TELDEACTUALIDAD
Telde.- El que fuera alcalde de Telde, Francisco Santiago, cree que la ciudad no puede renunciar a que se termine la obra del Palacio de la Cultura y de las Artes y achaca la reconversión de lo que se ha dado en llamar la zona cero a la visión “cortoplacista y mediocre” de PP y Ciuca.
En declaraciones a Canarias7, el nacionalista Santiago sostiene que el proyecto de este grandioso equipamiento cultural no fue fruto de la improvisación o de un capricho personal. Lo defiende como una infraestructura que estaba llamada a darle a Telde la proyección social, económica y cultural que se merece como cuarta urbe de Canarias.
Rememora que el hoy espacio municipal donde se alzan el inacabado Palacio de la Cultura, el medio hacer aparcamiento subterráneo, el Instituto de Educación Secundaria Profesor Juan Pulido Castro y el edificio de Multicines escapó a la fiebre inmobiliaria gracias a una iniciativa suya siendo concejal de la oposición, entonces Asamblea Canaria, durante el mandato del llamado Pacto de Avance Democrático (1987-1991)
Cuenta que, según refiere la información del periodista Gaumet Florido, que el suelo que estaba sin construir a uno y otro lado de la Avenida del Cabildo iba a desarrollarse con tres planes especiales distintos y, según cuenta Santiago, propuso tratar los tres en su conjunto y concentrar en un punto las cesiones de suelo que debían hacer los particulares en cada plan. Primero le respaldó el PSOE y luego el resto del gobierno, por unanimidad. “Así logramos una pieza inmensa en mitad de Los Llanos para equipamientos sociales y culturales que, de paso, contribuiría a oxigenar urbanísticamente el casco”.
Fue entonces cuando se ideó levantar un recinto cultural único en Canarias, enmarcado «en un contexto económico y social muy distinto al actual». No en vano, advierte de que se planificó como una obra regional y se hizo de la mano de la consejería de Cultura del Gobierno de Canarias, de la del Cabildo, de personalidades de la cultura y de cualificadas consultoras nacionales. “Se consensuó, no fue el capricho faraónico de Paco Santiago». Se firmó un convenio por el que el Gobierno canario ponía 1.500 millones de pesetas en 10 años, 500 el Cabildo y 400 el Ayuntamiento. “Daba para acabar el edificio a falta del equipamiento escénico”.
Y empezaron las obras. ¿Qué frustró todo? Según Santiago, el cambio de gobierno en 2003. “Entran PP y Ciuca y deciden pararlo y no gastar el dinero que ya teníamos porque era una obra del gobierno anterior”. Se incumplieron los plazos y aquel dinero se fue al Óscar Domínguez y al Teatro Leal, ambos en Tenerife. Luego vino la crisis y ya todo se torció.
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