La Justicia concluye que Mena "abusó" de su posición como jefe de Urbanismo para falsificar el informe

Telde.- José Luis Mena se sirvió de su condición de responsable de Urbanismo en el Ayuntamiento de Telde para falsificar deliberadamente un informe oficial, elaborado por él mismo, con la intención de aparentar que el documento había sido emitido tres años antes. Así lo considera probado la Audiencia Provincial en el fallo por el que condena al funcionario a tres años y seis meses de cárcel y en que se refleja que Mena “abusó de su cargo”.

 

En la sentencia, avanzada este martes por TELDEACTUALIDAD, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas señala que en el año 2005, aprovechando su puesto como jefe de los Servicios de Ordenación Territorial del Ayuntamiento de Telde, José Luis Mena elaboró un informe jurídico relativo a la concesión de la cédula de habitabilidad de una promoción de viviendas en la urbanización de Los Alisios, el cual se incorporó al resto del expediente en el momento que este le fue trasladado por los funcionarios a su cargo, coincidiendo con la solicitud de un particular de un “duplicado final de obra”.

 

En el susodicho informe Mena hacía constar que no procedía el otorgamiento de la cédula de habitabilidad hasta que no se subsanasen diversas deficiencias apreciadas en las viviendas. Para aparentar que el documento había sido emitido por él mismo antes de la fecha de la concesión de dicha cédula, hizo constar como fecha de redacción, emisión y firma la del 15 de noviembre de 2002, firmándolo en calidad de Jefe de los Servicios de Urbanismo y procediendo a unirlo al anexo referido.

 

Una alteración que el Tribunal sostiene que se llevó a cabo de forma consciente y voluntaria. Tesis que avalan los informes periciales aportados por dos agentes de la Guardia Civil y por un perito judicial en los que se aprecia una coincidencia en el periodo de tiempo en el que fueron impresos y en los medios utilizados para ello, tanto en el documento fechado en 2002 como en el del 2005.

 

Las periciales se basan en la apreciación de una progresiva disminución en el número de movimientos que José Luis Mena empleaba en su firma, pasando de los tres que realizaba en el año 2002 a un movimiento único tres años más tarde.

 

Es más, el fallo recoge que es el propio acusado quien en sus declaraciones ante la autoridad judicial descarta cualquier suerte de error en la redacción del informe, llegando a asegurar, “muy claramente”, que este es consecuencia de una solicitud planteada por un particular en el año 2002 con lo que, claramente, su real emisión en el año 2005 cuando ya las cédulas que se pretendía informar estaban concedidas y haciendo constar que firmaba aquel con el cargo que ostentaba en el año 2002 no pudo ser mas que un acto tendente a alterar la verdad de lo sucedido.

 

Ataca la confianza de la sociedad

La sentencia de la Audiencia también hace referencia a que los actos como el juzgado en este caso atacan la confianza y credibilidad que la sociedad tiene depositada en las instituciones públicas.

 

El Tribunal aplica al acusado el atenuante de dilaciones indebidas al haberse dilatado la tramitación del proceso judicial más de siete años. Todo ello a pesar de su “escasa complejidad”. Un beneficio judicial solicitado por la defensa y que se traduce en una reducción de la pena.

 

Al respecto, el fallo achaca en gran medida de esta situación al Ayuntamiento de Telde por la tardanza en emitir los informes que por el Juzgado se le reclamaban.

 

A esta pena de tres años y medio de cárcel -más la accesoria por el mismo periodo de inhabilitación para el desempeño de empleo público, por un delito de falsedad documental, hay que sumar los seis años y diez meses de prisión a los que José Luis Mena fue condenado en el Caso Europa por delitos de cohecho y falsedad continuada en documento público.

 

En total, diez años y cuatro meses de cárcel y quince años y siete meses de inhabilitación para el empleo en la administración pública. En este sentido cabe resaltar que ambas sentencias son aún recurribles, por lo que no son firmes.