El panorama ha cambiado por completo. El desenlace, inesperado para el PP, de los comicios de Castilla y León lo modifica todo. ¿Por qué? La razón es sencilla: ya el PP no volverá a ser opción de gobierno sin ir de la mano de Vox. Además, recordemos que la mayoría de los nacionalismos periféricos no desean saber nada del cuartel general de Génova. El PP sin Vox no es nada. El PP está inmerso en una ratonera de muy difícil salida. Y ahora al PSOE le toca tan solo esperar, que transcurra el tiempo y dejar que la erosión de Pablo Casado aumente. Al convocar elecciones en Castilla y León, le ha salido el tiro por la culata.
Pedro Sánchez debe dejar que siga 2022 y 2023 sin más. Que a la contradicción del 13F para Casado se sume este año la de Andalucía y, finalmente, las comunidades autónomas del régimen común y los principales ayuntamientos el cuarto domingo de mayo de 2023. Y entonces llegará a un otoño en el que la quema política de Casado, asfixiado por el neofascismo, será incontestable.
Cuanto más dependa e hipotecado esté el PP de la ultraderecha, que ya lo está, más opciones tendrá el PSOE de ser primera fuerza en las elecciones generales y, de paso, alejarse un poco (al menos) en los sondeos de los populares. Otra cosa es que el número de escaños que obtenga Sánchez no será suficiente si no cuenta con los nacionalismos periféricos, además del espacio de Yolanda Díaz, para continuar en La Moncloa. Y el precio que exija ERC, EH Bildu, BNG… será más elevado.
Así las cosas, si antes del 13F era probable que Sánchez adelantase los comicios generales a antes del cuarto domingo de mayo de 2023, ya con el PP atado al neofascismo, o cuando menos a semejante dilema, invita a Sánchez a agotar por completo la legislatura vigente. Ahora el factor tiempo sí juega a favor del PSOE. Insisto, sin obviar el debate territorial que le acompaña y la continuidad de la mesa de negociación sobre el conflicto político en Catalunya, reclamada por ERC. El PSOE, para evitar la gran coalición a la alemana con el PP, en el que entonces sí Casado le endosaría a Sánchez su propio problema actual, requiere de ERC y del nacionalismo vasco.
En fin, sin prisas. El foco mediático estará sobre el cuartel general de Génova este curso. Que el calendario avance. Y que las contradicciones de los populares (¿pactar o no con el neofascismo?) haga el resto del trabajo para Ferraz. Lo que pintaba de una manera totalmente distinta hace poco más de un mes, ahora es lo contrario. Y hoy se entiende el silencio de algunas casas demoscópicas que desaparecieron durante una parte de la última campaña electoral. Había ya nervios en el círculo cercano a Casado y no les convenía que se difundiera el avance de la ultraderecha. A este paso, el riesgo de que Vox carcome y achique al PP, que lo rebaje en su importancia institucional, es evidente. Y empezaremos a hablar sobre un posible ‘sorpasso’, eso sí, en la bancada de la derecha.























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.184