En Alemania persiste el ‘cordón sanitario’ a la extrema derecha. En España ni está ni se le espera. La CDU/CSU (centroderecha) no va a pactar con AfD; cuya líder es nieta de un miembro de las SS nazi. Aquí, en las pasadas elecciones generales, durante el debate televisivo entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, el gallego dijo en directo al socialista que estaba dispuesto a un acuerdo mutuo a favor del que resultase más votado. Eso sí, antes ya el PP había acordado alianzas con Vox en diferentes comunidades autón
omas y capitales de provincia. Poco creíble. Sin embargo, puede que Madrid tenga que mirar al ejemplo alemán que ahora reedita una gran coalición entre democratacristianos y socialdemócratas.
Con todo, un dato muy llamativo: la CDU/CSU (aun ganando) obtiene un mal resultado, 28,5%. Y el SPD (socialdemocracia) uno catastrófico, 16,5%; hasta el punto de que es superado por la extrema derecha (20,6%). Es decir, la suma de CDU/CSU y SPD no alcanza el 50%. En España, en los comicios europeos de 2014, PP y PSOE tampoco llegaron al 50%; se desataron entonces las alarmas. ¿Se le puede llamar realmente gran coalición en Alemania cuando estos dos partidos no cosechan ese mínimo? La denominada gran coalición es, por tanto, cada vez menos gran coalición. Tiempos de cambio.
Alemania es el seguro de certidumbre para el resto del Viejo Continente. Si falla Berlín, se contagia el resto. Ya no es que apelemos al clásico eje franco-alemán, sin la fortaleza de antaño, es que Alemania ‘per se’ es un modelo. De hecho, la barrera electoral del 5% que rige en numerosos sistemas electorales, también en el nuestro en consistorios y algunas comunidades autónomas, bebe del parlamentarismo racionalizado alemán. No se entiende el nazismo sin la debilidad previa de las democracias liberales del periodo de entreguerras. Es más, el nazismo accedió al poder amén de la complicidad, más o menos manifiesta, de los industriales.
PSOE y PP tienen que sacar conclusiones de lo ocurrido en esta cita electoral. Cada país tiene sus particularidades, faltaría más, pero el sistema de partidos clásico conformado por unas siglas de centroderecha y otras de centroizquierda, está en horas bajas. Y por ver si el SPD podrá remontar su crisis interna y social para que en la siguiente convocatoria con las urnas no sea rebasado nuevamente por la extrema derecha. Dicho en plata, cuando la ultraderecha en Alemania es el segundo partido más votado, ¿se torna en algo puntual o es el inicio de una tendencia?
























Olga Maria Rivero Santana | Martes, 25 de Febrero de 2025 a las 09:39:05 horas
Pero ya se sabe que nadie "aprende por cabeza ajena" y así nos va. Las "extremas" sean de derechas o de izquierdas, son Igualmente mala's y los llamados "cordones sanitarios" los ponen "supuestamente" sí CONVIENEN para los "intereses personales o de partido". Hay muchísima HIPOCRESÍA con ésto. El avance de los "malos" o no "convenientes" debe ser porque "los buenos" o los que se creen "los liberadores" ¡NO LO ESTÁN HACIENDO BIEN!
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