ADOLFO SANTANA
Suscribo lo que dices, Marisol. Sabes que ahora estoy en contacto con este mundo a diario y, sí, este personal está reventado. Por ponerte un ejemplo: en Oncología del Hospital Insular, se va la gente de vacaciones y el trabajo recae en los que se quedan-creo que solo sustituyen las bajas-, que siguen cumpliendo maravillosamente, pero tendrías que verlos cómo trabajan y se entregan.
Sin quejas y aceptando como pueden las nuestras, que somos incapaces de ver-desesperados como estamos, porque nos estamos jugando la vida, coño- que ellos son también víctimas de este puto sistema y de estos impresentables rectores que han olvidado los días en que estaban al otro lado de la trinchera. Por ponerte otro ejemplito: en Oncología, mucho antes de que termines con las sesiones de quimioterapia que el especialista ha juzgado necesario ponerte, solicita un escáner, tac, o como le llamen, para ver la devolución del cáncer en función del tratamiento recibido durante, vamos a poner, como fue en mi caso, ocho semanas, en sesiones de una cada ocho días.
Terminan las sesiones y mi solicitud, que tenía fecha del 27 de mayo, seguía danzando en el limbo de “no hay personal”, “qué quieren ustedes que hagamos”, etcétera, sin que nadie pareciera caer en la cuenta de que sin esas pruebas los especialistas están trabajando casi a ciegas.. Total, que acaban las ocho sesiones,no me llaman de Radiología y la oncologa no sabe a qué carta quedarse. ¿Qué voy a hacer con usted si no sé cómo ha respondido su dolencia a la quimio”? Me hace una especie de certificado y me voy a Radiología. Allí me dicen que lo mío está aprobado, a 30 de agosto, pero que las pruebas me las tengo que hacer fuera del Insular, en el Perpetuo Socorro o en San Roque, porque debe ser que allí están saturados o medio departamento se ha ido de vacaciones. No lo sé.
Lo cierto es que me dicen que para primeros de agosto, la cosa estará hecha. Ni por flores. Ayer me fui al Consultorio del Usuario, o así, uno de los lugares más cutres, estrechos y tétricos de todo el hospital, con un personal magnífico y atento,dicho sea de paso, donde me confirman que tengo la prueba definitivamente aprobada para dentro de unos quince días en el Perpetuo Socorro. Dentro de quince días exactamente se me cumple el ciclo de las otras cuatro sesiones de quimioterapia que mi doctora optó por recetarme, a la vista de que en Rayos están vacilando. Si acaba esto y un servidor no ha pasado por yayos, estaríamos en las mismas mi médica, mi cáncer y yo.
No he querido ponerme a buscar culpables en el hospital, porque sé muy bien que están fuera, en despachos y poltronas. Y les advierto que están ustedes jugando con las vidas de mucha gente y con las esperanzas de miles de familia. Y a eso no hay derecho. Y como no hay derecho, nos van a tener aquí y en todos los foros de comunicación, entre y con la gente, como antes, denunciando todo lo que ocurra y desenmascarando a más de uno-a que ha olvidado en el oropel sonoro del cargo las necesidades que antes compartía con el pueblo, en Urgencias, por ejemplo, señora consejera, o así.
Adolfo Santana es periodista y vecino de Telde.
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