
El colectivo Turcón Ecologistas en Acción ha presentado un informe de alegaciones durante la fase de información pública del expediente administrativo de autorización ambiental integrada y el estudio de impacto ambiental de la planta de generación de Hidrógeno Verde en Salinetas, ubicada en el municipio de Telde (Gran Canaria). Esta documentación se realizó ante la Dirección General de Energía de la Consejería de Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias.
En sus consideraciones, Turcón advierte que el proyecto no cumple con los criterios para ser clasificado como de Hidrógeno Verde, ya que la energía utilizada no proviene de fuentes renovables, sino que se consume directamente de la red eléctrica existente. Además, señalan que el proceso industrial requerirá una gran cantidad de agua, lo que podría afectar a los suministros habituales del área al no contar con medios propios de abastecimiento.
El pliego de alegaciones presentado por Turcón se centra en tres aspectos fundamentales: Sobre la generación de Hidrógeno que en realidad es de origen fósil y la ineficiencia del sistema; la demanda de agua de abastecimiento y el impacto que esto tendrá en los recursos hídricos locales y la crítica al modelo de Hidrógeno promovido por la Unión Europea y la necesidad de reconsiderar alternativas más sostenibles.
El colectivo ecologista hace un llamamiento a las autoridades competentes para que tomen en cuenta estas consideraciones y rechacen la autorización de la planta de Hidrógeno Verde en Salinetas, enfatizando la importancia de promover proyectos energéticos que sean verdaderamente sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
Alegaciones de Turcón
Sobre la generación de Hidrógeno realmente Fósil y la ineficiencia del sistema
La instalación propuesta consiste en una planta de generación de hidrógeno, basada en tecnologías de electrólisis de agua, para la producción de hidrógeno, mediante el uso de energía eléctrica.
Aunque el promotor de la instalación habla de que la energía eléctrica es de origen renovable, este hecho no es cierto ya que el proyecto no contempla ningún tipo de elemento de generación propia de energía eléctrica a partir de fuentes renovables, por tanto, no se puede definir a este proyecto como de Hidrógeno “Verde”.
El sistema propuesto funcionará conectado a la Subestación Eléctrica de Cinsa a través de una línea eléctrica de Media Tensión (20 kV), sin ningún sistema propio de producción de energía eléctrica con energías renovables al que la producción de hidrógeno debería estar vinculado de forma instantánea para evitar flujos de demanda de energía eléctrica que incidan sobre el sistema eléctrico insular.
Por tanto, el sistema de producción de hidrógeno donde va a impactar realmente es en la curva de demanda de energía eléctrica de la Isla de Gran Canaria, incrementando la demanda de energía eléctrica de la isla y, por tanto, exigiendo al sistema eléctrico una sobrepotencia (2,2 MW) que tendrá que ser suplida con incrementar la potencia de los grupos de energía fósil con mayor capacidad de gestión como los motores diésel o las turbinas de gas, teniendo como consecuencia el incremento de emisiones de toneladas de CO2 equivalente por MWh producido. El sistema consume el doble de energía de la que luego podrá aportar.
Después de toda la energía consumida para obtener el hidrógeno, también hay que consumir energía para comprimirlo.
Por tanto, consideramos que este proyecto es un sinsentido si no tiene asociada una fuente de generación de energía renovable propia y que la demanda eléctrica de la electrólisis se adapte a la generación renovable disponible en cada instante sin interferir en el sistema eléctrico insular de Gran Canaria.
Sobre la demanda de agua de abastecimiento
Tal y como describe el promotor en sus documentos, se trata de una planta compuesta por tres grandes sistemas:
Sistema de generación, que se alimentará de agua del polígono industrial donde se propone la localización de la planta. El sistema de generación integra sistemas auxiliares, así como un sistema de tratamiento de agua y de refrigeración del electrolizador.
El promotor indica que, para realizar este proceso, las necesidades de abastecimiento de agua serán cubiertas en su totalidad con recursos hídricos procedentes de las redes generales del Polígono Industrial de Salinetas, es decir del sistema de abastecimiento público dependiente de la Desalinizadora de Salinetas.
Esta agua debe cumplir unas características de composición y pureza concretas, antes de someterse a su transformación en el electrolizador en hidrógeno y oxígeno. Por ello, como paso previo a la alimentación del electrolizador, el agua pasará un proceso de desmineralización.
Todos estos elementos continúan reduciendo la eficiencia del sistema, ya que cada metro cúbico de agua desalada que se demande del abastecimiento ya tiene un coste energético de 4 kWh/m3 a los que hay que añadir la demanda energética de esta planta de desmineralización que incorporará un volumen de rechazo de agua relevante.
Ese consumo de agua y de más energía va a tensionar el sistema público e incrementar la demanda de agua y energía. No olvidar que la ley de aguas de Canarias prioriza el abastecimiento residencial, agrario y turístico (y por este orden) antes que el industrial.
Resaltan los ecologistas que la planta, si se quiere considerar verde, tiene que producir su propia agua vinculada a fuentes de energía renovables propias y adaptando la producción a la disponibilidad de energía instantánea para no tensionar el sistema público.
Crítica al modelo del Hidrógeno de la Unión Europea
La política europea para apoyar al hidrógeno pretende que este asuma la misma configuración que han tenido los combustibles fósiles: producción centralizada, transformación para almacenamiento y transporte, dentro de un modelo industrial patrimonializado por las grandes empresas como DISA.
Ecologistas en Acción es crítica con este modelo y defiende usos de cercanía y aprovechamientos endógenos. Hasta hora, la “economía del hidrógeno” se encuentra alejada de los postulados de participación y control social. Esta propuesta perpetúa el esquema actual centralizado.
No son las trabas administrativas quienes están impidiendo una correcta gestión del H2 verde, sino lo contrario: la ausencia de planificación, la insuficiente ordenación y la no vinculación a fuentes de energías renovables propias y gestionables como es este caso.
De los razonamientos expuestos en las alegaciones los ecologistas de Turcón piden se rechace la autorización ambiental integrada, el proyecto y el estudio de impacto ambiental de la planta de generación de hidrógeno verde en Salinetas (Telde-Gran Canaria) y se solicite la reconfiguración del proyecto con condiciones que realmente sean creíbles de hidrógeno verde sin tensionar el sistema eléctrico insular ni de abastecimiento público de agua.
JTimmons | Viernes, 22 de Marzo de 2024 a las 10:52:26 horas
Este mismo argumento podría aplicarse al caso del vehículo eléctrico en Gran Canaria, el cual consume energía proveniente de las plantas de UNELCO y sus puntos de recarga a la red de distribución; este mismo argumentario utilizado en el artículo implica plantear interrogantes sobre la verdadera sostenibilidad de la electrificación y sus impactos en el medio ambiente, y sobre todo qué intereses y quién está detrás de parar estas iniciativas industriales que diversifican la economía y ayudan a la independencia energética de Gran Canaria.
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