La importancia del protocolo institucional

ÁLVARO MONZÓN

He estado en la procesión del Lomo Magullo, pueblo de tradicional familiar (mi madre nació y se crió allá arriba) donde el agua del barranco de Los Cernícalos alimentaba a tantas y tantas familias, regando sus ribereñas tierras. El pueblo del Lomo Magullo, anclado en un altiplano entre dos barrancos, cuyos vecinos y vecinas, vieron -en el siglo pasado- correr el agüita.

Hoy en día, no hay tanta agua, pero sí emprendedores y amantes de su pueblo, que rescatan sus tradiciones y saludan a todos los visitantes que, en estas fechas, llegan al calor y jolgorio de unas fiestas.

Pues una de esas vecinas del Lomo Magullo, trabajadora y “valiente” es Rosa Ortega. La conocía apenas hace un mes cuando nos tocó la difícil tarea del área de “Parques y Jardines” en el Ayuntamiento de Telde. Su profesionalidad y compromiso con la institución nos lleva “a compartirla” entre esta área y la organización protocolaria de la Alcaldía. Seguramente, terminará en esta segunda faceta, porque le gusta e -igual que yo- conoce la importancia de un protocolo institucional.

Tal como reconoce la Asociación Española de Protocolo (AEP) “el Protocolo Institucional es una herramienta de comunicación necesaria, válida y eficaz, que debe ser empleada por las administraciones públicas como apoyo a la gestión y en beneficio de la buena gobernanza, con elementos intrínsecamente ligados a la correcta difusión, tanto de la imagen de las entidades como de sus actividades, resultados y presentaciones”.

Álvaro Monzón es concejal de Más por Telde en el Ayuntamiento de Telde.