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Telde.- Ibadesa Canaria, empresa distribuidora productos farmacéuticos con sede central en El Goro (Telde), acumula suficientes años y prestigio de relaciones comerciales con Cuba para elevarse como referencia en el sector económico y humanitario. Su sello de calidad tiene un reconocimiento unánime.
Israel Bello, director general de Ibadesa Canaria, recogió el testigo que le legó su padre Manuel para continuar con una tradición exportadora que ha convertido a Cuba en su centro neurálgico de operaciones. Porque allí, al otro lado del Atlántico, siguen creciendo unos vínculos que van más allá de balances económicos y cuentas de beneficios, según se detalla en una información de Ignacio S. Acedo publicada por Canarias7.
«No entendemos nuestro trabajo con este país como algo especulativo con la única misión de ganar dinero. Evidentemente, esto es un negocio, no una onegé, pero siempre intentamos que sea un servicio por encima de todo, sin abusos de ningún tipo, buscando que la salud esté cubierta. Es una visión humana que llevamos a cabo con acciones tales como la de asumir operaciones significativas sin haber siquiera firmado un contrato y no atender al margen de ganancia. No vendemos vinos, bolígrafos o zapatos. Manejamos vidas humanas y de ninguna manera podemos permitir que se dé un desabastecimiento que pueda tener consecuencias en un niño o persona enferma», enfatiza Bello.
Precisamente esta perspectiva sensible ha hecho que Ibadesa tenga un alcance mayúsculo en su rama en las esferas que maneja el gobierno cubano desde La Habana. Hasta anécdotas hay al respecto tremendamente significativas: «Tengo conocimiento de que una vez, en unas conversaciones a altísima escala, hasta Fidel Castro se refirió a nosotros y elogió la seriedad y eficiencia con la que procedíamos al suministro de medicamentos y productos de esencial necesidad para la población».
Fundada en el año 2000, Ibadesa se creó uniendo sinergias de diferentes socios, entre ellos el que fuera alcalde de Las Palmas de Gran Canaria José Vicente León, y mantuvo la tradición de unión con Cuba iniciada en la década de los noventa por su socio fundador, Manuel Bello: «Mi padre fue profesor de la Universidad de Las Palmas y de Tenerife, estuvo en la Iglesia Cubana en su juventud y también en la cárcel por temas políticos. En los negocios era un pez contracorriente, un idealista. Y su entrada en Cuba se debió a eso. A través de Angola, donde conoció a gente del gobierno cubano, privilegió siempre la colaboración, más allá del dinero, salvando ciclos muy duros como en la etapa en la que Aznar dirigió España y las condiciones de intercambio con Cuba eran muy complicadas. Fue una de las pocas personas que se pronunció públicamente en contra de la política tan agresiva en contra de Cuba en aquella etapa».
«Aproveché su conocimiento del mercado cubano, partiendo de cero, y ya llevamos muchos años allí. Hemos vivido distintas etapas y siempre distinguidos por la misma política se compromiso y rigor insisto, por encima de los números. Aún así, no hemos parado de crecer, pese a competir con multinacionales, y puedo afirmar sin rubor que allí tenemos un reconocimiento y prestigio institucional muy extendido. Desde luego que en España no tenemos esta considración», admite. Dentro de su máxima de «tratar de pasar desapercibidos siempre», Israel Bello ha sido contactado recientemente «por un grupo muy potente de Estados Unidos radicado en Puerto Rico» que le reclama como intermediario para introducirse en Cuba. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.
En el edificio Jardines de 5ª Avenida, el pulmón financiero de La Habana y donde se agolpan embajadas y centros de negocios de capital extranjero, tiene Ibadesa Canaria su sede en Cuba. Allí, en una estancia amplia y presidida por una bandera autóctona, Olga San Millán, como gerente del grupo isleño, dirige todas las operaciones allí. «Orgullosos estamos de pertenecer a una empresa canaria que, desde hace 35 años, aunque entonces con otra denominación, entró en nuestro país de la mano del ilustre doctor Manuel Bello Cabrera. Nuestro sentido de pertenencia a la familia Bello, antes Manuel y ahora Israel, es total y absoluta», dice a modo de presentación. Y más allá del factor afectivo que rige el comportamiento de Ibadesa en Cuba («el respeto por el legado recibido es sagrado»), se cruza, también, un prestigio sin igual en la vida social y sanitaria de la isla caribeña. Un dato rotundo acredita esta buena fama: «Para el Ministerio de Salud Pública de Cuba, Ibadesa es una de las empresas del sector más importantes, respetadas, prestigiadas y valoradas. Es el fruto al trabajo de tantos y tantos años».
«Ibadesa ha salvado muchas vidas de niños en este país. El ministro de Salud Pública, Roberto Morales, ante la carencia de un medicamento y con un niño en terapia intensiva, ha pedido que llamaran a nuestra empresa en Gran Canaria para que suministrara inmediatamente ese pedido. Israel Bello ha ordenado pedidos urgentes con un piloto de avión sin atender a negocios ni ganancias. Nunca se ha parado ningún envío, cada compromiso de entrega se ha cumplido, y se han soportado largas esperas por cobros confiando plenamente en la palabra de nuestros demandantes en Cuba. Hemos sido valientes, respetuosos y constantes con las instituciones de este país», recuerda.
San Millán especifica que, gracias a la labor de suministro y competencia de Ibadesa en Cuba, «los hemofílicos pueden llevar una vida aparentemente normal» o los niños que necesitan una suplementación especial «pueden contar con todo lo necesario». Abastecimiento a Farmacuba, la importadora gubernamental, apadrinamiento de cursos especializados para doctores cubanos... Son muchas las acciones que diferencian a este sello hoy «el más querido» en Cuba en su gremio, en palabras de San Millán. «Ibadesa es la única empresa canaria que vende medicamentos terminados al sistema nacional de salud de Cuba. Y el esfuerzo, siendo una empresa pequeña en comparación con otras, se ve recompensado con un crecimiento continuado , sostenido y uniforme», especifica. Cuando la pediatría cubana quedó desabastecida de suplementos nutricionales, «Ibadesa salvó una situación de riesgo. El servicio por encima del negocio», recuerda. Las alergias respiratorias también han sido atendidas por Ibadesa con el envío de salbutamol cuando la planta productora nacional se averió. «Y así, una lista interminable de productos», finaliza emocionada.
Fuente: Texto de Ignacio S. Acedo (Canarias7)



























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