TELDEACTUALIDAD
Telde.- La ciudad de Telde celebró este jueves el 175 cumpleaños de uno de sus hijos más ilustres, Fernando de León y Castillo. El que fuera ministro de España, vicepresidente del Congreso de los Diputados y embajador en Francia durante finales del siglo XIX. Lo hizo con acto institucional en la plaza de San Juan en el que participaron escolares, familiares, autoridades municipales e insulares y representantes de diferentes asociaciones y colectivos del ámbito social y cultural.
En la antaño conocida como Alameda de San Juan y junto al busto que perpetúa su legado en una de las esquinas de esta plaza, este mediodía se rindió un bonito homenaje al prócer teldense Fernando León y Castillo por el 175 aniversario de su nacimiento, acontecimiento acaecido tal día como hoy y en esta misma ciudad en el año 1842.
Un acto que comenzó al ritmo del pasodoble del compositor Ramón Falez que interpretó la Banda Municipal de Música y que giró en torno a la ya tradicional ofrenda floral (que se viene desarrollando desde 1968), con la presencia de un nutrido grupo de escolares de los colegios León y Castillo y San Juan de Telde, de los cronistas oficiales de Telde, Antonio María González Padrón; de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y de la Isla, Juan José Laforet; y de Valsequillo, María Teresa Cabrera, así como del director general de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos del Cabildo de Gran Canaria, Oswaldo Guerra; de la escritora y biógrafa Pepa Aurora, y de descendientes de los León y Castillo, de una comitiva municipal encabezada por al alcaldesa Carmen Hernández y de vecinos del municipio que quisieron sumarse al homenaje.
Tanto la regidora teldense como el director general coincidieron en mostrar a Fernando León y Castillo como un ejemplo para las generaciones venideras. Así, invitaron a los pequeños estudiantes teldenses a seguir sus pasos y “perseguir sus sueños con perseverancia”.
Además, Oswaldo Guerra aprovecho su intervención para esbozar a un León y Castillo niño que correteó por las plazas y calles de Telde ambicionando un devenir que luego, con el paso de los años, se tradujo en una sobresaliente carrera política que le llevó a ser una destacada figura política y diplomática al más alto nivel, y uno de los artífices, junto a su hermano Juan, de una infraestructura crucial para Gran Canaria como lo es el Puerto de La Luz y de Las Palmas.
Mientras que el cronista Antonio González Padrón, en uno de sus últimos actos como director de la Casa-Museo antes de su jubilación, resaltó el sentido de pertenencia del prócer teldense, tal como evidencian dos de los lemas que más se le recuerdan: “Todo por y para Gran Canaria” y “El Puerto, lo primero”. Del mismo modo, González Padrón recalcó que el municipio “tiene muchos motivos para estar orgulloso de León y Castillo”.
Tras escuchar el Himno Patriótico que Santiago Tejera Ossavarry dedicó a León y Castillo, composición que bajo la batuta de José Martel tocó la Banda Municipal, los asistentes fueron pasando uno a uno para depositar cerca de doscientas rosas rojas y amarillas al pie del busto que recuerda a León y Castillo en San Juan, una obra de la escultora Eloise Bosch fechada en 1900 y adquirida en los años sesenta por el Cabildo grancanario.
Como colofón, los escolares entonaron un entrañable cumpleaños feliz y la Banda Municipal volvió a poner el toque musical cerrando con el himno de Gran Canaria, Sombra del Nublo.
Y para esta tarde una conferencia
Los actos organizados por la Casa-Museo consagrada a la figura de Fernando León y Castillo y su hermano, el ingeniero Juan León y Castillo, se completan por la tarde con la conferencia El París que vivió León y Castillo (19.30 horas) a cargo del profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y escritor Jonathan Allen.
La intervención de Allen se centra en los años de Fernando León y Castillo como embajador de España ante Francia entre 1887 y 1918, unos años fundamentales para la política internacional española. El teldense se convirtió además en el decano del Cuerpo Diplomático en París.
León y Castillo fue designado para esta labor atendiendo a sus dotes negociadoras, su formación y su experiencia, según subraya Antonio González Padrón, director de la casa-museo. Gracias a sus gestiones se le reconocieron a España los derechos sobre el Territorio del Muni, el Sahara Occidental y el Protectorado del Norte de Marruecos.
La posición política y social de León y Castillo le situó en el centro de la vida parisina. Asistió en primera fila, por citar un ejemplo, a la inauguración de la Torre Eiffel, y mantuvo una amistad con su diseñador, con el ingeniero Gustave Eiffel. Además, introdujo en el bullicioso mundo de la capital francesa a personajes como Unamuno, Baroja o a su también amigo Benito Pérez Galdós.
La ciudad de París le concedió su Llave de Oro y el Gobierno galo le otorgó galones propios de Jefe de Estado cuando falleció en Biarritz en 1918. Sus restos traídos desde ese país en 1928, reposan hoy en la Capilla de Santa Teresa de Jesús de la Santa Iglesia Basílica Catedral de Canarias, en Las Palmas de Gran Canaria.
Antes de su etapa francesa, Fernando León y Castillo ocupó las carteras de ministro de Ultramar (1881-1883), vicepresidente del Congreso de los Diputados (1883) y ministro de Gobernación (1886-1887). La reina regente María Cristina de Habsburgo le concedió en 1900 el título de Marqués del Muni.






































































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