TELDEACTUALIDAD
Al este, un aparcamiento inacabado, un edificio cerrado y adornado con pintadas y una obra paralizada; al norte, un estanque abandonado, inundado de hierbajos; al oeste, un jardiÌn olvidado, donde los matojos crecen sin control; y en el centro de tanta basura, un tesoro histoÌrico y cultural: el Molino del Conde.
Tal y como relata este lunes el periódico Canarias7, en una información de Blanca Esther Oliver, el abandono, la dejadez y el despropoÌsito rodean el Molino del Conde. El mismo edificio que recientemente ha sido declarado, junto con su entorno, Bien de IntereÌs Cultural (BIC) por parte del Gobierno de Canarias.
Esa distincioÌn certifica la significacioÌn histoÌrica de un inmueble y unas instalaciones de propiedad municipal, que se han erigido en un lugar de visita obligada para quienes desean respirar una bocanada del aire de la cultura, la arqueologiÌa y la biografiÌa teldense.
El exterior del edificio fue rehabilitado por completo, asiÌ como la zona alta del interior, que actualmente alberga parte de la maquinaria y las dos piedras en las que se moliÌa el millo, que presiden el pequeño saloÌn de actos en el que el CiÌrculo Cultural de Telde, al que el Ayuntamiento ha cedido la gestioÌn del uso, organiza conferencias, debates, conciertos y otros eventos.
Sin embargo, toda la planta baja del inmueble, si bien mantiene intacto todo su valor arquitectoÌnico, su aportacioÌn a la historia de la isla, de la alimentacioÌn y de los oficios antiguos, auÌn sigue pendiente de ser remozado.
'No future'
El contrapunto a esta joya etnograÌfica lo pone precisamente ese entorno al que tambieÌn afecta la calificacioÌn de Bien de IntereÌs Cultural y que, se mire por donde se mire, presenta un aspecto nada compatible con el tesoro que circunda.
Asomarse a las ventanas del Molino del Conde es abrirse a un escenario en el que, se mire hacia donde se mire, el espectaÌculo es desolador.
Por una parte, el edificio cerrado de los antiguos multicines se ha convertido en un lienzo en el que cualquiera deja los mensajes maÌs variopintos, a golpe de spray.
Llegar al BIC y darse de bruces con un Putas guarras, un PoliÌticos HDP, un No future o un Lambo te amo, es la rutina habitual de los visitantes del enclave cultural.
Pero ademaÌs de esas muestras del arte callejero, en algunas franjas horarias tambieÌn es posible contemplar las actividades de grupos de joÌvenes en riesgo de exclusioÌn que utilizan la zona para dar rienda suelta a sus aficiones.
Otro escenario abierto a desmanes varios es la obra del Palacio de la Cultura, paralizada durante los uÌltimos ocho años, que muchos de estos joÌvenes han convertido en su haÌbitat.
Todo ello, junto al jardiÌn y al estanque que sobreviven inundados de hierbajos, matojos y rastrojos, conforman un entorno que puede ser cualquier cosa menos un BIC.
Gran valor museístico
El Molino del Conde es uno de los maÌs singulares de Gran Canaria, por su relevancia histoÌrica, al ser un auteÌntico monumento a la arqueologiÌa industrial. Todo ello le confiere un valor museiÌstico que deber ser aprovechado, por lo que hacerlo revivir le convertiriÌa en un enclave digno de recibir las visitas tanto de estudiantes de la isla como de turistas.
El Ayuntamiento, consciente de que debe dar un paso al frente
El Ayuntamiento es consciente de la situacioÌn en la que se encuentran el Molino del Conde y su entorno y desde hace un año, mantiene conversaciones con el Gobierno de Canarias y el Cabildo para acometer su rehabilitacioÌn integral.
«Hace un años, conseguimos el compromiso del director General de Patrimonio, Miguel AÌngel Clavijo, para poner en marcha el proceso», aseguroÌ Gloria Cabrera, concejal de Patrimonio. «Ahora, con la declaracioÌn del lugar como BIC, tenemos maÌs fuerza para presionar al resto de las administraciones e instarles a que pongan en marcha el proyecto cuanto antes».
Pero mientras llega ese momento, el Consistorio se enfrenta a los problemas de la zona con los medios de que dispone.
En concreto, Gloria Cabrera detalloÌ que agentes de la PoliciÌa Local y la PoliciÌa Nacional trabajan en los aledaños de los multicines y de la obra del Palacio de la
Cultura, para controlar a los joÌvenes que pululan por la zona. Una labor a la que tambieÌn contribuyen los vecinos del lugar, que ya han presentado varias denuncias.
«En cuanto al Palacio de la Cultura, hemos pedido a Vicepresidencia del Gobierno de Canarias que ejecute el tapiado y cerramiento de la obra», contoÌ Cabrera. «Seguimos presionando, porque somos conscientes de que debemos dar un paso adelante para solucionar esta situacioÌn».
Fuente: Canarias7 / Texto: B.E.O.
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