TELDEACTUALIDAD
Telde.- El colaborador de TELDEACTUALIDAD Jesús Ruiz dedica esta reflexión y reportaje gráfico al cambio de estación que vivimos el pasado sábado para dar entrada a la primavera.
Saludo a la primavera de 2021
por Jesús Ruiz
El sábado 20 de marzo comenzó la estación de la primavera, un periodo estacional más a recorrer a lo largo de este almanaque de un año, el 2021, en el que se cumple el primer aniversario de esta experiencia pandémica global que, con el estado de alarma, confinamientos y normativas de seguridad, comenzamos a vivir, a probar en nuestras carnes la severidad, estragos y dramáticos finales que este Covid 19 nos imponía a las sociedades de este mundo avanzado del siglo XXI. Y, aún, con las noticias recientes, continuamos combatiendo los contagios y su expansión, con la confianza y esperanza de que las vacunas sean el remedio infalible para atenuar y controlar la situación de una pandemia que parece no cejar en su propósito, reiterando los controles perimetrales, normativas de seguridad sanitaria y evitando en lugares públicos, entornos familiares y actividades diversas los aforos en número determinado, informando de su procedimiento por las autoridades competentes de Sanidad.
No obstante, nuestro planeta en el que habitamos, el único de momento y sin otro plan B, por más viajes a nuestro satélite lunar, Marte, u otros mundos posibles de habitar en el espacio cósmico que los avances tecnológicos nos permiten investigar, nuestra Tierra, en su viaje en torno al sol que nos calienta y da vida, nos conduce en su elíptica órbita por la puntual y deseada primavera, despidiendo al invierno, frío, de aguas bienvenidas, y que en nuestro rincón del Atlántico medio podemos presumir de templado, como la propia estación que nos visita, aludiendo a la eterna primavera de nuestro Archipiélago Canario.
En otras ocasiones he mencionado la belleza de nuestros paisajes después de las nieves, y lluvias que, como este año, han repartido las aguas con serenidad dejándose caer por las alturas cumbreras, caideros, en espectaculares cascadas que entre basálticas paredes crean nacientes y arroyos, fluyendo hacia los barrancos, llenando presas y dando al entorno de cumbres y medianías, la tan deseada estampa con la que soñamos cuando decidimos subir a tal escenario natural para disfrutar y captar las mejores imágenes de nuestras vidas, y todo en el espacio y entorno de una isla, de una tierra y una diversidad paisajística que nos lleva a pensar que realmente somos afortunados de gozar esta naturaleza.
Al regreso de estas excursiones para disfrutar de nuestros paisajes, siempre me ronda la idea de hacer una descripción gráfica o literaria de lo recorrido, observado, sentido, acariciado y, tanto en la memoria de la cámara como en el corazón, me llevo el latido de la tierra, los pueblos y gentes que forman parte de nuestra propia sociedad, la rural y la urbana, la marinera, costera, el recuerdo de nuestros antepasados y el gran patrimonio histórico que encierran nuestras islas, y en particular, la isla redonda, nuestra Gran Canaria.
Hoy, con fecha 21 de marzo, se celebra el Día Mundial de la Poesía, propuesto en 1998 por la UNESCO, y aprobada en París en 1999, un motivo cultural para consagrar la palabra y la reflexión sobre nuestro tiempo, como diversidad de ideas y expresión lingüística, contribuyendo a la creación literaria y expresión poética como vehículo de comunicación humana.
Pensando en incluir en este texto un poema para cerrar literariamente este día, el mismo sábado 20, en una salida sobre las 14:00 y circulando por la Plaza de San Gregorio, para captar unas imágenes de este lugar de los Llanos y su entorno, observo que una bellísima mariposa Monarca (Danaus plexippus), revolotea alrededor de mis hombros, posándose sobre las flores de geranios que en macetones adornan esta plaza.
Tomo algunas fotos de la Monarca y observo que, aunque adopta diferentes posiciones permanece sobre la flor, con la oportunidad de tomar una imagen más cercana, el insecto parece posar con gusto, mi mano toca las alas y, sorpresa, se deja coger sin más intento de huir, con la delicadeza de poder captar la imagen de la mariposa entre mis dedos, que al instante reanudó su revoloteo hacia otras flores.
En otra ocasión ya reporté otro relato de primavera desde el Parque Arnao de Telde, donde es frecuente observar a estas Monarcas, destacadas mariposas migratorias de gran belleza, con nombre genérico de reminiscencias mitológicas, lepidóptero de colores vivos, anaranjados, amarillo y nervaduras negras, utilizan esta imagen para su propia defensa de los depredadores.
Uno de los insectos más viajeros, importantes como agentes polinizadores y famosas por sus largos recorridos en América, que para evitar los crudos inviernos viajan desde Canadá y Estados Unidos hasta los bosques de Michoacán en Méjico, donde encuentran bajo un bosque de pinos el entorno adecuado para su supervivencia. Residentes en este lado del Atlántico, en las Islas Canarias, Azores y Madeira. Y regresando a la primavera en la que ya, una vez más, andamos por el almanaque de nuestras vidas, y sin pensar en el efecto mariposa, pero si, en la belleza de tan simple y frágil insecto, una reflexión poética sobre la estación primaveral, y fragmento de un texto dedicado a la Monarca.
El poeta sentía, escribía al llegar la primavera:
"Era la primavera sobre los campos verdes. / Azul era la altura y era esmeralda el suelo. / [...] / Ella -la que me amaba- se murió en primavera... / y se llevó la primavera al cielo". "Quiero hacer contigo / lo que la primavera hace con los cerezos". "Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera". (Versos de Pablo Neruda).
Mariposas monarca en el parque Arnao
"... desde el sol mordido por la luna, vengo, sobre mis alas de reina, monarca de los cielos, de los mares y montañas, y en un rincón del parque dormido, bajo un intenso azul, envuelto entre verdes subtropicales, sobre moteadas asclepias de rojos y ocres, descansan mis sueños, amores, vuelos, y me dispongo a ser acariciada por la retina de quien, con delicadeza, observa mi naturaleza.
Soy una mariposa, a veces de alas rotas, otras, fatigadas por la compleja ruta de mi biología eterna, corta, simple, pero hermosa, preciosa, bella. Monarca, mariposa del jardín de las Afortunadas, del Parque que guarda mis secretos, en el corazón del Telle que cruza mis caminos, los de la primavera eterna, la primavera que hoy emprende su viaje sobre nuestro mundo del Atlántico de las Hespérides, del bosque de Doramas, del ignoto San Borondón, del misterio de los Faycanes, del jardín del Edén".
Cautela y extremen los cuidados sanitarios ante esta pandemia que parece no querer marcharse. Y, lo dicho, respeten las normativas sanitarias, aún anda suelto el bicho. Feliz primavera, y todas las que vengan. Salud y buena suerte. Muchas gracias.
Jesús Ruiz Mesa es colaborador cultural de TELDEACTUALIDAD.
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