Los riesgos psicosociales son riegos laborales. Es más, los riesgos psicosociales son los riesgos del futuro. No porque antes no existieran, que existían, y tanto que existían, sino porque no estaban visualizados. No era nombrado. Y lo que no se cita, no existe. Ocurrió lo mismo, por ejemplo, salvando las distancias, con la violencia machista: un universal en la historia humana que solo se ha hecho patente en tiempo y forma desde que el feminismo lo ha puesto en su justo lugar de denuncia. Lo que atañe al interior, al bienestar mental y personal de las trabajadoras y trabajadores, es salud laboral.
Precisamente ahora que los planes de riesgos psicosociales irrumpen, con numerosas resistencias, en las empresas e instituciones públicas, asoma el debate patronal sobre la necesidad de limitar las incapacidades temporales. ¡Qué casualidad! Léase la ironía. Lo que acontece es que abrir, de una vez, el reconocimiento de los riesgos psicosociales como riesgos laborales (materialmente, no solo formalmente) implica reconocer con todas sus dimensiones el desgaste emocional, las depresiones, el aislamiento, los intentos de suicidio… Algo que ha existido de toda la vida pero que, por fin, el sindicalismo ha avanzado para darle la protección que se merece.
Este debate discursivo de las incapacidades temporales lo compró la ministra el otro día cuando habló de la posibilidad de legislar las bajas flexibles. Enseguida reculó. Los sindicatos de clase y los apoyos al PSOE, les hicieron ver que esa senda que ha intentado la ministra se encontrará con la contestación social. Con todo, lo importante es que una cosa va unida a la otra. Es decir, recalco, la detección y prevención de los riesgos psicosociales abre un escenario de salud laboral incómodo para una parte de la cultura empresarial que dista (en términos generales) a reconocer lo que implica el bienestar mental de la clase trabajadora.
Sin duda, la pandemia y el confinamiento ha agitado el interés por los riesgos psicosociales. Fue estando en casa cuando nos dimos cuenta de la importancia de lo mental, de la seguridad emocional. Estábamos encerrados. Pero encima unos lo estaban en peores circunstancias que los otros. El confinamiento no fue igual para todos, en función de la casa que se disponía. No hay salud laboral posible sin atender debidamente la reciprocidad material de las relaciones dentro de la empresa. Los riesgos laborales no es solo caerte del andamio, que también, y ojo a los accidentes y muertes en el trabajo. Mas lo mental se abre paso. Bienvenido sea.
Acaymo | Viernes, 11 de Octubre de 2024 a las 07:13:17 horas
Esto es lo que existe en muchas empresas y en este ayto de Telde. Si trabajas bien, te saturan a realizar el trabajo de los que no trabajan bien, y te ves desbordado con plazos cortos. Y a los políticos lo único que les importa es quedar ellos bien, y ahí te quedas tú saturado con tu riesgo psicosocial. Tb pasa por la escasez de personal que cuenta este ayto y empresas municipales, y mala organización también
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