
Ni las repercusiones del 15M ni las del ‘procés’ (en menor medida) guían la dirección política actual. Unidas Podemos, allá donde gobierna, está sujeto al PSOE (o al PSC en Cataluña) y, por su parte, la ley de amnistía ha pacificado políticamente (en gran medida) la deriva judicial tras 2017, la respuesta penal que hubo al intento de referéndum. Básicamente, estas son las coordenadas actuales. Entonces, ¿qué ocurrirá ahora? Esa es la duda. Pedro Sánchez, salvo por los escaños de Junts en Madrid, tiene garantizada buena parte de la legislatura. Pero desconocemos cómo será el medio plazo de un tablero político donde el 15M y el ‘procés’ se diluyan.
Podría ocurrir, y muchos lo desean, que de repente se inicie un mandato de pura gestión, con medidas de avances sociales a favor de las clases medias y trabajadoras. Es, por cierto, el mejor marco en el que podría desenvolverse cómodamente Yolanda Díaz de la mano de los sindicatos de clase (CCOO y UGT). Mientras tanto, Sumar persiste en un tránsito del desierto pues las encuestas no le acompañan y la división con Unidas Podemos le penaliza, basta con valorar los últimos comicios europeos. Con todo, esta posibilidad sería una especie de mar en calma hasta 2027. Oro molido para La Moncloa.
Si Carles Puigdemont no es determinante en Cataluña ni en Madrid, pues necesita de la ley de amnistía y de la interpretación que haga de la misma el Tribunal Constitucional a son del procedimiento judicial pendiente, se han esfumado muchas de las claves que nos permitían entender el devenir político. Y se nos abre un vacío de incógnitas. Algunas tan retorcidas o atípicas como, por ejemplo, que el partido que fuera más votado en las elecciones generales (PP) tendrá que aguantar en el frío de la oposición hasta 2027. Sí, Puigdemont cuenta con escaños leales en Madrid, y hará presión, pero todo pasa ya por aclarar su periplo judicial. Junts no gobernará por un tiempo en territorio catalán. Y eso cambia muchas cosas. Sobre todo, tras varios cursos políticos domesticados por la ola del ‘procés’. ERC se ha apuntado al tripartito, con el PSC y el espacio catalán de los comunes, y no lo va a abandonar a corto plazo.
Victoria para Sánchez. Mayor o menor, pero victoria de todas formas. Esa es la alegría que personifica Salvador Illa para La Moncloa. Y Sánchez respira sosegado. Eso sí, lo que venga en 2027 nadie lo sabe. Será otro el manual de instrucciones.
Olga Maria Rivero Santana | Sábado, 10 de Agosto de 2024 a las 12:27:32 horas
¡El país de "LAS" MARAVILLAS" para LA CASTA POLÍTICA!, sin duda alguna, para "todas", "todos" y "todes" las corrientes¡ La Constitución, sus leyes y normas de convivencia, son para ¡EL PUEBLO LLANO!, que no somos partes suyas , ni como "afiliados" ni como "simpatizantes", ni "familiares'. El que TODOS nos han tratado y nos tratan como BORREGOS, no creo que a estas alturas lo dudemos. Lamentablemente cada vez en más difícil "distinguirlos" tanto a nivel individual como de partido, salvo honrosas excepciones, que es justo reconocer. El "circo" y los "espectáculos grotescos" ya están siendo la tónica habitual de las actitudes y acciones que nos "regalan" un día sí y otro también.
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