TELDECTUALIDAD
Telde.- El investigador Pelayo Suárez ha destacado que el Heredamiento de Aguas del Valle de los Nueve contribuyó en sus más de cinco siglos de historia al “protagonismo agrícola, económico y social de esta zona y de otros lugares del municipio”. En la presentación de su trabajo sobre esta institución planteó la necesidad de conservar su patrimonio patrimonio etnográfico tangible e intangible, “que queda como testimonio de un pasado ciertamente floreciente”. Así dejó caer la idea de crear de un Aula de Interpretación. TA ofrece crónica y reportaje gráfico de la presentación del libro.
El Heredamiento de Aguas del Valle de los Nueve
por Jesús Ruiz Mesa
Con la presentación de la obra El Heredamiento de Aguas del Valle de Los Nueve, del ingeniero, profesor, investigador, historiador y conocedor de la zona de medianías teldense del Valle de Los Nueve, Pelayo Suárez Alejandro, que escribe, testimonia y nos acerca a la interesante y secular historia de esta Heredad, así como muchos de los temas referentes al agua que se han abordado en estas IV Jornadas de la Cultura del Agua en Canarias 2014, durante la semana en el Molino del Conde, sede del Círculo Cultural de Telde, con magníficas, extensas y bien documentadas ponencias impartidas por especialistas, profesores, y estudiosos de un tema tan transcendental y de suma importancia como es el agua que discurre por las entrañas de nuestra isla, de nuestro archipiélago.
Precisamente el libro presentado el pasado viernes 14 de noviembre nos expone de manera magistral lo que el profesor Pelayo Suárez Alejandro ha sabido ir recopilando por el tiempo, siendo natural de esté pago teldense, El Valle de Los Nueve, la historia del líquido elemento del que con su reconocida experiencia ha sabido historiografiar los principios del proceso de localización, extracción, regulaciones, heredamientos, documentos y todo lo que concierne al gran milagro natural del agua, que desde la cumbre hasta el litoral ha discurrido, no sin presentar cantidad de circunstancias históricas propias del desarrollo y control de sus caudales a lo largo del inmenso valle, barranco que arteria esta zona, desde la cumbre hasta la costa en sus diferentes vertientes y accesos.
Último acto que clausura estas Jornadas presentado por la presidenta del Círculo Cultural de Telde, doña Lucana Falcón León que expresa: “Buenas noches señoras y señores. Bienvenidos. Nos reúne hoy en esta sede El Molino del Conde, la presentación de la obra El Heredamiento de Aguas del Valle de Los Nueve, de la editorial Beginbook, obra del ingeniero teldense Pelayo Suárez Alejandro. Evento que se enmarca dentro de las IV Jornadas de la Cultura del Agua que se han desarrollado durante esta semana en esta sala y que hoy se clausuran.
Felicito a los organizadores, la Casa Museo León y Castillo y a la Asociación Cultural El Bloque, así como a todos los que han intervenido por divulgar y ofrecer una visión amplia del estado de conocimiento de las aguas minerales, en todos los aspectos relevantes relacionados con la historia, pasando por la medicina, la arquitectura o la hidrología de Canarias. Objetivos que se han cumplido con creces. De manera especial quiero destacar a los miembros de la Asociación Cultural El Bloque, don Juan Ismael Santana Ramírez y Fernando Andrés Ojeda Pérez. Al mismo tiempo reitero mi ofrecimiento de esta sala para la celebración de próximas jornadas.
Es un honor para mí esta noche acompañar a Pelayo Suárez por varios motivos: en primer lugar porque es socio fundador del Círculo Cultural de Telde, por tanto muy ligado a la historia de esta entidad y, en segundo, porque fuimos compañeros muchos años en los que compartimos docencia en momentos difíciles de lucha por la implantación de la Formación Profesional en Telde. Desde aquellos entonces ya Pelayo no dejaba de indagar en legajos los orígenes y la trayectoria de la Heredad de Agua del Valle de Los Nueve, tema que aborda como escritor en la obra que se presenta esta noche. Siempre intentando recordar, valorar y rescatar la idiosincrasia de lo canario, ese es el énfasis que pone en autor en este ensayo. Estamos por tanto ante un ingeniero, un investigador, un profesor.
Intervendrán esta noche: Juan Miguel Rodríguez López, presidente de la Heredad de Agua del Valle de Los Nueve y Juan Ismael Santana Ramírez, prologuista de la obra. Además, al final actuará la coral Tipayla, dirigida por la profesora Fátima Naranjo y de la que es miembro Pelayo.
El libro que presentamos esta noche en el Círculo Cultural nos hace sentir orgullosos. Por tanto, quiero expresarle a Pelayo mis felicitaciones en nombre de todos. Además quiero darle las gracias ya que me parece muy oportuno, haber elegido para la presentación de este volumen esta sede, cuyo escenario guarda tanta relación con el agua, la historia cotidiana de nuestra gente tanto de Telde como de cualquier otro lugar de las islas. Muchas gracias a todos por su asistencia a este acto, reitero mis felicitaciones a Pelayo y le deseo toda clase de suerte con este libro. Enhorabuena. Muchas gracias”.
Interviene el presidente de la Heredad de Aguas del Valle de Los Nueve, don Juan Manuel Rodríguez López: “Para mí es un orgullo tener esta joya aquí con Pelayo, lo digo porque lleva varios años intentando escribir esto y desde el 2010 cuando llegué a la presidencia de la Heredad vi la cantidad de documentos antiguos que había y tenían que ser dados a conocer de alguna manera a todos los teldenses para que supieran cual era la historia de la Heredad del Valle de los Nueve, estamos hablando desde 1501 cuando empieza a escribirse la historia de esta Heredad. Quiero darle las gracias a su familia porque segura han tenido que aguantar muchas veces a que Pelayo no salga porque está escribiendo, yo sé que eso lo sufre la familia y quiero darle las gracias a la señora porque es quien ha hecho posible el que hoy estemos entados en esta mesa y tengamos este libro.
Básicamente quiero decirles lo que es la Heredad del Valle de los Nueve. Heredad que obtiene sus aguas desde dos galerías que salen del Cazadores y Las Breñas, Blanquizal y los Guinderos, esto viene regando todo lo que es el Paraje Natural del Barranco de los Cernícalos. Desde 1501 el agua transcurre, paraje que está un poco abandonado y me gustaría que el Cabildo tomara nota y pudiéramos hacer un jardín con el agua de esas galerías propiedad de la Heredad de Aguas del Valle de los Nueve. ¿Qué es lo que riega la Heredad? La Heredad viene regando desde ese barranco, desde Arenales hasta una finca de una familia teldense frente al Hornillo, hasta aquí llega el agua, diez kilómetros de recorrido y riegos. La Heredad se compone actualmente de 575 partícipes o propietarios. Tiene 840 horas divididas en 35 días de dulas y me cabe el orgullo que en los último años hay un montón de personas jóvenes que, con el tema del paro, están volviendo a recobrar y retomar los terrenos de las familias, y nos están pidiendo cada día riego.
Nosotros en estos momentos, la verdad, que el agua está en una media de 5 o 6 litros por segundo, que es lo que estamos aprovechando, estamos dando riego a casi 250 propietarios y alguno más que no es propietario con el agua que nos sobra.
Entonces, creo que es fundamental que se mantenga la Heredad del Agua del Valle. Estamos trabajando el hecho de poder hacer Cooperativas para los agricultores, es decir, que la Heredad no se quede solamente para los regantes sino ofrecer servicio a los que fueran agricultores de la zona. Ahí estamos trabajando y buscando las lágrimas que por las acequias no se pierdan, entubando alguna cosa para que el agua se pueda aprovechar. Este trabajo quiero que Telde lo conozca y yo creo que mejor que Pelayo hable de la historia de nuestra Heredad y la de a conocer a todos los teldenses. Pelayo gracias”.
Interviene el prologuista de la obra don Juan Ismael Santana Ramírez que expresa: “Buenas noches. La publicación, difusión y salida al mercado de un libro siempre es una buena noticia, porque sin lugar a dudas la sociedad a la que va dirigido va a conocer su patrimonio cultural. Más si es un libro como el que tenemos el gusto de presentar esta noche, de marcado carácter histórico y vinculado a nuestro entorno más inmediato.
Por contra siempre es difícil presentar una obra, pero creo que todavía lo es más cuando se tiene en las manos un trabajo fruto de una paciente y, desde un punto de vista cultural, encomiable labor de años que con ilusión desmedida ha desarrollado Pelayo Suárez Alejandro, el “Cronista del Valle de Los Nueve”, como yo cariñosamente le llamo. Un hombre comprometido y enamorado de este importante e histórico pago teldense. Este idilio personal con el conocimiento de nuestro ayer es fruto de esa innata curiosidad que todos tenemos de conocer, sobre todo, el lugar en que vivieron nuestros antepasados.
Resultado de esta voluntad férrea ha sido la ingente tarea de recopilar documentos, revolver archivos, leer y recoger vivencias y experiencias de los mayores del lugar… cuyo resultado es el libro que tenemos entre nuestras manos: El Heredamiento de Aguas del Valle de Los Nueve.
Comprobarán que su lectura nos acerca a comprender la gestión y el control, ejercidos desde 1501 por esta centenaria entidad, de las aguas procedentes del barranco de Los Cernícalos con destino a uso agrícola o doméstico.
Pero, condensar en 188 de páginas la evolución de una entidad de 513 años de existencia es materia casi imposible y el autor es consciente de ello. Por este motivo, la obra que el lector tiene en sus manos se estructura en diecisiete capítulos. La puesta en funcionamiento de la red hidráulica procedente del barranco de los Cernícalos conocida como “madre del barranco” o acequia principal del Heredamiento centra el primero de los apartados. En él se detalla el minucioso proceso de reparto de tierras y aguas, que se desarrolló entre mayo y septiembre de 1501 en tiempos del gobernador Lope Sánchez de Valenzuela. Participaron unas cuarenta personas entre vecinos, conquistadores, peritos y escribanos. Entre ellos nombres que han quedado en la historia de Telde, como es el caso de Alonso de Zorita, Juan Alcalá, Hernán García de Moguer, Rodrigo de la Fuente, Juan de Villalón, Juan de Alba, Gonzalo Real, Alonso Sánchez de Guadalupe o Diego de San Martín.
Les voy a leer un pequeño pasaje que ilustra el mecanismo de comprobación y canalización de las aguas en aquella época que recoge Pelayo en su libro:
(...) Una vez todos reunidos en la acequia, procedieron a poner señales de comprobación en los canales situados más arriba, así como donde nacía el agua en un manadero. Para ello, Sancho de Vargas cogió una tosca bermeja a la que le hizo tres agujeros con un puñal, de tal manera que el agua alcanzara la parte inferior de los mismos, y así los otros presentes realizaron la misma operación en una piedra prieta que coincidía con las de la tosca. Finalmente, fue el gobernador quién fijó una raya y señal, donde llegaban los rayos del sol, debajo de otra piedra prieta cubierta por el agua coincidiendo con las señales anteriores. El nivel del agua que discurría se calculó que podría ser agua de medio día poco más o menos, ratificando Diego de San Martín haciendo una “meseta altilla descubierta”, con un cuchillo en la tosca, así como unas rayas como señal de buena agua.
El resultado fueron las datas repartidas a doce beneficiados por su participación en la empresa de conquista.
Para evitar conflictos entre regantes por la escasez del caudal, desde sus inicios y a lo largo del tiempo, fue preciso establecer normas para el correcto uso y gestión del agua. Una normativa que durante muchos años se basó en el derecho consuetudinario, es decir, no escritas o reflejadas en papel, pero transmitidas oralmente y que poco a poco fue sustituida por las Ordenanzas de Francisco Ruiz de Melgarejo en 1531, siglo XVI, Leyes Estatales en materia de aguas como las de 1866 y 1879, o Reales Decretos y Órdenes Ministeriales. Sin embargo, fue preciso recurrir, en muchas ocasiones, a altas instancias judiciales para dirimir más de un conflicto a consecuencia del paulatino cambio de la estructura de la propiedad del agua y su gradual privatización. En el seno de la Heredad se aprobaron en el siglo XIX el Reglamento del Sindicato y Jurado de la Comunidad de Regantes (1874) y en el siglo XX el Estatuto de Régimen Interior (1934) o las Ordenanzas de la Heredad de 1958, aún vigentes en la actualidad.
El tercer capítulo describe el Espacio Natural Protegido del barranco de Los Cernícalos, eje hidrográfico sobre el que se ha articulado el desarrollo social y económico, de las tierras situadas al poniente del actual municipio de Telde. Un ecosistema singular en grave peligro en la actualidad, dada la reducción drástica del caudal de agua procedente de dos galerías de la Heredad de Aguas, llamadas Blanquizal y Los Guinderos, que en los años 40 del siglo pasado lograron alcanzar un caudal próximo a los 100 l/s.
Se rescata del olvido en este libro la conocida en otro tiempo Comunidad La Federica, que tomó el nombre de su propietario Federico Morera y Sevil, quien a partir de 1868 comienza a explotar aguas a través de una mina realizada en el barranco de Telde y próxima al de los Cernícalos. El caudal proporcionado vino a completar las carencias de aguas de la Heredad del Valle en periodos de sequías. Aunque te he de adelantar Pelayo, y no te molestes por ello, que el agua al final se la quedó la Heredad de Aguas de la Vega Mayor de Telde y así es la vida.
Los capítulos sexto y séptimo del libro centran la atención en la creación de un próspero paisaje agrario gracias a las obras realizadas, en su mayoría, por el Heredamiento, pero también por terceros, a través de pequeñas y grandes obras a modo de galerías, aprovechamiento de manantiales, acueductos, acequias, minas, cantoneras, lavaderos, abrevaderos o estanques. El resultado es la existencia de un gran patrimonio hidráulico, acrecentado a lo largo del tiempo con la autorización de la Heredad para la instalación de molinos harineros.
La riqueza de este legado patrimonial se enriquece en los capítulos siguientes con las prácticas asociadas al regadío, a la forma del reparto o distribución del agua, a la toponimia generada, al uso doméstico…, consecuencia del trabajo tenaz de alcaldes de aguas, acequieros, piqueros, repartidores, rancheros, molineros, maestros mamposteros, ingenieros, aguadores o lavanderas.
La configuración interna de la Heredad del Valle de los Nueve centran los capítulos noveno al duodécimo. En ellos el lector podrá hacerse una visión de conjunto de la marcha seguida por la Heredad entre finales del siglo XIX y los años 60 del pasado siglo XX. Notorio fue el esfuerzo desplegado por las distintas juntas directivas para aumentar el caudal de agua con destino al cultivo de la platanera a partir de los años 40 y 50. Fiel reflejo son las innumerables actas de aforos, expedientes de alumbramiento de aguas, informes técnicos, memorias y proyectos que se conservan en el Archivo de la Heredad.
Pero no es conveniente desvelar aquí todos y cada uno de los entresijos que encierra esta obra, quitando protagonismo a su reposada lectura y más, cuando tengo al padre de la criatura a mi lado oyéndome atentamente, no sé si deseando darme un pellizcón para hacerme callar para no revelar más de un dato.
Finalmente, solo me queda felicitar y animar al autor por el esfuerzo personal para sacar adelante esta publicación que contribuye a enriquecer el extraordinario patrimonio cultural asociado a nuestras señas de identidad. Muchas gracias”.
Toma la palabra el autor de la obra El Heredamiento de Aguas del Valle de Los Nueve, Pelayo Suárez Alejandro: “Buenas noches. Después de la intervención de los que me acompañan en la mesa, realmente poco más tendría que decir. Y es que es muy importante en actos como este, el rodearse de buenos amigos que hablen de ti, porque por mor de la amistad siempre suelen ser benevolentes, generosos y hasta indulgentes que es lo ha ocurrido con sus referencias, pero como a pesar de todo hay que ser agradecido les estoy muy reconocido por lo que han manifestado y permítanme también brevemente exteriorizarles: A Lucana compañera y amiga de clases durante muchos años, compañera de fatigas que como bien dijo aquellos años de lucha desde 1976-1977, hasta que nos instalamos en Las Remudas donde afortunadamente llegamos a celebrar el 25 aniversario de su fundación en un acto que se celebró en la Casa de La Cultura, hoy Teatro Juan Ramón Jiménez, fueron años de lucha e ilusión. Lucana creó la biblioteca que está para la historia, comunicándose con todos los escritores importantes del mundo consiguió los autógrafos de Premios Nobel y la Biblioteca del Instituto, que he dio muchas veces, debería llevar el nombre de Lucana Falcón. Le tengo que agradecer la gentileza que ha tenido de presentar este acto y de lo que ha dicho sobre mí, tengo que decir que se ha pasado bastante, pero a pesar de ello, siempre mi afecto y mi agradecimiento por estar aquí esta noche.
De Ismael, tendría mucho que decir referente a su apoyo y consideración que ha tenido conmigo, con una paciencia digna del mismo Job, para hacer que este libro vea la luz. Él con su ingente e inestimable colaboración durante mucho tiempo me ha allanado el camino para llegar aquí esta noche con la garantía de su sapiencia, Yo diría que además de Licenciado en historia tiene madera de psicólogo, que me ha valido de mucho. Solamente te puedo decir por enésima vez. Gracias amigo.
También manifestar mi agradecimiento al Presidente de la Heredad, don Juan Manuel Rodríguez López su presencia y por su sensibilidad mostrada desde que le presente este proyecto para que se llevara a cabo esta publicación. Él me facilito el camino para poder investigar en los valiosísimos legajos que se custodia en los archivos de la Heredad. Gracias por tu atención, amabilidad que siempre me has mostrado. Gracias a Sebastián Sánchez Suárez, el ranchero, porque en justicia es una enciclopedia abierta respecto a todo lo referente de la heredad, por su inestimable colaboración e información facilitándome datos de la Heredad que yo obviamente ignoraba. Gracias al vicepresidente don Miguel florido, por su preocupación su predisposición en todo momento para informarme de cualquier dato que le demandase. Y a todos ustedes que se han dignado estar aquí esta noche. Por último en el capítulo de agradecimientos, permítanme que me dirija a mis compañeros y sin embargo amigos de la coral, Tipayla, con su directora musical Fátima Naranjo, porque a pesar de tener otras obligaciones, realmente un viernes es un día muy difícil, se han ofrecido para estar aquí esta noche con toda generosidad. Ya verán lo bien que cantan, y yo también claro. Muchas gracias a todos.
Se presenta el libro como bien ha dicho Juan Ismael y ya me queda poco que decir, él sabe tanto o más que yo del libro. Han transcurrido más de 500 años desde la creación del Heredamiento de aguas del Valle de Los Nueve. Esta noche hace exactamente 513 años y dos meses menos dos días que se creó este Heredamiento, porque fue el día 16 de septiembre de 1501. Antes hubo dos actas de firma, el 12 y el 14 por eso es el día 16 en que se creó realmente este Heredamiento. Ello ha dado lugar en este tiempo de cinco siglos a la creación de una historia que va unida a toda el área de influencia de esta Heredad y que ha contribuido de una manera determinante al modo de desarrollo y supervivencia de éstas áreas agrícolas.
Con esta publicación se ha pretendido dar a conocer de una manera aproximada la historia del devenir de esta Heredad, En sus páginas el lector podrá conocer gran parte de las vicisitudes que conllevó su transcurrir, como he intentado describir en las mismas. Espero que su lectura sirva en gran parte para dar a conocer un rico patrimonio que se ha ido formando a través de los siglos como referente indisoluble, y que a su vez se ha ido trasmitiendo de generación en generación en diferentes formas de comunicación.
En el devenir de esta heredad se han creado caminos adelante, los cuales han quedado a su vez enraizados en el nacimiento y discurrir del agua, semejante a las innumerables acequias que adornan y encauzan el líquido elemento, protagonista indiscutible de su existencia. En otro tiempo gracias a la Heredad, se llegó a crear en su ámbito entorno un ubérrimo paisaje, que fuera admiración de propios y extraños.
El Heredamiento de Aguas del Valle de Los Nueve, como testimonio permanente, ha contribuido a lo largo del tiempo al protagonismo agrícola, económico y social de esta zona y otros lugares del municipio de Telde, constituyendo una institución de histórico arraigo, así como elemento aglutinador cultural, y principal fuente, tanto de riqueza como de pervivencia. Ha generado a lo largo de los siglos un patrimonio etnográfico tangible e intangible, que queda como testimonio de un pasado ciertamente floreciente, y que sería bueno documentarlo con la realización de proyectos rurales sostenibles u otros recursos que sirvan como elementos inventaríales, por ejemplo, la creación de un aula de interpretación.
En el desarrollo de sus capítulos en este libro se describen su transcurrir histórico desde su nacimiento hasta nuestros días. Además se ha Intentado que su lectura de consulta sea lo más factible para que sea entendido en la sencilla forma de su elaboración. En el mismo se puede observar, con parámetros definidos y diferenciados, como la gestión de las diferentes juntas de la Heredad a lo largo de los años, han trabajado denodadamente para conseguir siempre su avance y desarrollo. Encargando sucesivos proyectos de prospecciones para aumentar su caudal de agua, con todos los problemas que ello acarrearon. Y así mismo velar por sus intereses, empleando el trabajo necesario para ello, resolviendo procesos que venían a dar la razón a los fundamentos esgrimidos en beneficio de esta centenaria Institución. Y así, atesora una larga relación de documentos de finales del siglo XIX, que demuestra el interés mostrado por los gestores de entonces, para conseguir una buena administración y legalización adaptada a los nuevos tiempos según diferentes leyes que se reseñan en la obra.
Ya lo decía el historiador ateniense Tucídides, que la historia es un incesante volver a empezar, que ésta no es una ciencia exacta por lo que constantemente se está revitalizando y completando merced al empeño que los investigadores ponen en el rigor de sus indagaciones.
Realmente en la historia, casi nunca es del todo definitiva una investigación, y que además en este caso es la primera vez que se realiza, por lo que posiblemente se habrá quedado en el camino algún ramal que no se ha sellado completamente, y parangonando el discurrir del agua, estos resquicios han quedado brotando en espera de que en otra ocasión sea subsanada o completada. Pero si que podemos decir que en el espíritu de estas páginas que hoy tengo la suerte de hacer fluir, si que refleja gran parte de su trayectoria básica, y que la ha conducido hasta nuestros días.
Esta Heredad, como ya se ha dicho, es una entidad que siempre ha estado perfectamente ligada a la vida socio-económica de los barrios y pueblos de su influencia, los cuales se han beneficiado de su existencia, y además ha sido elemento aglutinador de voluntades, con sus avenencias y desavenencias que indefectiblemente conlleva una Institución de tanta importancia, por su necesaria existencia vital y de supervivencia.
La historia de este Heredamiento de Aguas del Valle de los Nueve, ha dejado todo su testimonio recopilado desde su constitución. Pero hoy continúa su trayectoria vital, atendiendo y resolviendo situaciones que muchas veces han sido comunes en el tiempo, por lo que después de 513 años de existencia, sigue siendo un referente dinámico, que continúa colaborando como elemento socio-cultural y económico que ha contribuido al desarrollo de toda su amplia zona de influencia del municipio de Telde.
“que en su existencia vital, todo lo que recuerda está vinculado al agua, a sus sueños, a su memoria y a su trabajo”. O también según la máxima que dice “tengamos agua y lo tendremos todo”.
Y ahí siguen abiertas todas sus expectativas, para seguir haciendo historia.
A todos aquellos que a través del tiempo han contribuido al mantenimiento y desarrollo de nuestra cultura e identidad mediante su labor desarrollada al pie del agua y de la tierra, esencia de nuestra existencia.
Finalizada la intervención de Pelayo Suárez al que felicitamos por tan densa y necesaria obra como la que acabamos de conocer, fue proyectado un video reportaje del paisaje natural y humano que rodea la historia de la distribución de las aguas en el Valle de Los Nueve por acequias, estanques, riegos, cercados, el paisaje donde los manantiales vierten sus aguas laderas y barranco abajo, el esfuerzo del agricultor por aprovechar ese oro líquido de la mejor manera para fruto y sustento de su vida.
Posteriormente interviene la coral Tipayla bajo la dirección de la profesora Fátima Naranjo Marrero interpreta cinco temas de su repertorio músico vocal que fueron presentadas por el componente de la coral, Máximo Riol Cimas: Chiapanecas, canción ranchera. Boga, boga marinero. El tornado, vals chilote. Árbol sonrisa, de E. Daniel y Sombra del Nublo, de Néstor Álamo.
Con esta presentación de la obra El Heredamiento de Aguas del Valle de Los Nueve, en la que su autor Pelayo Suárez Alejandro firma y dedica a los interesados en adquirir el conocimiento sobre esta famosa Heredad teldense y su historia, y con la actuación de la coral Tipayla se pone colofón a estas IV Jornadas de la Cultura del Agua en Canarias, que durante esta semana de noviembre se han venido desarrollando en el Molino del Conde, sede del Círculo Cultural de Telde.
Agradeciendo a todas las colaboraciones personales y entidades que han hecho posible estas Jornadas, Casa Museo León y Castillo, Asociación Cultural El Bloque, Círculo Cultural de Telde, a las empresas colaboradoras y al periódico digital Teldeactualidad.com por permitirnos llevarles y publicar puntualmente las colaboraciones gráficas y literarias de todos los actos programados. En especial mi agradecimiento a Juan Ismael Santana Ramírez y Fernando Ojeda Pérez, que han sido los verdaderos promotores para que estos actos se hicieran realidad. Enhorabuena a todos y muchas gracias.
Jesús Ruiz Mesa es colaborador cultural de TELDEACTUALIDAD.
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