Aunque el estío es muy interesante, no renunciamos a nuestro paseo de hoy, nos hemos ido a la Urbanización Lomo de la Herradura, donde buscamos la calle Miguel Caderín Liria (Kimbo).
Entramos por la zona próxima a “la Palma Retoña” y al llegar a la calle Cura Gordillo, nos encontramos con el inicio de la calle que visitamos y desde allí, con orientación Sur-Norte, para tras recorrer unos 280 metros, aproximadamente, ir a finalizar a la calle Nicolás Copérnico.
Tiene paralela por el Naciente la calle Colombia y por el Poniente la calle Bolivia. Esta nominación, fue aprobada en sesión plenaria del día 17 de marzo de 1992 y desde entonces forma parte del Callejero del distrito 3º, sección 19ª del Censo Municipal de Habitantes y Edificios.
Sinopsis de la nominación
Miguel Calderín Liria, nació en la ciudad de Telde, el día 2 de agosto de 1936, en el seno de una humilde familia compuesta por Antonio Calderín Alemán y María Dolores Liria Cordero.
Fue en plena contienda de la Guerra Civil Española, durante la cual y en la posterior posguerra, muchas familias, entre las que se encontraba la de él, pasaron grandes necesidades, hambre y miseria debido a las restricciones de las que fue objeto el estado español por parte de las naciones europeas, al instaurarse la dictadura militar del General Francisco Franco Bahamonde.
Era Miguel Ángel el menor de cinco hermanos, viviendo junto a su abuela en una casa en alquiler de la calle El Roque, del barrio de Los Llanos.
Tras enviudar su madre, ésta se tuvo que dedicar a la profesión de lavandera, recogiendo ropa por las casas para ir a lavarlas al barranco o a la acequia y sacar unas perrillas para que junto a las otras pocas que obtenían sus hijos poder subsistir con aquellas cartillas de racionamiento.
De niño fue muy reacio al estudio pasando por las escuelas de Don Nicolás Espino, Don Cesáreo Suárez y Don Antonio Mejías, hasta que llegada la edad de doce años empezó a trabajar como aguador y haciendo mandados, o trabajando en alguna finca en la agricultura. En esta época empieza a prepararse en clases nocturnas con Don Juan Ramos Collado en un edificio que luego sería el Colegio Lábor.
El gusanillo del boxeo no dejaba de rondar por su cabeza y solía asistir a los entrenamientos del gimnasio montado en el edificio de la C.O.N.S. en la calle Juan Diego de la Fuente, por Antonio Betancor Montesdeoca “Kid Moreno” y más tarde Don Domingo Artiles “Montaña”, pero en el edificio de la Sociedad del Telde, donde conoce a Quico Monzón quien sería en adelante su preparador.
Ya de joven se dedicó a trabajar en empresas de empaquetado de tomates, de lavacoches y labores de mecánica, luego en la CINSA, jardinero del Hospital Militar.
En la vida deportiva ha sido el mejor boxeador de la historia de este deporte en nuestra ciudad, mejor estilista de boxeo en Canarias. Durante su carrera deportiva llevó a cabo más de 100 combates y fue Campeón de España de Boxeo en los años 1957-1958 y 1959.
Tras abandonar el deporte solicitó en el Ayuntamiento una licencia de taxis, la cual le fue concedida, siendo a partir de ahí su profesión.
El día 29 de marzo de 1968, en la Iglesia de San Gregorio, contrajo matrimonio con Josefa Benítez Morales, de la cual siempre confesó estar enamorado.
Miguel Ángel Calderín Liria, destacó por sus dotes personales, el respeto a sus semejantes y la cordialidad en el trato, ganándose la consideración de todos cuantos le tratamos. En lo deportivo destacó por su estilismo, belleza en la ejecución y nobleza en la entrega.
Toponimia del barrio
La toponimia “La Herradura”, es el nombre con el que se conoció la finca existente en el valle que se forma en el margen norte de la Carretera GC-41 (Telde a Valsequillo) y el Lomo Sordo, la cual tenía una cuasi perfecta forma semicircular a modo de herradura.
Fue un pequeño valle con un barranquillo en su parte más baja, proyección de la vaguada de la parte alta, a cuyos márgenes se cultivaban hermosas cadenas de alfalfa, millo, papas y hortalizas. Junto a las paredes de piedra seca que sostenía el terreno, aparecían frondosos frutales, generalmente aguacateros, higueras, algarrobos o naranjos. En medio de todo este vergel y como colocadas a capricho, se dibujaban pequeñas colonias de palmeras canariensis, que le daban un toque especial al paisaje, en medio de estos cultivos, en su mayoría hortícolas.
Tenía, como ahora, dos entradas este sector, una era junto al Matadero Municipal y la otra en el lugar denominado “la Palma Retoña” –frente a la ermita de San José- en la parte alta de las laderas que formaban el valle era fácil ver una estampa peculiar, un pastor con su el ganado caprino y ovino pastando. Era algún miembro de las familias de los Casimiro o los Munguia, residentes en el entorno de El Viso o el Valle de los Reyes, en la falda Norte de Montaña Las Palmas.
Al llegar la primera mitad de la década de 1960 y tras desaparecer el mercado europeo para los productos agrícolas canarios, toda la agricultura se reciente y desaparece casi en su totalidad, quedando una gran parte de ella destinada al consumo del mercado interno y otra bien definida para el consumo familiar.
En esta época se inician grandes proyectos de urbanización de terrenos que se dejan de cultivar, cambiando la orografía del municipio que hasta entonces era eminentemente agrícola por otra bien distinta de carácter residencial, comercial e industrial.
Este sector fue adquirido en su mayoría por una mujer de origen holandés, Doña Nellie Lewis Superstein, a quien tuvimos el gusto de conocer y con la que tratamos en más de una ocasión.
La Sra. Lewis, como se le conocía generalmente, urbanizó el lugar e inició la construcción de edificios para su venta, a la vez que vendía solares a nuevos propietarios que posteriormente fueron edificando el barrio que hoy conocemos, mediante el procedimiento de la autoconstrucción.
Nellie reflejaba en su cara la bondad de su corazón, era una persona muy pacífica para la cual nunca habían problemas y que ayudó a muchas personas a que pudieran adquirir sus solares pagándoselos a plazos e incluso prestándoles maquinaria de su empresa constructora.
Su repentino fallecimiento conmovió a los vecinos del lugar, donde contaba con muchas familias que le profesaban verdadero amor, no se entendía como podía morir así alguien tan necesario para la confraternización vecinal. La gran sorpresa fue cuando en su testamento condonó todas las deudas que pudieran haber pendiente de cobro por su parte y dejó un sentido mensaje dirigido a “sus niños”, los numerosos hijos de todos los que fueron conformando el barrio. Fue un ejemplo de cómo tiene que ser una gran persona.
Efemérides
Hace ahora mismo 535 años, es decir el 3 de mayo de 1480, a primeras horas de la mañana, mientras se oficiaba una misa en la Ermita de San Antonio Abad, de Las Palmas de Gran Canaria, entra en el templo Juan Rejón, espada en mano y seguido por un nutrido grupo de seguidores y entrega al alcalde Esteban Pérez de Cabitos, un Pergamino Real, mediante el cual se le declaraba inocente de los cargos formulados contra él por Pedro Fernández de Algaba y el Dean Juan de Bermúdez, quienes le había mandado encadenado a la Corte de Castilla. En dicho documento le reponía en su anterior cargo de general de la conquista, con lo cual mandó detener a sus anteriores acusadores y bajo la acusación de “amotinados y sediciosos”, son juzgados. Pedro Fernández de Algaba es decapitado y al Dean Bermudez le salva su condición religiosa, pero es condena al destierro de por vida.
Un día tal como hoy, hace ahora mismo 47 años, es decir el 3 de mayo de l968, en la plaza de la Sorbona (París, Francia), se reúne un grupo de estudiantes para escuchar las comparecencias de Cohn-Bendit y sus compañeros. A las cuatro de la tarde la Universidad estará rodeada por la policía que detendrá, en contra de lo pactado, a varios estudiantes. Esto originará numerosas manifestaciones espontáneas. Ha comenzado el "Mayo del 68", estas protestas se producirán durante los meses de mayo y junio de 1968. Si bien, fue iniciada por grupos estudiantiles de izquierda contrarios a la sociedad de consumo, a los que posteriormente se unieron grupos de obreros industriales, los sindicatos y el Partido Comunista Francés. Como resultado, tuvo lugar la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia, y posiblemente de Europa occidental, secundada por más de nueve millones de trabajadores. Estuvo vinculado con el movimiento hippie que se extendía entonces.
Observando nuestro municipio desde a zona de medianías hacia la costa y, mirando a un punto inconcreto, después de ir repasando cada uno de los detalles que conforman el paisaje, se nos ocurre pensar que nuestra actualidad de hoy, está formada no solo por la evolución natural de ese paisaje, sino también por todas y cada una de las aportaciones de ese cúmulo de personas que han vivido en alguna etapa de nuestras vidas, así como, de los acontecimientos que han marcado de una forma trascendental la misma.
Desde niño conocimos a Miguel Calderín Liria y le vimos entrenar en la trasera del patio del entonces Colegio Labor, bajo la dirección de Don Pedro Monzón Amador “Quico Monzón”, una gran persona al que tuve mucho aprecio siempre. Allí tomamos alguna afición al boxeo y también con la chiquillería de entonces aprendimos a sacar las manos y a cubrirnos cuando hacía falta, a movernos para crear vacíos a los golpes del atacante y otras tantas argucias.
Allí conocimos a Kimbo, sin tomar conciencia, por aquel entonces, de la figura en la que se convertiría para el deporte teldense, canario y nacional. Nos parecía imposible que una persona con tan buen carácter, alegre y dicharachero, pudiera ser un boxeador, aunque más tarde comprendimos que basaba su ejercicio en el estilismo, menos agresivo que cualquier otro fajador.
Incluimos una foto que se hiciera en la Sala de Plenos del Ayuntamiento de Telde, siendo alcalde Don Sebastián Álvarez Cabrera, cuando se proclamó por primera vez Campeón de España y vino a brindar su título a la ciudad en la persona del edil municipal. Foto en la que comprobamos el paso del tiempo, casi todos los que en ella figuran ya han muerto, muchos de ellos compañeros de trabajo en mis inicios como empleado municipal, e incluso reconozco en la misma a mi padre que fue una gran aficionado al deporte del boxeo y gran amigo de Pedro Monzón Amador.
Con el paso del tiempo, llegamos a tratar a Miguel Calderín Liria, desde mi puesto de trabajo y el en su calidad de taxista y siempre nos profesamos mutuamente un gran respeto y sincera consideración.
Una etapa crucial en nuestra vida fue la fiebre que provocó aquel “Mayo del 68”, no solo en Europa si no en gran parte del planeta, se rompían las leyes sociales caducas, se intentaba de un lado socializar los servicios de la Administración, otros hablaban de comunismo, se rompió aquella sociedad excesivamente patriarcal y todos los estilos fueron cambiando a un ritmo muy acelerado, de tal forma que algunos escandalizaban incluso a los mayores, tanto en la vestimenta de la gente joven como en el trato de ambos sexos, hasta entonces prohibitivo.
Todo este cambio ideológico y muchos más, corrieron en las diferentes sociedades de los distintos países y las dictaduras fueron cayendo de a poco, para ir dejando paso a los estados democráticos, unos más conservadores que otros y otros más honestos que algunos. No es fácil ser demócrata, previamente hay que ser honesto entender cuáles son los derechos que se tienen desde el campo de las obligaciones que nos conducen.
Cambio la sociedad en todo su contexto y cada día surgían costumbres y nuevas modas que te obligaban estar al día, para no quedarte caduco o anclado el pasado reciente sin posibilidades de disfrutar un futuro inmediato, me cogió con 18 años y fui de los inconformistas o como algunos nos calificaba a los jóvenes de “rojillos”, “gamberros” o “locos”. Fuimos la pesadilla de una sociedad arcaica conservadora de más de tres décadas de silencios orquestados desde el sistema dictatorial en consonancia con la propia Iglesia.
Fue un período de tiempo que marcó nuestras vidas y el cambio social, tuvimos todo tipo de reyertas con la policía y corrimos riesgos en muchas ocasiones, pero mereció la pena, fue interesante y todos estábamos remando en una misma dirección hacia la libertad de expresión, contra el maltrato policial, contra la pena de muerte y en pos de la democracia que se practicaba en gran parte de Europa. Si tuviera que volver atrás, lo volvería a repetir de igual manera, no lo cambiaría por nada y como dice el refrán, ahora…”que me quiten lo bailado”.
Dejamos aquí nuestro paseo de hoy, guardamos en la gena todo aquello que de positivo hayamos podido tratar en esta crónica y, emprendemos una nueva caminata, esta vez con rumbo de Naciente, nos vamos al barrio de Casas Nuevas, donde visitaremos la calle Miguel de Servet, para conocer algo más del lugar de su emplazamiento y sobre la vida y obra de este médico y teólogo español del siglo XVI, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Mientras tanto cuídense.
Sansofé.
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