
Si tienen la genial idea de ir por Agüimes, deténganse a disfrutar de la selección fotográfica de Arcadio Suárez titulada ‘A vista de pájaro’, en la sala de exposiciones del Museo de Historia, abierta al público de martes a sábado. Fotografías realizadas desde un helicóptero, nada de drones. Y hay que tener ganas (y agallas) de elevarse para obtenerlas. Es tan larga la trayectoria de Arcadio Suárez y su cámara en el periodismo canario, tiene trienios en retratar esta tierra y su gente isleña, que es uno de esos casos que, sin pretenderlo, nos recuerda que todos con un teléfono móvil podremos arrancar las instantáneas que deseemos en el lugar que se tercie y, sin embargo, el valor de la foto y la profesionalidad son coordenadas que atañen al periodismo. Por mucho que se quiera equiparar, no es lo mismo.
Con Arcadio Suárez comparto la pasión por Agüimes. De hecho, él es agüimense. Y este columnista un habitual del municipio y su casco histórico que, a todas luces, concentra la esencia canaria. A Arcadio se le suele encontrar en el paseo de la playa de Arinaga. Un rincón que especialmente tengo identificado con el mes agosto. Porque el verano es eso: pegarte un chapuzón en Arinaga, rendir visita a la heladería tradicional ‘Helados Ártico’ de la calle Gravina y, de vuelta a casa, las largas noches en las que aprieta el calor mientras TVE ofrece una película protagonizada por John Wayne, ‘Río Bravo’ (1959) a poder ser.
También con el agüimense compartí andanzas y desventuras periodísticas en ‘Canarias7’. La mayoría absoluta de Mariano Rajoy, el 15M y las mareas ciudadanas, la crisis del bipartidismo, la abdicación de Juan Carlos I, la muerte de Adolfo Suárez, el triunfo de la moción de censura de Pedro Sánchez, los años de gobierno de Paulino Rivero, el primer mandato de Fernando Clavijo, la salida del poder de CC y el pacto de las Flores, la presidencia de Antonio Morales en el Cabildo de Gran Canaria… Y, desde luego, los recuentos electorales hasta entrada la madrugada en la Redacción, con videoanálisis incluido donde él grabó más de una pieza y uno arrojaba las primeras valoraciones. Fueron años intensos pero nos movía el inquebrantable entusiasmo por el periodismo.
Y otro dato: la fotografía como autor que ilustra diariamente la columna es obra precisamente Arcadio Suárez. Desde estas líneas vaya mi gratitud.
Doy fe que la exposición merece la pena. Es una experiencia agradable. Y a la salida échense un vino del sureste y deleiten el cochino negro al horno a la sal. Un auténtico manjar por los que se agradece vivir y ser canario. Por cierto, cuando me encuentro y paro a parlamentar con Arcadio Suárez en la playa de Arinaga siempre luce una sonrisa, se nota que está en paz con la vida.
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