
La autocrítica es el proceso de examinar nuestras acciones y pensamientos de manera objetiva y honesta, y de reconocer nuestros errores y defectos. Es esencial para el crecimiento personal y el éxito en la vida.
Partiendo de este concepto, que es un acto primeramente individual para luego trasladarlo a lo colectivo, vemos que por fallar la primera premisa (lo individual), no es extraño que falte en lo colectivo.
Ya vemos como está “el patio” en nuestra política pues se ha hablado y se sigue hablando de ello, sin que tenga visos de cambiar, en cuanto a las “formas”, las“expresiones” y ya, hasta las “acciones” impensables en una democracia, que por desgracia, lejos de acabarse o al menos disminuir, siguen en aumento.
A pesar de ello, muchos seguimos creyendo que ¡se puede!, además de que ¡se debe! acabar con todas estas lamentables prácticas que tanto daño nos está haciendo, sobre todo al pueblo llano.
¿Qué lo impide? Pues precisamente la nula autocrítica que todos los partidos políticos practican, pues lejos de “mirarse” y de “analizarse” primero cada uno, vuelven a lo de siempre: “señalar a los otros”, mediante el famoso “ventilador”, el “culpar al otro” y ponerse por un lado como “los prefectos” y ya en el colmo de la desvergüenza, como “víctimas”.
Siendo esto grave, lo más indignante y triste, es que en medio meten al pueblo: lo dividen, lo enfrentan y sin darnos cuenta, volvemos a seguirles su rastrero y peligroso “juego”.
En una ocasión leí algo sobre esto: lo de la crítica y la autocrítica, de una manera muy gráfica, tomando como ejemplo nuestras manos, sí la de cada uno y cómo tenemos una grandísima facilidad para usar el dedo índice para “señalar”, “juzgar” y “condenar” a los otros, pero que prácticamente no usamos mucho o nunca, el pulgar, para “señalarnos” a nosotros mismos, haciendo un ejercicio objetivo y honesto, relacionados con nuestras acciones, pues éstas no sólo nos afectan de forma individual, sino colectiva, con lo cual nos estamos negando la posibilidad de crecer personalmente y de que ese beneficio se traslade colectivamente en todos nuestros ambientes.
Usemos más el “pulgar”, que nos hará crecer como personas en todos los aspectos y menos el “índice”, si nos quedamos sólo en juzgar, en vez de ver que el otro, como yo, no sólo se equivoca, sino que puede cambiar y mucho.
Termino con este pensamiento que muchos hemos oído expesados en distintos refranes.
"Equivocarse es humano, además de una oportunidad excepcional para crecer en humildad y darnos cuenta de que la vida es casi un ensayo continuo del que aprender". Esta frase es parte de una expresión más amplia del poeta británico Alexander Pope, según la cual "errar es humano, perdonar los errores es divino y rectificar es de sabios". Rectificar es de sabios, pero de necios es rectificar cada día. Se considera que es intrínseco a la naturaleza humana el equivocarse, por lo que hay que aceptar los errores, y aprender de ellos para evitar que se repitan.
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