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Tribuna Libre

La calidad humana en Servicios Sociales de Telde

J.A.R. 20 Jueves, 23 de Mayo de 2024 Tiempo de lectura: Actualizada Jueves, 23 de Mayo de 2024 a las 10:41:14 horas

El motivo por el cual escribo estas líneas, es para dejar constancia de que bajo mi experiencia dentro de la Administración Pública, y en concreto, en nuestro Ayuntamiento de Telde, esto sí funciona, y les puedo asegurar, que todos y cada uno de las personas con las que yo he topado, intentan hacer las cosas lo mejor posible.

 

Mi nombre es J.A.R (pongo las siglas porque entiendo que no es relevante), casado y padre de dos niñas, y desde hace aproximadamente un año y medio, trabajador de la Administración Pública.

 

Soy uno de los tantos jóvenes (bueno, ya no tanto), que nos hemos visto obligados a salir permanentemente de nuestra zona de confort, con vistas a dar una mejor calidad de vida a nuestras familias.

 

Para no aburrir a los lectores, sólo les comentaré, que durante seis años y medio, me vi en la necesidad de fijar mi residencia en Madrid, a pesar de tener a mi mujer y mis hijas aquí, en nuestra tierra. El objeto de ello no era ni más ni menos que el comentado anteriormente, mejorar la calidad de vida del seno familiar.

 

Durante todo ese tiempo (y algo más), en mi cabeza rondaba la idea de sacar unas oposiciones, con vistas a poder estar cerca de ellas, además del resto de connotaciones que conlleva ser Funcionario Público… estabilidad laboral, sueldo fijo/seguro… y para lo que para mi era lo más importante, la no vulnerabilidad de mis derechos como trabajador. Pero siempre estaba el estigma que circunda a la Administración Pública… que si ahí no se trabaja, que si los funcionarios son unos caraduras y unos vagos, que si, que si…

 

Afortunadamente (y lo suscribo mil veces), empujado por las circunstancias, me vi “obligado” a apretar los codos, e intentar buscar la ansiada plaza como Funcionario (en este caso como Interino), y así fue, después de días, semanas, meses peleándome con leyes, al fin se consiguió el objetivo.

 

Mi andadura comenzó en el Cabildo de Gran Canaria, y es ahí, cuando mi forma de pensar respecto a la Administración empieza a cambiar, respecto a esa idea preconcebida que tenía (y tenemos muchos). Antes de terminar contrato en Cabildo (por acumulación de tarea), me surge la posibilidad de una Interinidad en el Ayuntamiento de Telde, que dadas las circunstancias, no dudo en coger.

 

En principio, mi contribución en el Ayuntamiento era para el Servicio de Recursos Humanos, pero caprichos del destino, me piden “el favor” de trabajar en el Servicio de Servicios Sociales. A pesar de la dureza de dicho Servicio, por lo que a todos se nos viene a la cabeza, me veo ilusionado, ya que a fin de cuentas, el cometido/finalidad de la Administración, es prestar servicios al ciudadano, y que mejor manera de hacerlo que volcándose en el día a día, hacia un sector de población que está pasando por dificultades.

 

Y es aquí en este punto, y pido disculpas si me he extendido en intentar contextualizar como llego hasta Servicios Sociales de M.I. del Ayuntamiento de Telde, donde me gustaría  hacer hincapié de lo afortunado que he sido (como trabajador), y de lo afortunados que son los ciudadanos que residen en este municipio, de contar con un Servicio como Servicios Sociales de Telde.

 

Me gustaría resaltar, la calidad humana que tienen todos y cada uno de los trabajadores/as que integran este Servicio, partiendo de la Concejala, Asesora, Jefe de Servicio, así como los/las técnicos/as, auxiliares, conductores, limpiadores/as,... Todos forman un engranaje casi perfecto (la perfección no existe), con la única idea de intentar ayudar en la medida de sus posibilidades, y claro está, dentro de lo establecido por las ordenanzas/leyes.

 

Lamentablemente, siempre tendemos en resaltar las cosas negativas de las cosas, en criticar y hacer leña del árbol caído de lo negativo, pero peor costumbre si cabe, es la de no ser capaces de poner en valor las cosas buenas, y yo, me veo en la necesidad de hacerlo.

 

No siempre las cosas saldrán como uno quiere, ni saldrán en tiempo y forma, pero si les puedo asegurar que aquí las gente no tiene otro cometido que intentarlo, intentarlo e intentarlo… con mucho sacrificio, con horas de más, con compromiso, con perseverancia… y visto por mis ojos, con alguna lágrima que otra.

 

Me gustaría concluir agradeciéndoles todo el cariño que me llevo, ya que desde el minuto uno me han acogido como uno más. Me voy (por circunstancias personales) apenado, pero con el firme convencimiento de que esto seguirá funcionando por que lo  más importante se tiene y de sobra, la calidad humana.

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