El teldense acusado de envenenar a su esposa alega que lo pudo hacer otro

Telde.- “Al ver que le salía espuma por la boca, me dije: esta mujer se echó algo que le está haciendo daño”. El vecino de Telde acusado de intentar asesinar a su mujer con veneno negó ayer los cargos con socarronería. Las acusaciones piden 15 años de cárcel, y su defensa, la libre absolución.

 

El vecino del barrio teldense de La Higuera Canaria Juan Ramón M.C:, de 51 años, negó ayer ante el tribunal que le juzga por intento de asesinato que el 15 de julio de 2013 echara carbamato (insecticida) en el potaje de la mujer con la que llevaba casi un cuarto de siglo conviviendo, y sugirió que había sido otro miembro de su familia, según detalla Antonio F. Gándara en una información que publica el periódico Canarias7.

 

Cuando su abogado defensor, Pedro Sánchez, le preguntó si alguien más que él tenía acceso al cuarto de aperos donde habitualmente guardaba el carbamato, respondió: “Mire, esa pregunta llevaba yo esperándola mucho tiempo; mucha gente tenía acceso al cuarto. No sé quien lo hizo, pero espero una investigación a fondo, de dónde ha salido todo esto”.

 

Admitió que en la época en la que Dolores S. S. fue envenenada sus relaciones estaban muy deterioradas. Dijo que ya ni se hablaban, y cuando la fiscal preguntó si ella trabajaba respondió con ironía: “Ella dice que trabajaba. Yo, como no lo vi, no lo puedo decir”. Minutos después de esta afirmación, uno de sus hijos declaraba que su padre había ido a espiar a su madre en el trabajo.

 

Aseguró que aquel día estaba con uno de sus hijos en casa viendo la tele cuando le llamó una vecina diciéndole que le diera bicarbonato para su esposa, y agregó que al llegar a casa de la vecina había visto a su pareja con “fatiga”. “Me dije, esta mujer se echó algo que le está haciendo daño, porque le salía espuma por la boca”, expuso. Recordó que Dolores repetía que alguien la había envenenado, pero alegó que no estaba dando su nombre.

 

Expuso que las tareas en la casa no era para él, y no supo explicar por que aquel día había fregado los platos del potaje envenenado. Afirmó que el era quien sostenía a la familia (tres hijos de ella, dos hijos en común y dos hijos de él) y dijo que ella le había sacado 6.000 euros «para mandar a un hijo suyo a Cuba a hacer algo de senderos, de esos de la

religión [santeros]”.

 

Dolores S.S, confirmó que en la época en la que sucedieron los hechos la relación de la pareja era muy mala, Afirmó que él la acusaba de ponerle los cuernos con el señora cuya casa limpiaba, y dijo que desde que él había cobrado 28.000 euros por un accidente laboral, “estaba poderoso”. Declaró que él era adicto a la heroína y recordó que entre sus amenazas habituales, estaba la de “te voy a hacer lo que le hice al médico de Jinámar”, en referencia a un crimen a principios de la década pasada. También alego que en aquel verano él le decía, “te quedan tres o cuatro meses de vida”.

 

Recordó que a la tercera cucharada del potaje ya se había dado cuenta de que la había envenenado. Sólo le dio tiempo de llegar a casa de su vecina, se desmayó entre vómitos y diarrea.