
El nacionalista Héctor Suárez (CC) asumió, tras la toma de posesión de la nueva Corporación local, las áreas de Recogida de Residuos Sólidos y Limpieza Viaria, entre otras, por mor del pacto cuatripartito firmado por Ciuca, CC, PP y Más por Telde.
Comenzó entonces el hombre, con mucho descaro, a barrer para dentro. Pero cuando TELDEACTUALIDAD desveló las contrataciones de candidatos y afiliados a su partido en empresas privadas con concesiones de servicios municipales bajo su competencia, hizo un giro de 180 grados y empezó a hacerlo en sentido contrario. A echar balones fuera.
Sin el más mínimo atisbo de autocrítica por el enchufismo detectado y reconocido por las propias empresas, su desesperada reacción ha sido, en una alocada huida hacia adelante, poner en marcha el ventilador para intentar desviar la atención del foco principal del problema y culpar de todos sus males a este medio de comunicación, al alcalde Juan Antonio Peña, a compañeros de su grupo municipal como Juan Martel - a quien ninguneó en el reparto de sus funciones que negoció con el primer edil hasta dejarlo sin atribuciones- y también a miembros del Gobierno.
Suárez atraviesa acaso el peor momento de su carrera como cargo público y las personas que aún confían en él deberían aconsejarle que mida bien sus pasos y, sobre todo, medite sus afirmaciones en estos delicados instantes porque, por ahora, le están abocando al abismo político con esa estrategia errada de lanzar ultimátums, amenazas, enredos e invenciones que ni él se las cree. Hoy, sin ir más lejos, convierte una reunión de dos ediles del grupo municipal de CC en un comunicado de la organización nacionalista.
Da la impresión de que quiere morir matando, una maniobra desatinada que no le augura una buena salida y que le llevará más pronto que tarde al ostracismo político.
Puede que hasta su propia organización se canse de él y de su camarilla y termine barriendo para fuera con todos ellos. Al tiempo.

























José Melián | Sábado, 26 de Agosto de 2023 a las 08:22:43 horas
Acertada es su opinión, Don Carmelo, y la comparto al 100%. La avaricia de Héctor ha quedado al descubierto y, efectivamente, él solo, con la estimable ayuda de la 'señora que manda y ordena', ha cavado su propia tumba política.
Para rematar la faena del Sr. Héctor, me ofrezco como jurídico al Sr. Martel para ese expediente X la mesa solitaria.
Vacilaría cómo un pulpo.
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