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Telde.- El próximo 5 de enero, cuando la mayoría de los españoles espera la llegada de los Reyes Magos, Antonio González Padrón recibirá un regalo adelantado: su jubilación. Tras 38 años en la Casa Museo León y Castillo, 27 de ellos como director, deja el lugar que ha significado su vida. «No es un trabajo, ha sido una vocación», dice.
Apenas habían pasado tres meses desde que terminó la licenciatura en Filosofía y Letras cuando Antonio González entró como becario en la Casa Museo León y Castillo. Era octubre de 1979. Seis años después ya cumplía funciones de coordinador hasta que en 1990 se sacó por oposición la plaza de director-conservador, según desgrana Canarias7 en un reportaje de Cristina González.
«Ha sido mi trabajo de toda la vida», reconoce ahora, cuando está a punto de cumplir 63 años y 38 cotizados, momento en el que puede jubilarse. «Yo no concibo mi vida personal ni profesional sin la casa museo», explica. Por eso nunca lo consideró un trabajo, sino una vocación. Siempre dice que si el Cabildo supiera lo feliz que es trabajando, «en vez de pagarme, me cobraba», bromea.
En 20 días deja el lugar que ha sido casi como su casa, pero continuará siendo cronista de la ciudad de Telde, un cargo vitalicio y honorífico, y tendrá tiempo para terminar una tesis doctoral y libros sobre el municipio. Aún no se sabe quién le sustituirá, pero la entidad seguirá funcionando igual mientras tanto, ya que tiene planificado los eventos para los próximos seis meses.
Antonio González ha sido testigo de muchos cambios en el edificio desde su llegada, ya que cuando arribó tenía solo dos habitaciones dedicadas a museo y el resto era biblioteca. Tras varias ampliaciones, ahora tiene un salón de actos para 80 personas y ocho salas de exposiciones permanentes, además de un archivo documental individual y una biblioteca.
Reconoce que una de sus mayores satisfacciones es la de haber conformado un buen equipo de trabajo, donde todos son conscientes de la importancia que tienen para el buen funcionamiento de la casa museo. Además, de que la entidad sea un espacio abierto para los visitantes de Telde, de la isla y los de fuera, que muchas veces repiten y se quedan maravillados porque se sienten como en su casa. «Esto es una verdadera casa museo», reconoce. Un hogar dedicado a enseñar la vida y obra de dos personas que «cambiaron el rostro de Gran Canaria», Juan y Fernando León y Castillo.
González Padrón abandona el cargo con una espinita clavada: que aún falta un tercio de la casa natal de Fernando que el Cabildo tiene que adquirir, donde iría la biblioteca, para que ese espacio se convierta en la sala de exposiciones temporal. Es su sueño, pero pendiente de conseguir, al igual que lleguen a Telde desde Madrid los restos mortales de la mujer de Fernando. Se va con varias satisfacciones, como la de conseguir que se colocara una escultura de Fernando en la Plaza de la Marina, en el Senado; o la que irá a la embajada de España en París; además del monumento a Juan en Telde y Agaete.
Amplio currículo
El currículo de Antonio González Padrón es difícil de resumir. Además de director de la casa museo, es cronista de Telde desde 1985, académico de la Real Academia de
la Historia y miembro de numerosas organizaciones, entre ellas del Comité Internacional de Museos. Fue durante seis años presidente de la Asociación Nacional
de Casas Museos y Fundaciones de Escritores (Acamfe) y también es hijo predilecto del municipio desde junio de 2008.
Ha pregonado las fiestas más importantes de la ciudad, como San Juan, San Gregorio o las de La Concepción de Jinámar y tiene numerosas publicaciones en su haber.

























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