Un municipio sin mercado no tiene vida, o tiene menos vida. Si, encima, es Telde, que dispone de alrededor de 100.000 habitantes, que tiene la peculiaridad como municipio de ostentar zona de costa como medianías e incluso cumbre y que, para rematar, es colindante (o casi) a latitudes agrícolas por excelencia como Valsequillo, Agüimes y Santa Lucía de Tirajana, pues no se entiende ni por asomo que siga cerrado el mercado teldense. Un sinsentido.
La genial protesta ideada por los puesteros de colocar una especie de lápida mortuoria para conmemorar (es un decir) que llevan seis años por una reforma del edificio que se antoja como la construcción de la iglesia de Arucas, es un recordatorio de la dejadez de los responsables públicos que pagan los afectados. Está pendiente desde noviembre de 2018. Es decir, que la obra en cuestión ha afectado a tres mandatos distintos. Desde entonces hasta la fecha se han celebrado dos elecciones locales. Y hoy, en 2024, los usuarios no tienen una infraestructura fija y en condiciones donde realizar sus compras. Y eso que tocó la reforma por problemas eléctricos en su día. De no ser así, seguiría como estaba a la espera de cualquier circunstancia o tragedia.
El producto canario no se vende o se hace en la precariedad de Narea, un espacio que está pensado de modo polivalente. La mejor manera de fomentar lo nuestro, lo del país, es darle valor. Y cualquier supermercado, de la cadena que sea, en la ciudad de Telde reúne mejores condiciones que la provisionalidad eterna que atañe al mercado municipal.
Por otro lado, sin el mercado en activo la zona pierde. La cafetería, la farmacia, la parada de taxis, la pizzería… Todo lo que está alrededor lleva desde 2018 aguardando a que el mercado municipal de Telde vuelva a ser lo que fue o, incluso, mejor. Por tanto, no solo los puesteros y usuarios guardan cola para ver la finalización de una obra que nunca llega sino que, a la par, lo hacen todos los negocios de las calles adyacentes que tampoco entienden semejante desgana, apatía o parálisis burocrática. La potencialidad que tendrá este mercado es enorme. Está llamado a ser referencia de Gran Canaria para vender lo del país. Ese es su rol a desempeñar. No se ha hecho una remodelación para salir del paso sino, por el contrario, para impulsar la ciudad de los faycanes. Esa fue la idea. Ojalá pronto se reabra.
Olga Maria Rivero Santana | Jueves, 14 de Noviembre de 2024 a las 08:17:28 horas
Es lamentable que "los intereses políticos" tengan paralizadas obras como esta, y se siga "utilizando", por unos y otros como "desgaste" y/o como "promesas" que NUNCA SE CUMPLE, con todos los perjuicios que ésto nos ocasiona, como bien ha detallado en el artículo.
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