rapidez", señaló. También indicó que las precipitaciones más intensas se registraron en el casco de la ciudad, en zonas como San Gregorio, La Herradura o San José de las Longueras, lo que explica el rápido colapso de los cauces menores que desembocan en la costa.
Medidas de prevención y concienciación ciudadana
El Ayuntamiento y el Cabildo han puesto en marcha un plan de actuación en el barranco de Ojos de Garza, con acciones de bajo impacto ambiental para mejorar la canalización del agua y reducir los efectos de futuras riadas. Sin embargo, Peña insistió en que la concienciación ciudadana es clave para evitar daños materiales y pérdidas humanas.
"El domingo había 36 coches mal estacionados en zonas inundables y el martes hubo que retirar otros seis, a pesar de que el barranco ya llevaba agua", advirtió el alcalde, criticando la falta de responsabilidad de algunos conductores.
Un patrón que se repite en cada temporal
El desbordamiento del Barranco de Las Bachilleras, en El Caracol, dejó imágenes impactantes de vehículos arrastrados y el rescate de una conductora en plena corriente. Según el alcalde, esta situación se debe a que el asentamiento en la zona ha crecido en el mismo cauce, y muchos vecinos aparcan junto a sus viviendas sin considerar el peligro.
"Llevan 70 años viviendo allí y aseguran que nunca habían visto algo así. Esperemos que tras esta experiencia no sigan aparcando en la zona de riesgo, pero también las administraciones deben intervenir para evitar que vuelva a ocurrir", subrayó Peña.











































Gutiérrez | Sábado, 08 de Marzo de 2025 a las 13:05:22 horas
Modelo urbano de NC con sus planes generales.
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