
Se cumple un año del genocidio contra Palestina. Desde la guerra de Yugoslavia no se atisba, tan cerca, o medianamente cerca, semejante horror. Tras un ataque de Hamás que merece toda la condena, se desató la cólera de Benjamín Netanyahu. Este se encuentra en una carrera hacia delante, no quiere parar. Sabe que si lo hace pueden recaer responsabilidades penales sobre él. Se espera alguna reacción, antes o después, de la justicia internacional. Un curso de genocidio contra el pueblo palestino. El expansionismo ilegal de Israel en la región sobrepasa todos los límites y peores escenarios posibles hasta hace poco. Nunca se pensó que Israel podía llegar tan lejos. Pero lo hace porque durante décadas le han permitido la ocupación.
Además, la situación de interinidad en Estados Unidos facilita que Benjamín Netanyahu haga y deshaga. No hay presión desde la Casa Blanca que ahora mismo detenga la masacre. Eso es lo peor: no el año vivido, horripilante, sino la sensación de indefensión internacional frente a lo que hace Israel. ¿Dónde está la ONU? ¿Dónde están las principales potencias que abogaron por un mundo mejor? No se sabe. No se espera. Duele.
Las manifestaciones se suceden en las mayores ciudades de España. El clamor es unánime. La rabia contenida con respecto a Benjamín Netanyahu crece a marchas forzadas. Mas este opera como le apetece, a su mero capricho. No hay freno alguno que logre aminorar la marcha genocida. Una auténtica pesadilla. ¿Quién dijo que tras la caída del Muro de Berlín el mundo libre a modo de arcoíris se impondría poco a poco?
Más de 40.000 asesinados se acumulan. Muchas niñas y niños. Cunde el desaliento. No se otea una detención del genocidio. Al menos, hasta enero de 2025 que sería cuando tomase posesión la candidata demócrata en Estados Unidos. Si vence Donald Trump, entonces sí la mínima esperanza se desplomará. Con Trump al mando, no hay anhelo. Lo peor de lo peor, cuando pase todo, aunque sea porque ya hayan aniquilado hasta la última palestina, hasta el último palestino, es que no quedará convicción alguna por el Derecho Internacional. Benjamín Netanyahu dejará esa herencia o, para ser precisos, la inacción global fruto de la permisividad de Estados Unidos hacia Israel deja la impresión de que lo que sobreviene será peor a lo vivido. Y que esto acontece porque la antesala del conflicto histórico ha sido distinguida por la patente de corso en beneficio de Israel. Sale caro.
























Antonio Suarez | Lunes, 07 de Octubre de 2024 a las 12:48:47 horas
Tras un ataque de Hamás que merece toda la condena!!! Este es todo el reproche que usted le hace a unos Terroristas, Hamas, que no le importa lo mas mínimo su propio pueblo, utilizándolos como escudos. En Israel por lo menos vemos manifestaciones en contra de su gobierno como país democrático. Cuantas manifestaciones ha visto usted de los propios Palestinos o en otros países (España) en contra de los terroristas de Hamás?
El antisemitismo promovido por la izquierda es una vergüenza y una hipocresía.
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