TELDEACTUALIDAD
Telde.- Aquellos que han perdido un ser querido saben que ciertas fechas no se olvidan. En ocasiones, tal vez por aferrarse a los buenos recuerdos, se tiene más presente el día del cumpleaños de la persona ausente que el de su partida. Eso le ha sucedido este 13 de agosto a la familia del joven asesinado en Marpequeña en 2012, Simón Herrera, cuando cumpliría 23 años.
Aún con la condena a 12 de años de su homicida, tras un juicio por jurado popular, las heridas no cierran. El proceso sigue abierto tras haber recurrido la sentencia al Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC). Saben que hasta que esta situación no acabe no podrán “cerrar el libro”, explica Héctor, uno de sus hermanos. Tienen la esperanza de que pronto todo termine.
Héctor recuerda todavía aquel aciago día, un 29 de diciembre de 2012, cuando Simón murió en sus brazos tras trasladarlo al Centro de Salud de Las Remudas después de que su propio primo lo apuñalara tras una discusión. “Nunca me llegué a imaginar que algo así podría sucederme”, sostiene. Era consciente de que alguna vez podría tener que ayudar a alguien que se encontraba en apuros, pero jamás una circunstancia como aquella.
La familia, compuesta por tres hermanos y su madre, sigue luchando para olvidar este suceso. Mucho más doloroso, aún si cabe, cuando el joven fallecido esperaba un hijo que nunca pudo llegar a conocer. Las fechas tampoco ayudan. Enterrar a un ser querido un 31 de diciembre ha provocado que la Navidad “ya no exista” para ellos, y que siguen recordando lo sucedido como el primer día.
La madre tampoco ha levantado cabeza desde entonces y ha tenido incluso que dejar su trabajo. Hoy le ha recordado llevándole flores al cementerio.
Su hermano Héctor sigue creyendo que ha sido un sueño y se aferra a la idea que se ha ido de viaje pero a un sitio al que no podrá volver a verle, explica. Sigue viviendo en la misma casa donde ambos residían y donde tuvo lugar la tragedia. Pese a todo, no se ha ido del lugar aunque en más de una ocasión ha pensado en marcharse. Sería como olvidarle de forma definitiva…
Una tragedia que conmocionó al barrio
Tal y como
informó TELDEACTUALIDAD cuando ocurrieron los hechos, la tragedia
conmocionó a este barrio de Telde. El fallecido era un joven que se dejaba querer, según sus vecinos, y un chico modélico que trabajaba en la pizzería El Cocodrilo, próximo a su vivienda.
En ese momento Simón Herrera vivía con su pareja, que se encontraba embarazada, en la calle de Galoponte número 15 en una vivienda familiar.
Por este crimen la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha
condenado a 12 años de cárcel a José Carlos G. A. El fallo consideró que había cometido un delito de homicidio y estipulaba también que pagara una indemnización de 194.124 euros a los familiares de la víctima. La condena ha sido recurrida porque considera que fue un homicidio imprudente.
El joven, primo de la víctima, fue juzgado por un tribunal popular y declarado culpable en el veredicto por considerar que acabó con la vida de Simón al asestarle dos puñaladas, una de ellas mortal en el corazón.
Según el veredicto, el ahora condenado se dirigió a la casa de su primo, situado en el mismo edificio que su domicilio, para reclamarle la entrega de un termo que según él había desaparecido de casa.
Como consecuencia de ello se inició una discusión que acabó en un forcejeo del que resultaron ambos con algunos golpes y rozaduras. Tras esto, el acusado subió a su casa, salió a la calle y regresó al edificio donde vivían ambos.
El acusado encontró entonces a la víctima en la puerta que daba a la calle, volvió a discutir con él y en cierto momento de la discusión, sacó el cuchillo que portaba escondido y apuñaló a su primo en varias ocasiones, falleciendo éste una hora después en el Centro de Salud de Las Remudas.
El acusado reconoció que había apuñalado a su primo, pero alegó que fue en defensa propia y sin intención de matarle.
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