Statistiche web
El tiempo - Tutiempo.net
695 692 764

Viernes, 17 de Octubre de 2025

Actualizada Viernes, 17 de Octubre de 2025 a las 17:07:36 horas

El nuevo monarca a su paso por las calles de Madrid (Foto Jesús Ruiz Mesa) El nuevo monarca a su paso por las calles de Madrid (Foto Jesús Ruiz Mesa)

La nueva Monarquía de Felipe VI

TA ofrece un reportaje del colaborador Jesús Ruiz Mesa

cojeda Martes, 24 de Junio de 2014 Tiempo de lectura:

JESÚS RUIZ MESA
Una experiencia histórica, de las muchas que por ventura o desventura, a mi gusto, mejor lo primero, he tenido la suerte de haber podido ser testigo de algunos acontecimientos que han marcado el devenir de los últimos cincuenta años de la triunfante, sufrida, atribulada, incomprendida, envidiada y en muchos casos nuestra ejemplar nación que es España.
 
Hasta ahora fue modelo de transición de la dictadura a una democracia, con el soporte, el apoyo y confianza de la piedra angular, nuestra Institución Constitucional Monárquica y la de los Reyes de España, Don Juan Carlos I y Doña Sofía, que durante 39 años han contribuido a consolidar los pilares principales del Estado, por la Constitución, Democracia, Libertades y Estado de Derecho, conduciendo al país por los complejos y convulsos caminos de una sociedad cambiante, de unos estamentos y poderes que aún miraban al pasado con la añoranza de un tiempo que fue, en la necesidad del cambio de rumbo necesario para participar en el progreso y avance social de la Europa democrática, de monarquías parlamentarias y repúblicas reconocidas.
 
Un paso histórico desde que en el salón del Columnas del Palacio Real, el Rey Juan Carlos I el pasado 18 de junio sancionó con su firma la Ley de abdicación de la Corona de España en la persona de su hijo el Príncipe de Asturias D. Felipe de Borbón y Grecia, dando fin a un reinado de 39 años, y posteriormente la designación de Don Felipe VI de Borbón y Doña Letizia Ortiz como Reyes de España.
 
En esta semana de proclamación real he podido visitar el Madrid de siempre, capital del Estado. Nunca mejor denominada Villa y Corte, receptiva, atractiva, hospitalaria, que acaba de vivir, de escribir un importante capítulo de su propia historia, la de España y los españoles. Siete días finales de primavera castellana, preciosos días de un azul intenso, repleta de noticias, imágenes y el recuerdo de un día completo, el jueves 19 de junio, celebración del Corpus Christi, el Príncipe Felipe de Borbón y Grecia, después de la abdicación de su padre el Rey D. Juan Carlos I el día anterior 18 de junio, Felipe VI, Rey de España ocupa el trono real de la España del siglo XXI y la Jefatura del Estado, así como Capitán General de las Fuerzas Armadas simbolizado en el fajín rojo que le impuso su padre en el Palacio de La Zarzuela.
 
Un primer discurso con la emoción, deseo, promesas en la comparecencia ante las Cortes Generales en “una Monarquía renovada para un tiempo nuevo con la reafirmación de su fe en la unidad de España, que no uniformidad, en esta España, unida y diversa, basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos, y en el respeto a la ley, cabemos todos; caben todos los sentimientos y sensibilidades, caben las distintas formas de sentirse español. Porque los sentimientos, más aún en la construcción europea, no deben nunca enfrentar, dividir o excluir, sino comprender y respetar, convivir y compartir.” Felipe VI pronuncia su juramento sobre la Carta Magna, ante las Cortes Generales; el juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas.
 
Desde la mañana de la proclamación sobre las 09:00 horas me desplazaba por el amplio escenario urbano donde se iban a desarrollar los principales actos, en torno al edificio del Congreso de Los Diputados, sin poder acceder a los espacios próximos, ya que se afirma y puedo asegurar que hubo un despliegue policial enorme. Las calles contiguas al itinerario de la comitiva real hasta el Palacio de Oriente estaban controladas y no se permitía el acceso, se cerraron al tráfico de usuarios las estaciones de metro de Sol y Banco de España; zonas de aparcamientos públicos, áticos y terrazas de edificios contiguos con vigilancia constante, las vías del recorrido real con hileras de agentes del orden, guardias civiles, policía nacional, municipal, militares. Una demostración de las Fuerzas de Seguridad del Estado que han garantizado, desde luego, el éxito de seguridad de la operación Orbe, pensada para este importante acontecimiento real en el marco del emblemático, urbano, histórico, turístico, en suma, del corazón de una de las capitales más importantes de la Europa Comunitaria, y del mundo.
 
En mi intento de pasar a ciertos lugares desde donde poder obtener imágenes más cercanas o directas, en tres ocasiones me registraron la mochila, imposible en muchos casos, logrando captar algunas fotos de los Reyes a su paso por el Paseo de Recoletos, seguida de la parada militar frente al Congreso. Con la elección para el desplazamiento hasta el Palacio de Oriente de un Rolls Royce Phantom IV negro descapotable, en principio el protocolo por seguridad había programado el automóvil cubierto, fue posible tomar imágenes del Rey. Los Reyes Don Felipe VI y Doña Letizia, él de pie, y ella sentada, escoltados por la guardia real a caballo, atravesaron entre vítores, aplausos todo el trayecto, logrando una mejor cercanía con los ciudadanos y más posibilidades de tomar imágenes directas de los Monarcas.
 
Después de dejar Neptuno, y pasar la comitiva real por Recoletos, a la altura del monumento al dos de Mayo, decidí tomar con la máxima rapidez el camino más corto hasta la Plaza de Oriente. Con sorpresa, en la confluencia de las calles Espoz y Mina y la calle de La Cruz, me encuentro de frente con una manifestación republicana, entre gritos de ¡Viva la República! ¡Esto es un estado policial! con exhibición de banderas republicanas, camisetas, insignias, etc, que los manifestantes dirigían, con saludos desde los balcones de esta zona, por supuesto, seguidos y vigilados por la actuación de un grupo de policías nacionales. Posteriormente me entero de que fueron detenidos algunos manifestantes y puestos en libertad tras tomar declaraciones.
 
Para añadir a este relato crónica, en un salto en el tiempo, el día anterior pasé por la histórica y madrileña Casa Labra, una parada con acento gastronómico, para degustar un bacalao rebozado, croquetas de bacalao y pincho de bonito en escabeche con tomate, amén de otras exquisiteces de tapas con sabor castizo, regadas con buenas cañas de fresca cerveza. Una visita que siempre que puedo realizo a esta antigua taberna de la calle Tetuán del 1900, fundada en 1864, donde según reza la leyenda: “El dos de mayo de 1879 en esta casa careciendo los trabajadores de libertad para reunirse y asociarse se fundó clandestinamente el Partido Socialista Obrero Español. 2 de mayo de 1979”. Fundación en la que participó un grupo de intelectuales y trabajadores encabezados por el tipógrafo Pablo Iglesias Possé, fundador del Partido Socialista Obrero Español y de la Unión General de Trabajadores.
 
Un constante ir y venir, identificaciones por los agentes de seguridad, protocolo, medios de comunicación, con un considerable aumento de público, visitantes locales y foráneos, turistas, a los que se distribuyeron miles de banderines con los colores de la bandera de España, cedidas por el Ayuntamiento de Madrid. En las zonas cercanas al Congreso, la multitud fue aumentando a medida que se acercaba la llegada de los Reyes, Miembros de la Casa Real, Presidente y Miembros del Gobierno, Tribunal Constitucional y Tribunal Supremo, Presidentes del Congreso y del Senado, Diputados, Senadores, Presidentes de las Comunidades Autónomas, Autoridades Civiles y Militares, con la consabida ausencia del, hasta el día anterior, Rey de España, Juan Carlos I. En la tribuna de invitados asistieron la Reina Doña Sofía y la Infanta Elena.
 
Escenas retransmitidas en directo que han llegado puntualmente a todo el mundo por la extraordinaria labor de los medios de comunicación y que se pudieron presenciar desde pantallas ubicadas en el exterior, como las instaladas en la Plaza del Callao. Esta corta crónica de un día para la historia de nuestro país, no la puedo cerrar del todo como quisiera, ya que al llegar a la Plaza de Oriente, para captar imágenes de la familia Real desde el balcón central de Palacio, después de cruzar con la mochila a cuestas y con bastante dificultad la calle Arenal, me encuentro que al llegar a la calle Carlos III, lateral del Teatro Real, la policía tiene los accesos cerrados por seguridad. La verdad es que el público acumulado en la Plaza de Oriente era enorme: no se podía dar un paso, por ninguno de los accesos.
 
El viernes 20 acudí al mismo lugar y me sobrecogió su silencio, su calma. Después de haber estado en esta plaza infinidad de veces, la tranquilidad de su belleza, el estilo arquitectónico de sus edificios y jardines que bordean esta famosa plaza de Oriente, de un extremo a otro, me pareció tocar, sentir, leer y escuchar los ecos de quienes ocuparon estos espacios y estancias. Desde la calle de Bailen y las diferentes arterias urbanas que circundan este núcleo del Madrid eterno, hasta las murallas árabes del Magerit primigenio, al Madrid de los Austrias, de los Borbones, los convulsos siglos XIX y XX, todo un legado de cultura, religión, huella humana, y en este punto de la Plaza, ante el mismo balcón, precisamente, demostraciones públicas de adhesiones inquebrantables al dictador Franco.
 
De nuevo en la mañana del 19 de junio de este 2014, se congregó en esta Plaza para saludar a los nuevos Reyes, a una nueva Monarquía. Verdaderamente, se abren nuevas páginas del libro de nuestra historia para escribir los acontecimientos que, como el que les dedica esta crónica reportaje, deseamos que sean satisfactorios para todos, los que formamos parte de esa historia. Ese es el deseo y la esperanza de la soberanía ciudadana en una España en la que ponemos toda nuestra fe y confianza en un futuro mejor.
 
A mis espaldas dejo el monumento ecuestre dedicado a otro monarca con el mismo nombre, pero de la Casa de Austria, Felipe IV, estatua dedicada al monarca realizada por el italiano Pietro Tacca en el siglo XVII. Curiosamente contó con el asesoramiento de Galileo Galilei, para resolver la cuestión de equilibrio de peso para que el caballo se mantuviera sobre sus patas traseras, distribuyendo en macizo la mayor carga y menos peso en las patas delanteras; sobre pedestal con motivos escultóricos y fuentes que datan del siglo XIX. Monumento erigido por la reina Isabel II de Borbón el año 1844 y, como reza en su base. “para gloria de las Artes y ornato de la Capital erigió Isabel Segunda este monumento”. Una reportera y cámara de TVE en un trabajo de opinión en este lugar, me hace unas preguntas sobre lo acontecido el día anterior. De reportera a reportero.
 
Regreso sobre mis pasos por la calle Carlos III, Plaza de Isabel II, Ópera, Arenal, Puerta del Sol, la tarde grisácea nos envuelve escaleras abajo para tomar el metro en Sol, no sin antes degustar un buen café y una napolitana en La Mallorquina, fundada en 1894, esquina Puerta del Sol y calle Mayor. Ya de vuelta con nuestros sueños, experiencias urbanas e imágenes de un Madrid que siempre recordaremos desde nuestra isla, el Madrid, Metrópoli forjada en el secular desarrollo humano, social, geográfico, centro de todas las miradas de la periferia peninsular, de hombres y mujeres que marcaron su latido, el de un pasado, un presente y un futuro que comienza, de nuevo, con el Reinado de Felipe VI.
 
La historia es así y me conformo con haber sido testigo de varios acontecimientos en el marco donde se han desarrollado estos hitos y sus consecuencias en toda la Nación, el Madrid de años pasados, contados por el destino de treinta y nueve o de cuarenta en cuarenta, para redondear, en los que una larga dictadura, con la muerte de Franco, daba paso a una incipiente democracia, el reinado de Juan Carlos I, la Constitución Española, el desarrollo político y la transición, la estructuración de España en Comunidades Autónomas, la lucha por las libertades, el intento de golpe de Estado, el Tratado de Adhesión a la Unión Europea, y otros muchos logros que los españoles hemos ido consiguiendo superando momentos de dolor, angustia, incertidumbres causados por el terrorismo. Caminos que la sociedad ha ido recorriendo, cargados igualmente de trabajo, esfuerzo, y lucha en los diferentes campos de la cultura y el deporte, con el optimismo y la alegría de haber conseguido reconocimientos mundiales.
 
Mis pasos retornan a su punto de partida con la vista puesta en el lejano Atlántico medio, con el sentimiento y el recuerdo de nuestra Comunidad Autónoma Canaria, en los problemas que aún nos quedan por resolver, en el bienestar y en la consecución de un futuro mejor en libertad, igualdad y justicia, y no sin echar la vista atrás para recorrer un espacio de historia de la que los canarios hemos sido partícipes, como puente de la España que dejó su impronta en las colonias americanas.
 
Viajes de ida y vuelta que, desde Cristóbal Colón, nuestra siempre importantísima y estratégica posición geográfica nos permitió abrazar e intercambiar culturas, en el respeto a la singularidad y situación ultraperiférica del territorio insular más al sur de España y Europa. Hoy somos puente de tres continentes. Mi particular viaje por esta parte de la historia termina con el vuelo de regreso, no más de dos horas y media, desde la T4 Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, me separan del Aeropuerto de Gran Canaria, frente al páramo y costa donde se empezó a forjar, igualmente, la misma historia, la de la Conquista de Gran Canaria, por aquel entonces reinaban otros Reyes.
 
Esta semana hemos escrito una página más de nuestra historia colectiva, en la España del siglo XXI, el Rey, Felipe VI, inicia su reinado, y como él mismo pronunció al cerrar su discurso: “Señorías, tenemos un gran país; somos una gran Nación, creamos y confiemos en ella. Decía Cervantes en boca de Don Quijote -No es un hombre más que otro si no hace más que otro-. Yo me siento orgulloso de los españoles y nada me honraría más que, con mi trabajo y esfuerzo de cada día, los españoles pudieran sentirse orgullosos de su nuevo Rey”.
 
Majestad, Majestades, buena suerte en su nuevo reto, por España y los españoles. Muchas gracias.
 
Jesús Ruiz Mesa es colaborador cultural de TELDEACTUALIDAD.
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.48

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.