
Un mercado que aún no ha abierto y un semáforo que hace tiempo que no funciona. Ambos elementos son contiguos, en la calle Pablo Neruda, justo en uno de los enclaves donde más circulación concurre y transeúntes despachan sus quehaceres en farmacia, comercios, loterías y demás negociados. Pasa un día y otro, así hasta meses o años en el caso del mercado, y la vida paralizada (o a medio gas) porque nada arranca. El semáforo en cuestión, su rotura, fue aun noticia en Televisión Canaria. Pero todo sigue igual. Hasta que la jornada menos pensada ocurra un accidente y, entonces sí, por arte de birlibirloque, funcionará de repente.
Estas supuestas minucias están a la orden del día de la gestión local; unos consistorios, desde luego, son más diligentes que otros. Pero estas son, en todo caso, las tareas encomendadas a cualquier alcalde y su equipo de concejales, que deben despertarse e irse a dormir con estos quebraderos de cabeza. Un edil no debe tener horario de oficina. Detrás hay ideología, aunque no lo parezca, y por eso no caben esas típicas soflamas de campaña que intentan comparar los ayuntamientos a meras gestorías. Si fuese así, nos ahorramos las elecciones. Y no es el caso.
En fin, ¿qué tiene que ocurrir para que un semáforo haga sus funciones debidas?, ¿qué más debe pasar para que un mercado abra sus puertas e impregne su espíritu vecinal a modo de bullicio matutino en la rutina de la ciudad de los faycanes? Y es igual que nos detengamos en este mandato o en otros anteriores, la realidad es que estas cosas urgen arreglo y no deben demorarse eternamente. En Telde hay un listado pendiente. Valga como mero recordatorio el polideportivo Paco Artiles.
Es patente la ausencia de personal técnico en el Ayuntamiento de Telde. Es verdad. Tanto como que acontece desde hace un periodo largo y, por ende, unas siglas y otras pueden echarse en cara esta laguna todavía por subsanar. El desenlace es que, policías locales al margen, la plantilla debe expandirse para el segundo municipio de Gran Canaria y cuarto del archipiélago. Se dice pronto.
Entre desganas políticas y embrollos burocráticos, anda la casa sin barrer. Pero un mercado es un mercado, esencial para Telde y cualquier municipio que se precie, máxime de semejante dimensión poblacional. Y es que, sin ir más lejos, el mercado de Telde está llamado a ser punto de convocatoria para usuarios de Gran Canaria, potenciando el producto isleño. Con especial relevancia el fin de semana. Hoy, sin embargo, sus puertas siguen cerradas.
Manuel | Viernes, 17 de Mayo de 2024 a las 07:36:39 horas
El mercado de Telde ese es el único problema de Telde?, no hombre y los aparcamientos y la zona comercial abandonada y el litoral costero y los barrios Remudas san José de las Longueras por decir uno de tantos asuntos sociales sigo no creo el Mercadona de Telde por favor abran los ojos coño
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