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Miércoles, 15 de Octubre de 2025

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El profesor Guillermo Pérez (i), esta tarde en Telde (Foto TA) El profesor Guillermo Pérez (i), esta tarde en Telde (Foto TA)

Pérez Sánchez desgrana el declive de la Europa comunista en la Casa-Museo de Telde

El doctor en Historia Contemporánea pronunció esta tarde la tercera de las ponencias del curso

Dojeda Miércoles, 15 de Abril de 2015 Tiempo de lectura:

TELDEACTUALIDAD
Telde.- La octava edición del Curso de Historia de las Relaciones Internacionales, que desde el pasado lunes se desarrolla en la Casa-Museo León y Castillo de Telde, llegó este miércoles a su ecuador. El docente de la Universidad de Valladolid (UVA) Guillermo Pérez Sánchez ofreció al público una ponencia titulada 'La Europa comunista hasta su colapso’.
 
Pérez Sánchez, doctor en Historia Contemporánea y licenciado en Filosofía y Letras, pronunció una conferencia en la que desgranó el devenir del Bloque del Este y del Pacto de Varsovia desde el final de la II Guerra Mundial y hasta la disolución de esa Europa comunista con la llegada de la década de los 90, al término de la Guerra Fría.
 
Resumen de la conferencia
El mecanismo económico inspirado en el socialismo de tipo soviético que durante décadas se aplicó en los países de la Europa del Este -Polonia, República Democrática de Alemania, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria- y también en la tres Repúblicas Bálticas -Estonia, Letonia y Lituania- fracasó en su empeño modernizador. Dicha situación socioeconómica y la actuación al mismo tiempo de toda una serie de factores internos (los partidos comunistas, la disidencia opositora, las iglesias y la sociedad civil) y externos o “catalizadores” (la Unión Soviética, la Santa Sede y Occidente), hizo entrar en crisis terminal al sistema del socialismo real motivando la desaparición de los regímenes comunistas instalados en la zona después de la Segunda Guerra Mundial.
 
En la década de los ochenta los partidos comunistas de obediencia soviética ya no estaban en condiciones de asegurar el monolitismo político de las democracias populares de la Europa del Este: inmersos en una fase de decadencia, estaban marcados por el estigma de la división interna. Ante la pérdida de influencia que venían sufriendo los partidos comunistas -guías de la sociedad, según el poder establecido- comenzó a actuar la disidencia. Este embrión de oposición, de muy escasa importancia en la región (a excepción de la húngara y, sobre todo, de la polaca), sólo logró el interés y preocupación del mundo occidental a partir de la segunda mitad de la década de los setenta, coincidiendo con la firma de los acuerdos que dieron lugar al Acta Final de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa de Helsinki, el 1 de agosto de 1975. Fue en este momento cuando la estrategia de la disidencia opositora comenzó a reivindicar la aplicación de los derechos humanos para terminar con el sistema comunista y edificar en su lugar el Estado de Derecho. La pérdida de protagonismo de los partidos comunistas y el lento pero incontenible ascenso de la disidencia hizo posible el despertar de la sociedad civil. En los momentos culminantes de 1989, la intelligentsia disidente fue secundada, además de por el sector más concienciado de la juventud, por la parte más resuelta de la llamada “mayoría silenciosa”, la cual, dejando atrás años de miedo y de individualismo (paradoja del igualitarismo forzoso), colaboró en la ruptura del sistema del socialismo real. El último de los factores internos se refiere a las iglesias nacionales y al papel desempeñado por las mismas en la crisis final del comunismo. De todas las iglesias de la Europa del Este, sólo la Iglesia polaca fue mayoritariamente opositora, mientras que las de Hungría, República Democrática de Alemania y Checoslovaquia contaron con sectores muy minoritarios de contestación; en cuanto a las de Rumania y Bulgaria, vinculadas estrechamente al poder constituido, no pasaron del estado de hibernación durante los años del régimen de democracia popular.
 
Para que se produjera el colapso final del sistema socialista en los países del Este de Europa, la acción disolvente de las fuerzas internas en presencia coincidió en el tiempo con la actuación de los factores externos o catalizadores. Desde la llegada de Gorbachov a la Secretaría General del PCUS, se alentó la aplicación de una reforma semejante a la soviética en los países satelizados, conforme a los postulados del “nuevo pensamiento” en política exterior. Según este programa, que enterraba definitivamente la doctrina de soberanía limitada, los países aliados del Pacto de Varsovia recuperaban plena capacidad política para actuar según sus propios criterios. Los países del Este decidieron aplicar al pie de la letra los postulados liberalizadores de Gorbachov, aunque de manera distinta a la imaginada por el líder soviético: rompieron con el sistema soviético y optaron por el “retorno” al mundo libre, poniendo en marcha el proceso de transición a la democracia y a la economía de mercado.
 
También resultó de una gran importancia la actuación de la Santa Sede, sobre todo a partir del pontificado de Juan Pablo II. Desde un primer momento, uno de los grandes objetivos del Papa en la Europa del Este fue lograr la recuperación de la libertad religiosa para los miembros de la Iglesia católica y demás confesiones religiosas de la zona. La actitud del mundo libre en relación con la Europa del Este también entró en una nueva fase a lo largo de los años ochenta, coincidiendo con el nuevo auge de la política liberal en Estados Unidos y otros países de Europa Occidental, sobre todo en Gran Bretaña y en la República Federal de Alemania. Este cambio estaba basado en la idea de la superioridad de Occidente sobre el bloque soviético, rechazando la posibilidad de la “convergencia” de los sistemas. Sin embargo, al coincidir en el tiempo la nueva mentalidad occidental sobre el mundo socialista y las primeras manifestaciones de la crisis terminal del sistema soviético, Occidente no pudo disponer de un plan preciso que sirviera de apoyo y ayuda a los países del Este en la hora suprema de su ruptura con el comunismo.
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