Caserones conoce el plan del Cabildo para mejorar su carretera

Se habilitará una rotonda y se suavizará el enlace entre la calle Ceres y la GC-80

Dojeda Lunes, 24 de Agosto de 2015 Tiempo de lectura:

TELDEACTUALIDAD

Telde.- Los vecinos de Caserones pudieron el pasado viernes, 21 de agosto, conocer en profundidad el anteproyecto que el Cabildo de Gran Canaria ha elaborado para mejorar la conexión del barrio con la carretera de San Roque y la Higuera Canaria, la GC-80. Una reivindicación histórica del vecindario con la que durante el pasado mandato se comprometieron la exalcaldesa Mari Carmen Castellano y el exconsejero insular de Vías y Obras, Carlos Sánchez.

Algo más de 30 personas acudieron al encuentro celebrado en la sede de la Asociación de Vecinos Siete Puentes. Precisamente fue su presidente, Manuel Amador, quien estuvo acompañado por la alcaldesa Carmen Hernández y por el también concejal nacionalista Eloy Santana, el que expuso ante sus paisanos los planes del Cabildo para mejorar la conexión de Caserones con esta transitada vía.

Amador explicó que además de una pequeña rotonda que se ubicará a unos 200 metros, barranco arriba, de la salida de la calle de Ceres, también se procederá a ensanchar la GC-80 en su parte baja y más próxima al Puente de los Siete Ojos que atraviesa el Barranco Real.

Reivindicación histórica

Los habitantes de Caserones y Cendro llevan años reivindicando la ejecución de esta obra ante los graves problemas de seguridad a los que a diario se tienen que enfrentar. Unos riesgos que incluso padecen los escolares que durante el curso tienen que bajar hasta la carretera general para esperar a la guagua que los traslada hasta sus centros escolares.

Como ya informara este periódico digital, en mayo de 2014 el consejero de Vías y Obras del Cabildo de Gran Canaria, Carlos Sánchez visitaba la zona y comprobaba in situ la situación acompañado por los técnicos de su departamento.

Junto a la por entonces alcaldesa de Telde, Mari Carmen Castellano, y al que fuera edil de Tráfico, Héctor Suárez, el consejero grancanario se comprometió con los vecinos a dar una solución al problema mediante un desembolso de unos 300.000 euros que correrían a cargo del Gobierno insular.