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La presentación tuvo lugar en el Círculo Mercantil (Foto Jesús Ruiz Mesa/TA) La presentación tuvo lugar en el Círculo Mercantil (Foto Jesús Ruiz Mesa/TA)

Telde arropa a Mújica en la presentación de su nueva novela

'El dulce aroma del mar' se dio a conocer en el Círculo Mercantil de la capital grancanaria

direojed Jueves, 21 de Junio de 2018 Tiempo de lectura:

TELDEACTUALIDAD

Telde.- El escritor y poeta José Juan Mújica Villegas, asiduo de eventos culturales en Telde, presentó días atrás su novela El dulce aroma del mar, en la sede del Círculo Mercantil de la capital grancanaria.

 

Crónica de la presentación de la novela

Por Jesús Ruiz Mesa

En las asistencias a actos culturales que en estos dos últimos años he podido acudir bien por invitación, por la curiosidad de conocer el contenido de la obra y tomar un primer contacto con las páginas del libro que ve por primera vez, sobre la mesa de presentación, su salida al mundo, o recoger la crónica reportaje del acto en sí, me agrada el escuchar la intervención del presentador como apoyo y lección del tema de referencia, biográfico del autor, curricular y comentario de la obra que se presenta, a cargo de especialistas que, tratándose de literatura en muchos casos, nos guían desde ese ágora de cultura, por los recovecos indicados para entender al propio autor y aprender a buscar los caminos que a través de sus páginas, el escritor nos ha ido dejando con el testimonio de su creatividad, de su trabajo literario, y más, si hay un antecedente de sus trabajos, para, de nuevo, viajar con él desde la distancia y el tiempo, quizás paralelos al planteamiento que ya nos acerca el presentador para confirmar su reflexión leída la obra.

 

Es el caso de un trabajo literario, la reciente novela El Dulce Aroma del Mal, obra del excelente escritor, poeta, un consagrado poeta, José Juan Mújica Villegas, presentada el pasado martes, 22 de mayo, en el Círculo Mercantil de Las Palmas de Gran Canaria, con la numerosa asistencia y nutrida representación de público muy aficionado a la literatura en sus diferentes manifestaciones, prosa, poesía, teatro, novela, crítica, ensayo, etc. Un curioso acto de presentación que contó con la escenificación teatral de momentos de la propia novela, reflexiones de su contenido, sobre la existencia humana en complicidad con la acción gestual, el lenguaje de las manos, los cuerpos y expresiones faciales, en una amalgama de evoluciones escénicas que despertaron la curiosidad del público asistente.

 

Textos dramatizados de lectura a cargo de Adolfo García García, que marcaban el ritmo de la escenificación basado en un libreto de la directora, Marifé Navarro Idoy, de la Escuela Libre de Teatro del Café D’ Espacio de Las Palmas, en sintonía con los momentos previos a las intervenciones de los presentadores de la obra. Colaborando como partes activas de la obra-ensayo el propio autor, José Juan Mújica, el presentador de la novela, Fernando Tocino Viedma, la vicepresidenta del Círculo Mercantil, Soli Medina García, Daniela Hernández Martín del Campo (procedente de Méjico), Adolfo García García, y la inestimable actuación del cantautor Luis Fajardo López Cuervo, así como un grupo de figurantes y personas del público, entre las que se encontraban escritores, poetas, colaboradores literarios asistentes a los diversos actos culturales, veladas poéticas, llegados a esta presentación desde Telde y de otros lugares de Gran Canaria.

 

Con el saludo de bienvenida a cargo de Soli Medina que expresa la satisfacción de celebrar este acto en la emblemática entidad social del Círculo Mercantil de Las Palmas de Gran Canaria: “Tengo el placer de dar la bienvenida a este querido y emblemático club donde siempre se ha apoyado y fomentado la cultura. Todos sabemos de la grandeza de un buen libro, de cómo algo tan pequeño es capaza de hacer volar nuestra imaginación de cómo logra evadirnos de nuestra realidad, para durante unas horas adentrarnos en diferentes historias y mundos, que no solo nos hacen sentir sino que al mismo tiempo nos enriquece. La lectura es un mundo sin fronteras.

 

Hoy tenemos la suerte de asistir a la presentación de la novela que lleva por título El dulce aroma del mal, un título sugerente, enigmático, que nos tienta a leerlo para adentrarnos en el misterio que desprende. Si tuviera que describir de alguna manera al autor de este interesante libro, sin duda alguna, haría mención, primeramente, a su calidad humana. Es un gran amigo, doy fe de ello, un hombre creativo que consigue, a través de sus libros, generar grandes historias que atrapan al lector. Se trata de José Juan Mújica, escritor y poeta. Sui primera publicación fue en el 2005, tras ella siguieron seis novelas, cinco poemarios, tres obras de teatro, y participaciones en varias ediciones colectivas.

 

Acompañando al autor, el presentador de la novela, Fernando Tocino Viedma, profesor, escritor de relatos para revistas y programas de radio es un gran aficionado a la lectura. También amenizando esta presentación actuará la Escuela Libre de Teatro. Les dejo para que disfruten del teatro y de esta magnífica obra literaria. Bienvenidos y muchas gracias”.

 

Como presentador de la escenografía Fernando Tocino y el autor José Juan Mújica se inician los diferentes marcos escénicos que los colaboradores y colaboradoras en sus trajes y atrezos, comienzan la dramaturgia de los textos basados en la novela El dulce aroma del mal, siguiendo las pautas, movimientos de cada personaje y su principal efecto teatral sobre el centro del salón que, expectante el público asistente que llenaba este espacio del Círculo Mercantil, participa desde cada ángulo y laterales de los vaivenes de cada escena, texto, proyección lumínica, ritmos gestuales, silencios, personajes y cambios de contextos temporales, una taberna, un cementerio, una plaza, un tumulto, un cántico, una oración, un pensamiento en voz alta, experiencias absolutas de la imagen literaria de paisajes, actuaciones y conductas extraídos de la novela que sobre este escenario al efecto, se han llevado con el rigor que exige cada reflexión de los diferentes caminos de la obra, donde el reto del autor conduce a lugares imposibles pero reales sobre esta obra llevada al teatro.

 

“Estamos en la Plaza del Delirio, todo en ella rompe los esquemas que definen una sociedad moderna al uso. Es un espacio enorme, inmenso, capaz de embeber los instintos y describir escenas, rincones, parajes, gentes que no parecen de este mundo, como si nos introdujésemos en el lienzo de una pintura abstracta que, en cada pincelada, mostrase la sorpresa inadvertida que ni el propio pintor hubiese reparado en ella. Es un lugar con algo de mágico y encantado. Van a advertir poco a poco que nada aquí es igual a cuanto pudiese vivirse afuera. Todo se percibe en diseño de cuento, como si el paseante empezase a ser partícipe de un relato donde nada se ajusta a la realidad, donde lo espontáneo resulta un caos surrealista”.

 

Previa a las intervenciones dedicadas al libro, el cantautor, colaborador musical, Luis Fajardo López-Cuervo interpreta temas entre los que destaca el tango, Cambalache, Siglo XX, Cambalache, problemático y febril.

 

Fernando Tocino expone en su intervención la amistad y conocimiento de la personalidad de José Juan Mújica y un análisis profundo de la obra: “Buenas noches a todos y todas. Cuando D. José Juan Mújica Villegas, se ponía a hablar, no lo paraba ni Carnevali ni la metro guagua, así ha sido a lo largo de estos últimos años al calor de nuestras pequeñas tertulias, entre cafenes y cafenes, nos echábamos varias partidas de ajedrez donde nos jugábamos el cielo y el infierno, pero con reglas fuera de la ortodoxia tradicional. Él y yo solíamos jugar al quien gana pierde. Les aseguro que era imposible poder ganarle. Ya no solo por esta forma tan peculiar de jugar al ajedrez, sino a cualquier envite en el cual él te retara.

 

Pero lo más tormentoso de todo esto eran las diferentes batallas que se sucedieron a lo largo de la Humanidad que le taladraban sin cesar el cerebro. Siempre dije que super que su paso por Viajes Melián le convertirían en un hombre de mundo. Me las creía todas ante su poder de narración y su oratoria locuaz. Después de jugar una partida muy singular y a modo de descanso de destrucción de neuronas a las que me sometió, y tras algunas copas de vino de uva, se le escapó una vez entre balbuceos de vino la premisa de que le presentará algún día uno de su libros. La idea a mí me pareció apetecible dentro del contexto de los vapores alcohólicos y la exaltación de la amistad que todo acto de compadreo lleva.

 

Atónito, sinceramente me quedé, ese día que pasó por casa y me recordó la promesa acordada aquella noche etílica, de la cual nadie tenía, ni presente en mi pensamiento. ¡Oiga fuerte hombre de palabra! Pues sí, de palabra y significados trata este libro, de vocablos ricos y abundantes que nos sitúa y nos ubica en un contexto del pasado épico medieval del siglo XIV y la aburrida actualidad contemporánea. Palabras atemporales y palabras melosas en su pronunciación y en su tono, palabras pensadas y utilizadas con suma precisión para centrar los significados que nos quiere hacer llegar a modo de descifrar este código que nos dará la luz en la trama vital de este libro.

 

Significados abstractos que don José Juan, de ahora en adelante…..Pepe….los convierte en concretos y tangibles, y que se desarrollan entre el amor, la amistad, la generosidad, la traición, la mentira, pero también entre el engaño, el poder, el humor, la tradición, el perdón y el compromiso. Significados que tienen que ver con cada una de las expresiones más profundas que nos definen como raza humana.

 

Ni una sola palabra escrita está vacía de contenido. De verdades y mentiras trata este libro. La búsqueda de la verdad como espina dorsal que nos vertebra y que nos construye el eje central de las personas, sus culturas y sus tradiciones ancestrales. La verdad en contraposición con la cruda mentira sin la cual no entenderíamos lo transparente de la misma y su significado en esencia. Gracias a lo oscuro de la mentira podemos identificar la verdad y hacerla brillar. La mentira como una distorsión de lo cierto y lo verdadero y que sabiamente forma parte necesaria de nuestra identidad como especie, y Pepe, lo explica con maestría, pero no me refiero a la Escuela Politécnica de la calle Canalejas.

 

Del bien y del mal trata este libro que nos convoca, diría más bien, del cielo y de la tierra, esa dualidad que desde los confines lejanos de la historia nos ha acompañado hasta la actualidad y que seguirá presente en nuestra cultura. Esa dualidad que nos propone Pepe, como manera de entender lo malo que hay dentro de lo bueno. Claro, lo bueno que encontremos dentro de lo oscuro. Como ejemplo definitorio, valga recordar a Darth Vader, en la Guerra de las Galaxias, cuando el representante del averno que resuelve su contradicción por su amor y regresa a la luz.

 

A modo recordatorio, como decía, alguno de ustedes piensa que Mefistófeles, es decir, el diablo cambiaría su modus operandi. Muchos creemos que sí, el resto pensará en negativo. Esta es la dualidad contraria a la que me refiero, la negación del otro, el Yin Yang dentro del Yang Yin. Y Pepe nos sublima con esa contradicción en su libro como ya lo presagiaba Italo Calvino en su obra, El Vizconde demediado, o los Axiomas filosóficos de Hegel entre la Tesis y la Antítesis del Pensamiento Crítico.

 

De alquimia y templarios trata este libro que nos convoca, la alquimia como creencia vinculada a la transmutación y a la transformación de la materia, y la Orden del Temple en su vertiente de compromiso leal con sus semejantes. Los alquimistas creían que la piedra filosofal era capaz de transmutar metales innobles en oro, pero también, está vinculada a la búsqueda del elixir de la vida, una sustancia que permitiría curar todas las enfermedades y posibilitar la vida eterna. Y de eso, nos habla Pepe, pero de la vertiente más humana.

 

Todos en el fondo tenemos algo de alquimistas, si piensan, al intentar transformar nuestras ideas y nuestras emociones sencillas en nuevos proyectos transcendentes, nuevos sentimientos, nuevos valores.

 

Esa idea de que estamos siempre en continua transformación hacia una vida más superadora y mejor, en definitiva, la idea de transcender acorde a nuestro nombres.

 

De amor y de amistad, Pepe, trata este libro que nos convoca. Un amor al más estilo puro renacentista, donde los cuerpos y la libido, no forman parte de este sentimiento. El amor como búsqueda de lo espiritual, como búsqueda de concepto y el acercamiento a la verdad y a la armonía. Amor como el que llevó a Lancelot a errar y vagar por las tierras altas de Inglaterra en busca del Santo Grial, y así, de este modo, el descubrimiento espiritual, similitudes que también reprodujo El Quijote, invitándonos también al sentir del amor filial, solidario, fraternal y rechazando el falso amor egoísta. Este amor funciona como un binomio, como una dualidad de la amistad en mayúsculas, una amistad que busca a lo largo de cada una de las páginas del libro y que incluso está presente hasta en la portada del mismo.

 

La relación de la amistad nos transporta a la dimensión más elevada y a la máxima puntuación de poder incluido. Una amistad definida en términos máximo común divisor, sí. Pepe, nos da un concepto de amistad que no pertenece ni al cielo ni a la tierra, nos proporciona una abstracción que está por encima de de Dios y del averno. La amistad absoluta como verdad absoluta y universal. Amor y amistad, en definitiva, se funden en un solo concepto.

 

Finalmente de libertad y libre albedrío, trata este libro que nos convoca. La presencia de la libertad como manera de expresar el respeto por cada una de las individualidades presentes en sus ficticios relatos, pero que adquieren la dimensión universal. La Plaza del Delirio espacio de libertad y de expresión donde los humanos nos sentimos libres de hablar y obrar.

 

Donde el disparate se torna cordura y donde las normas y los roles sociales no pululan a su antojo. Libertad que adquiere el mismo valor que Pepe le da al amor y a la amistad. Un trío de valores que forman el trípode central de su relato. Me atrevería a decir, ustedes, sí, todos ustedes, representan ese espacio de libertad como de un protagonista más se tratase de la obra.

 

El Dulce aroma del mal rezuma olores y sabores. A veces, huele a azufre que proviene de las galeras provocadas desde las profundidades, otras huele a almizclé dulce que proviene de lo contrario, entre ambos olores, justo en el medio, todo un abanico de aromas que están asociados a cada una de las experiencias humanas y sus propias emociones. Todos estos elementos son imprescindibles para un alquimista, en su labor de mixturar cada uno de estos elementos para conseguir una transformación y una transmutación de algo mucho más valioso y agradable, se encuentra en nuestro amigo Pepe.

 

A partir de este momento el homeópata y el alquimista de las letras. Disfruten ustedes como yo lo he hecho del Dulce aroma del mal y de su alquimista. Gracias y buenas noches”.

 

Finalizada la interesante y didáctica intervención de Fernando Tocino, en un reflejo muy bien estructurado sobre los diferentes caminos y conductas humanas que nos encontraremos en esta novela, que ya su propia reflexión nos la sirve enigmática, curiosa y libre de todo prejuicio para meternos de lleno en su lectura.

 

Interviene el autor José Juan Mújica que expresa: “Muchas gracias a todos. Es un verdadero placer saludar a todos las personas que intervienen en este acto que yo creo debo ser quien menos uso de la palabra haga esta noche. Ni tan si quiera la novela por la cual todos los presentes han sido invitados merece ocupar ningún tipo de comentario por mi parte, pues considero que es exclusiva labor de quien acepto la oferta de presentar mi libro.

 

Pero si que debo matizar algo con el fin de que su argumento no sea confundido. Lo que aquí se representa hoy, en esta Plaza del Delirio, no es más que un breve registro de algún pasaje puntual. Un simple chispazo de alguna escena que en el relato quiere ser un leve descanso, una ligera pausa dentro de la obra.

 

Solo creo, que debo decir respecto a este trabajo que justo hoy empieza a dejar de ser del todo mío para convertirse en compañero de viaje de quienes quieran posarle una mirada o dedicarle toda una lectura, que durante el periplo de su primera palabra hasta la última nunca pensé que el autor iba a terminar poniendo, como se vio antes, los pies en cualquier a de sus páginas, pisando un trocito de su Plaza del Delirio, y oyendo el respirar de algunos de sus extraños personajes.

 

Esto tengo que agradecerlo a Marifé Navarro, una excelente directora teatral que me ha hecho junto con su grupo de intérpretes el estupendo regalo de ponerle un toque de vida a unos ligeros pasajes de la historia. Mis palabras deben ser muy pocas, repito, las menos y por encima de todo insistidas en el agradecimiento. Por tanto, quiero reconocer del mismo modo a Soli Medina, excelente compañera en muchas veladas culturales compartidas, que ha sido una persona necesaria e imprescindible para que todos podamos estar reunidos, viviendo juntos este pedacito de tarde noche. A Luis Fajardo, el cantautor amigo que viene enalteciendo desde ya hace bastante tiempo con su músico, la poesía canaria, poniendo exquisitas melodías a versos de poetas nuestros, unos de altura reconocida y otros de dimensiones descubiertas por él y por su amor a este género literario.

 

A Adolfo García, persona con la cual tengo contraídas muchas deudas de afecto y quien concretamente, El dulce aroma del mal, ha de reconocerle siempre una constante compañía edulcorada por el sencillo afecto y por su presencia. Gracias a Fernando Tocino, por ese tiempo dedicado a sumergirse en mi novela, para analizarla críticamente y para realizar una valoración tan metódica como generosa, enfatizándola para él, singularidad del atlante, o la esencia de los personajes y el acento puesto en ciertos valores inherentes al ser humano. Gracias Fernando por haberla leído con rigor y con generosidad y por haber mostrado un dibujo tan complacido de ello.

 

He de subrayar, también, con enorme énfasis, el sobresaliente trabajo de alguien que ha puesto su esfuerzo y su enorme creatividad en la concepción de esta bellísima portada, porque si algo puedo alabar de este libro siendo yo su autor, es esta parte del todo ajeno a mí, una singular fachada tan llena de simbología que el artista José Sosa Serván, ha extraído sabiamente de la narración para alumbrar una ilustrativa síntesis de la historia. Otra expresión singular de agradecimiento que podría estar, hasta incluso, manifestada por todos, ya que sin su cortesía, hoy no estaríamos aquí, y yo me hubiese visto obligado a buscarle a ustedes otro acomodo posiblemente no fácil de igualar al ponente, va dedicada al anfitrión, doy las gracias al Círculo Mercantil, por su gesto amable y generoso al abrirnos sus puertas, a este club de sello emblemático, referente centenario de la cultura social de nuestra ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

 

Y por último a todos ustedes, amigos, compañeros, vecinos, familia, gente querida de quienes por una razón u otra llevo puesto un poquito en mi corazón. A todos, gracias por ofrecerme la magia de esta noche compartida. Gracias”.

 

Finalizados los últimos movimientos dramatizados sobre el escenario de este espacio donde se desarrollan textos y gestos que evolucionan y pulsan la expresión literaria del libro, se procede a la foto de familia de todos los participantes.

 

El cantautor Luis Fajardo dedica con su guitarra un tema con los versos del poema Papel en blanco, dentro de una botella con mensaje…. del poema de José Juan Mújica, Papel en blanco, del poemario Gotas de algo y Olvidos, publicado con el escritor y poeta, Adolfo García García en 2016.

 

“Soy un papel en blanco/ dentro de una botella/ que cruza los mares/ perdida en el tiempo./ Nada escribió en mí/ el náufrago que aquí me puso,/ tal vez porque no supiese/ el modo de alar una sola frase./ Rara forma de pedir auxilio/ por parte de quien, desesperado,/ lo gritó sin saber escribirlo/ al ignorar el giro de las letras./ Soy un papel muy viejo/ olvidado, seguro, por quien/ en esta acristalada urna/ condenase mi existencia./ Si llegara el momento que una orilla/ a alguien le mostrara mi presencia,/ le pido ayuda y al viento me abandone/ pues aquí, tras el cristal, me falta el aire./ Soy un papel en blanco/ dentro de una botella/ que cruza los mares/ perdida en el tiempo”/

 

El autor de la obra dedica con su firma los ejemplares adquiridos en este acto de presentación. José Juan Mújica Villegas, autor de la novela, bien conocido en Telde y en círculo culturales, literarios, de Las Palmas y Gran Canaria, por su trayectoria literaria como escritor, poeta, ensayista, José Juan Mújica Villegas, excelente colaborador y asistente como, el también escritor y poeta Adolfo García García, de las veladas poéticas de Susi Arencibia, y de otros actos y presentaciones, ponencias, exposiciones, conciertos, recitales, que se han venido realizando en la ciudad de los Faycanes, desde el Círculo Cultural de Telde, programas de la Concejalía de Cultura del M. I. Ayuntamiento de Telde, Sala de exposiciones de la Sociedad La Fraternidad, etc.

 

de bellos poemarios que han visto su presentación como propios y coautores, entre ellos mismos y en coautoría con el poeta fallecido y siempre recordado, Luis Natera, artífices de sus homenajes y recitales en Telde, Las Palmas y Guía, dedicados a la persona siempre recordada del poeta de los Cuadernos de Salinetas, Luis Natera Mayor.

 

Adolfo García, a modo de reflexión al hilo del contenido de la novela El Dulce Aroma del Mal, que a través de sus XXV Capítulos, epigrafíados que ofrecen al lector una pista, un pensamiento que prepara el buen camino a seguir la comprensión del relato. Culmina la obra en un epílogo que cierra las 330 páginas de una historia, la del tiempo, la de sus personajes y, quizás, como el viaje a mundos desconocidos, descubramos las huellas del inquieto ser humano que transita por los diferentes espacios temporales, los internos y externos, la conciencia de estar y la inconsciencia del ser.

 

Adolfo García expone: “José Juan Mújica nos describe quizá la mayor victoria de los Templarios cuando sufren su derrota definitiva. Mezclando imaginación con historia, rigor literario con roñía y fino humor, compagina dos relatos concurrentes que suceden en una diferencia de varios siglos, y conjuga simultáneamente lo acaecido en nuestra Tierra con lo que se está fraguando en el inframundo de Lucifer. Todo ello salpimentado con personas cuasibohemias que pululan por un lugar real, la Plaza del Deliro, como si de un cuento fabuloso fuesen caricaturas. A lo largo de <<El Dulce roma del Mal>> se disfruta de una dosis controlada de lo romántico en sus vertientes etimológicas”.

 

Enhorabuena por esta magnífica novela, por la extraordinaria puesta en escena para su presentación y la novedosa manera de conducirnos y llevarnos de la buena mano de los intervinientes, figurantes y colaboradores en sus diversos papeles, a través de una historia que nos relata a nosotros mismos, nuestras formas de ser, conductas y, en definitiva, las luces y sombras que el tiempo y el destino nos predispone en la realidad, en los sueños y en la ficción.

 

El dulce aroma del mal nos predispone a… salir de nosotros mismos para adentrarnos en el mundo de todos…. Y si tú no existieras/ dime por qué existiría yo/ para arrástrame en un mundo sin ti/ sin esperanza y sin añoranza/.

 

José Juan Mújica Villegas, escritor, poeta, por siempre, enhorabuena.

 

Jesús Ruiz Mesa es colaborador cultural de TELDEACTUALIDAD.

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