La Basílica de Telde: el arte entre flores e imágenes sacras

TELDEACTUALIDAD

Telde.- La Basílica de Telde, centro neurálgico de la Semana Santa en Telde, desarrolla una intensa actividad para poner a punto los tronos que participarán en la magna procesión del Viernes Santo por las calles de la ciudad. TA ofrece crónica y reportaje gráfico de Jesús Ruiz Mesa y Daniel Ojeda.

El arte, entre flores e imágenes sacras

Por Jesús Ruiz Mesa

Una mañana de intensa actividad en torno a los tronos y capillas que a lo largo de las naves de la Basílica de San Juan Bautista de Telde, los colaboradores y personal adscrito a la parroquia, desarrollan con gran interés, poniendo toda su ayuda para que esté todo preparado para la celebración de la Solemne Eucaristía de La Cena del Señor, Hora Santa, Vía Crucis, en la tarde del Jueves Santo, 17 de abril, “Día del Amor Fraterno”, y la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, retablo y hornacina bellamente transformada y decorada como escenario del cenáculo, celebración y participación de la última cena del Señor y escuchar sus palabras antes de su prendimiento “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”.

El colaborador Cristo Naranjo ha creado y diseñado en el altar de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, el cuadro principal de la Cena del Señor y sus elementos símbolos del vínculo eterno del hombre Cristo con los discípulos y la Humanidad, el Pan y el Vino sagrados del Cuerpo y Sangre del Hombre entregado a La Pasión, Muerte y Resurrección, que celebramos en nuestra Semana Santa de Telde.

Un bellísimo y llamativo escenario sacro para elevar el mensaje de esta Última Cena que celebramos el Jueves Santo, con todo tipo de detalles, decoración floral, mesa central para la bendición del pan y del vino, uvas, panes, agua, y mientras cenaba con sus discípulos les invitó a comer el pan y beber el vino, cuerpo y sangre de la alianza nueva y eterna.

El colaborador y decorador experto en estos servicios, Segundo Amador que desde hace años lleva este delicado, y hermoso trabajo sobre sus espaldas con la colaboración de feligreses y adscritos a la parroquia, voluntarios que gracias a su empeño, dedicación y esfuerzo, hombres y mujeres, jóvenes, merecedores, del mejor reconocimiento y agradecimiento por aportar su tiempo, calidad humana, servicio y sensibilidad, a esta parte de la preparación y decoración floral, luminosa, limpieza y conservación de elementos metálicos, platas, maderas, cerámicas, lámparas, paños, mantones, vestiduras, maquinaría, rodajes, energía, etc, que sobre los tronos y al pie de las imágenes, en un constante subir y bajar, observan la mejor disposición de todos y cada uno de los ornamentos desde diferentes ángulos, distribución del efecto cromático de las agrupaciones florales, hacen que los protagonistas de estas procesiones, las imágenes sacras, resalten en su arte el mensaje procesional de los artistas que dieron forma y alma a sus obras de imaginería.

Todo realizado gracias al trabajo, desconocido de quienes desde los oscuros rincones de los cuartos, sacristías, estancias anexas a la Basílica, guardan, buscan, preparan, diseñan y se esmeran en que las celebraciones de los actos sacros nos acerquen más por su belleza.

Allí, entre flores, paños, mantos, en esta ocasión la Virgen de La Soledad cuyo cuidado corre a cargo del mayordomo de Nuestra Señora, Segundo Amador, se entrega con los colaboradores en la decoración floral que revestirá un especial colorido a base de rosas champán traídas expresamente de Ecuador, 500 rosas, 200 varas de calas, 50 cirios, que constituyen el adorno floral y artístico del trono de la Virgen de La Soledad. Igualmente posible a la aportación económica de los feligreses de la parroquia.

En suma cada una de las representaciones en sus diferentes manifestaciones artísticas de la Basílica gótico-mudéjar, obras pictóricas de gran formato, lienzos, pinturas del Vía Crucis, vidrieras, baptisterio del muralista Jesús González Arencibia, Trípticos, Retablo Gótico flamenco del Altar Mayor, la imagen del Santo Cristo de Telde, capillas, en suma la arquitectura, pintura, escultura y orfebrería, adquieren un mayor relieve, una mejor observación, y una llamada a la comprensión y entendimiento de quienes dieron forma, volumen, color y lectura de lo creado, en estos días en que, más y mejor que nunca, el misterio de la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, por la historia, la fe y la esperanza, cada una de estas realizaciones artísticas nos acercan, con la Palabra, a vivir más intensamente los actos religiosos y conmemorativos de la Semana Santa.

Imágenes del escultor de Guía, José Luján Pérez (1756-1815), reconocido como el máximo exponente de la escultura en Canarias y el más prolífico imaginero y de mayor proyección, creador del San Juan Evangelista, Nuestra Señora de La Soledad, el Cristo Crucificado de la Sacristía Mayor, el Patriarca San José, y otras. Jesús Arencibia su Cristo Yacente y los murales del Baptisterio. Los 14 cuadros del Vía Crucis, obra del artista catalán, Jose María Bosch, plasman escenas de un gran realismo del entorno histórico, figura de Cristo y personajes de la Pasión. Las miradas se elevan para alcanzar y descubrir el alma, espíritu y eco que esculturas, imágenes, tronos y escenificación, nos llevan a la reflexión de su mensaje sagrado.

Y al caer la tarde mientras se celebraba la Solemne Eucaristía de la Cena del Señor, el ocaso del día ofrecía un bellísimo y espectacular paisaje en rojo, un cielo arrebolado se extendía sobre los cielos teldenses, como si la naturaleza quisiera acompañar, por algún que otro misterio, la palabra de quien en esos momentos predicaba el amor fraterno y pensara ya en la marcha hacia el Padre.

El arte, gracias al legado artístico del patrimonio heredado de la mano de sus creadores, y la religión en el mensaje evangélico de la Palabra, en esta ocasión se dan la mano más intensamente, con la celebración de cada uno de los momentos vividos por Jesús y su entrega por amor a la humanidad.

Muchas gracias.

Jesús Ruiz Mesa es colaborador de TELDEACTUALIDAD.