Statistiche web
El tiempo - Tutiempo.net
695 692 764

Lunes, 22 de Septiembre de 2025

Actualizada Lunes, 22 de Septiembre de 2025 a las 12:46:45 horas

Calle Misericordia (Foto de Luis A. López Sosa) Calle Misericordia (Foto de Luis A. López Sosa)

Marpequeña se rinde a la 'misericordia'

Una calle del barrio teldense recuerda esta virtud teologal

ainhoa1 Jueves, 28 de Mayo de 2015 Tiempo de lectura:

En esta fresca mañana, nos hemos ido al barrio de Marpequeña donde buscamos la calle Misericordia, encontrando su inicio en la calle Acoidan, desde donde con orientación Poniente-Naciente y tras recorrer unos 180 metros, va a finalizar a un fondo de saco o lugar sin salida, una vez pasada la calle Rey Ayose.

 

Tiene paralela por el Sur la calle Alcalde Manuel Álvarez Cabrera y por el Norte linda con la calle San Agustín.

 

Esta nominación aparece por primera vez en el Censo Municipal de Habitantes y Edificios referido al 31 de diciembre de 1970, si bien, su adopción pudo ser unos meses antes, durante los trabajos preliminares de confección de mentado censo.

 

En cualquier caso, desde entonces ha pasado a formar parte del Callejero Municipal del distrito 5º, sección 2ª.

 

Las edificaciones que nos encontramos en este lugar tienen una tipología variada, propia de la evolución urbanística iniciada en los años 50 hasta llegar a nuestros días.

 

Sinopsis de la nominación:

Misericordia es la disposición a compadecerse de los trabajos y miserias ajenas. Se manifiesta en amabilidad, asistencia al necesitado, especialmente de perdón y reconciliación.

 

Es más que un sentido de simpatía, es una práctica. En el cristianismo, es uno de los principales atributos divinos.

 

La misericordia es también un sentimiento de pena o compasión por los que sufren, que impulsa a ayudarles o aliviarles; en determinadas ocasiones, es la virtud que impulsa a ser benévolo en el juicio o castigo.

 

Es una forma especial del amor, mediante la cual alguien se preocupa por el prójimo y se entrega a él sin que medie ningún interés propio.

 

En latín: misere (miseria, necesidad); cor, cordis (corazón) e ia, hacia los demás. Tener un corazón solidario con aquéllos que tienen necesidad.

 

No hay que confundir la misericordia con la lástima. « Lástima es un sentimiento menos vehemente y más pasajero que compasión. Así es que de la palabra lástima no se deriva un adjetivo aplicable al que la siente, sino al objeto que la provoca, y lo contrario sucede con la palabra compasión, de que se deriva compasivo. Son lastimeros o lastimosos los infortunios, las enfermedades, el hambre y la persecución. Son compasivas las personas en quienes estos males producen lástima.» «La lástima se aplica con más propiedad a la sensación que nos causa el mal que se ofrece a nuestros sentidos; y la compasión al efecto que causa en el ánimo la reflexión del mal: porque aquella no explica por sí sola más que la sensación de la pena, o el disgusto que causa el mal ajeno; pero la compasión añade a esta idea la de una cierta inclinación del ánimo hacia la persona desgraciada, cuyo mal se desearía evitar.

 

No nos mueve a compasión la suerte de un asesino condenado a muerte, pero nos da lástima el verle padecer en el suplicio. Nos da lástima el ver morir a un irracional; nos da compasión el triste estado de una pobre viuda. La compasión supone siempre un sentimiento verdadero. La lástima se emplea algunas veces para representar un sentimiento tan ligero, que apenas merece el nombre de tal; como: Es una lástima que no haga buen tiempo».

 

La palabra hebrea ra•jamím y la griega é•le•os (verbo, e•le•é•ō) suelen traducirse “misericordia”. Un examen de estos términos y de su uso ayuda a resaltar todos sus matices y significado. El verbo hebreo ra•jám se define como “sentir o irradiar afecto entrañable; [...] ser compasivo”.1 Según el lexicógrafo Gesenius, “la idea principal parece radicar tanto en el hecho de tener cariño y tratar con dulzura como en el sentimiento de tierna emoción”. 2 El término está estrechamente relacionado con la palabra para “matriz”; se puede referir también a las “entrañas”, las cuales se ven afectadas cuando se siente de manera afectuosa y tierna la compasión o piedad. (Compárese con Isa 63:15, 16; Jer 31:20).

 

Tradicionalmente, la religión cristiana ha enseñado la necesidad de, imitando la misericordia divina, llevar a cabo esta actitud en forma de obras, tanto espirituales como corporales.

 

Los fariseos mostraron una actitud inmisericorde hacia otros, por lo que Jesús los reprendió, diciendo: “Vayan, pues, y aprendan lo que esto significa: ‘Quiero misericordia, y no sacrificio’”. (Mt 9:10-13; 12:1-7; compárese con Os 6:6.) Él colocó la misericordia entre los asuntos de más peso de la Ley. (Mt 23:23.) Como se observa, aunque tal misericordia podía abarcar clemencia judicial, como la que los fariseos pudieran tener la oportunidad de mostrar, tal vez por ser miembros del Sanedrín, su aplicación no se limitaba a ese contexto. Se refería primordialmente a la manifestación activa de piedad o compasión, a obras de misericordia (Compárese con Dt 15:7-11.).

 

Esta misericordia se podía expresar por medio de una contribución material. Pero para que Dios la considere de valor, debe haber un buen motivo, no ser simplemente un ‘altruismo interesado’. Las dádivas materiales estaban entre las “dádivas de misericordia características de Dorcas (Hch 9:36, 39), y probablemente también entre las de Cornelio, dádivas que junto con sus oraciones resultaron en que Dios le oyera favorablemente. (Hch 10:2, 4, 31.) Jesús dijo que el error de los fariseos radicaba en no dar “como dádivas de misericordia las cosas que están dentro”. (Lu 11:41.) Por lo tanto, la verdadera misericordia debe brotar del corazón.

 

Jesús y sus discípulos se destacaron especialmente por las dádivas espirituales, de mucho más valor que las materiales, que misericordiosamente ofrecieron.

 

Toponimia del lugar:

Marpequeña es una toponimia que data de finales del siglo XV, época en la que se inicia el ciclo agrícola del cultivo de la caña de azúcar en nuestro municipio y que toca su fin en el último tercio del siglo XVI.

 

La toponimia Marpequeña designa un lugar en la costa de Telde y que se corresponde con un puerto en el continente africano con ese mismo nombre. Entre estos dos puntos se producía el tráfico de esclavos africanos (1505) que eran utilizados para trabajar la caña de azúcar, ya fuera en los cultivos o en los ingenios, en otros casos para la venta en el mercado peninsular.

 

En nuestro municipio se construyen varios ingenios de moler caña de azúcar por Alonso Rodríguez de Palencia o Palenzuela, quien  en los inicios del siglo XVI vende éstos a Cristóbal García del Castillo, Alonso de Matos y Gonzalo de Jaraquemada, los cuales estaban situados en San José de Las Longueras, San Juan y Los Llanos, respectivamente.

 

El hacendado Cristóbal García del Castillo y posteriormente su hijo Hernán, fueron de aquellos que disponían de flota propia para la exportación de los productos derivados de la explotación de la caña de azúcar. Lo que nos hace pensar que fuera también de los que aprovechando las embarcaciones de las que eran propietarios, realizaran el comercio de esclavos, que por aquel entonces contaba con la licencia de las autoridades civiles y la bendición de las eclesiásticas, todo en nombre de la Corona de Castilla y para gloria de Dios Nuestro Señor, como se solía pregonar por aquel entonces para justificar la infamia.

 

Todo el sector estaba ocupado de extensas plantaciones de tomateros, los cuales llegaban  por la parte  Norte hasta Bocabarranco, por el Sur lindaban con el Barranco de Hoya del Pozo, al Naciente se encontraba la antigua Carretera al Sur (hoy Autovía GC-1) y por el Naciente lindaban con el Camino del Conde, que consistía en una pista de tierra que recorría todo el litoral marítimo de Norte a Sur, y que separaba estos cultivos del acantilado o de las playas.

 

Fue a principios de la década de 1.960 cuando en el entorno de aquellos cultivos, los aparceros empiezan a adquirir sus parcelas en las cuales, mediante el sistema de autoconstrucción, van levantando sus viviendas. Surgen esporádicas parcelaciones, sin la dotación de los servicios mínimos de infraestructuras y con unas alineaciones más que dudosas. La estampa típica de estos lugares eran calles sin asfaltar y sin aceras, no existía el alumbrado público y las edificaciones en su mayoría carecían de revestimiento y menos aún de pintura,  tanto en sus fachada como en las medianerías.

 

Estas circunstancias se ven motivadas por la necesidad de que los aparceros residan cerca de las explotaciones agrícolas, abandonando el sistema de habitar en cuarterías o cuando no en chozas de piedra y madera. Esta población, procedente en su mayoría de la zona norte de la isla, va conformando un asentamiento que da origen a lo que hoy es el barrio en el que nos encontramos. Estos mismos casos se dieron en otros barrios como Montañeta del Calero, Casas Nuevas, Ojos de Garza o Las Huesas, todos ellos al margen de la Carretea General que iba al Sur de la isla.

 

El día 13 de enero de 1975, vivimos en el barrio de Marpequeña, una manifestación vecinal contra la inauguración de la obra de desdoblamiento de la Autovía GC-1, que por aquel tiempo eran dos carriles en cada sentido y para cuyo acto vino el entonces Ministro de Obras Públicas Excmo. Sr. Don Manuel González y Roldán, obra en la que no se contemplaba un paso peatonal a desnivel.

 

Esta Autovía se había cobrado ya la vida de varios vecinos del municipio y concretamente en este barrio, lo que propició que el personal de los almacenes de tomates de Don Marcelo Báez, mayoritariamente mujeres, se manifestaran interrumpiendo el paso de la comitiva oficial, a pesar de la presencia policial, circunstancias que provocaron la intervención brutal de la Guardia Civil y la propia Policía Armada, repartiendo sendas invitaciones al orden por ellos establecido. Estábamos en plena época de la dictadura franquista y estas manifestaciones eran inconcebibles. Hoy, en la Plaza del barrio existe una placa conmemorativa de tal fecha.

 

Efemérides:

Hace ahora mismo 491 años, concretamente el 28 de mayo de 1524, el pregonero de la villa del Real de Las Palmas difunde un bando del inquisidor Martín Ximénez recordando su rango y autoridad que estaban avalados por el Emperador Carlos I de España y V de Alemania. Este pregón fue leído en las plazas del Pilar Nuevo, San Francisco y en las calles de Alcantarilla, Herrería y del Mar. Después de tener conocimiento el pueblo de la proclama, los ciudadanos y sus dirigentes juraron acatamiento a la autoridad que representaba Martín Ximénez, quien a la par era un personaje muy odiado en Gran Canaria por la instrucción de tres célebres procesos, cuyas pruebas eran de dudable credibilidad.

 

Un día tal como hoy, hace algo más de medio siglo, concretamente 54 años, el 28 de mayo de 1961, el periódico británico London Observer publica un llamamiento del abogado Peter Benenson, denominado "Appeal for Amnesty 1961", con la publicación de un artículo titulado "The Forgotten Prisoners" ("Los presos olvidados"). El encarcelamiento de dos estudiantes portugueses de Coimbra, que habían levantado sus vasos de vino para brindar por la libertad, en pleno régimen dictatorial de Antonio de Oliveira Salazar, llevó a Benenson a escribir este artículo, en lo que será el origen de la ONG Amnistía Internacional, que trabajará para lograr tres objetivos básicos: obtener un juicio rápido y justo para todo prisionero, acabar con la tortura y las ejecuciones sumariales y lograr la liberación de todos los prisioneros por creencias personales.

 

Tal vez cuando el individuo se propone ser misericordioso en su vida, cuando trata de aliviar de alguna forma las cargas o penurias que padecen sus semejantes, sobre todo aquellos menos pudientes o más necesitados, en su entrega es fácil que le confundan con alguien caritativo y esto sucede cuando la entrega que hace es de algo material y no sentimental, aunque lo haga desinteresadamente, ya que de lo contrario no sería ni misericordioso ni tampoco caritativo.

 

Es una forma de actuar con simpatía, es la expresión del amor mediante la compasión, tratando de compartir la carga ajena para aliviar el sufrimiento del necesitado, pero actuando siempre de forma desinteresada.

        

Aunque es fácil, por no poderse leer el alma del actuante, si lo que expresa es compasión o lástima ante una situación de necesidad. El individuo compasivo se acerca más al misericordioso que aquel que siente lástima, dado que éste último sentimiento es más fugaz y suele ser una consecuencia provocada en el individuo y no un sentimiento como es la compasión o la misericordia.

        

El misericordioso reconforta con sentimientos, con apoyo espiritual, con consejos y acompañamiento al necesitado, mientras que el compasivo, aun siendo un lindo sentimiento, hace suya la causa ajena y se entrega incluso en lo material.

        

Cuando esta forma de actuar, pensar y sentir se lleva a la práctica diariamente sin pensar siquiera en lo que estás haciendo, convierte al individuo en alguien misericordioso, aunque en esta sociedad de hoy en día se vea como alguien raro, por no seguir las conductas inhumanas de la insolidaridad.

        

Por otro lado, pienso que sentir lastima de un semejante, es menos altruista que ser compasivo y menos provechoso aún que ser misericordioso, ya que, éste siente satisfacción en la entrega instintivamente, sin meditación alguna.

        

El pasaje que recoge la mayor expresión de misericordia puede estar en el que reza: “Tanto y tanto amó Dios al hombre, que le entregó a su propio Hijo”.

 

Guardamos en nuestra gena la parte positiva de lo relatado en esta crónica y nos la echamos a la espalda,  emprendiendo una nueva caminata con rumbo al Norte, nos dirigimos a la Urbanización la Estrella, donde visitaremos la calle Mister Blisse, a fin de saber algo más del lugar de su ubicación y sobre este personaje de principios del siglo XX, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Mientras tanto cuídense.

 

Sansofé.

Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.44

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Quizás también te interese...

Publicidad

X
Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.