Paseamos hoy por el barrio de El Ejido, donde vamos en busca de la calle Matías Montero, encontrando su inicio en un fondo de saco que se asoma al Barranco de Los Ríos desde donde parte con orientación Norte-Sur, y tras atravesar las calles Diego Sopranis y General Prim, después de recorrer unos 320 metros, aproximadamente, va a desembocar a la calle La Rocha. Por su lado del Naciente linda con la calle García Escamez y por el Poniente lo hace con la calle Pedro García Cabrera.
Esta nominación aparece por primera vez en documentos censales referidos al 31 de diciembre de 1955, si bien, su adopción pudo ser con anterioridad, no pudiéndose determinar con exactitud la fecha de la misma al carecerse de documentos que así lo acrediten.
Es una zona ésta, que forma parte de la expansión del Casco Urbano de San Gregorio, la cual se da inicialmente a finales del siglo XIX, encontrando en la misma todo tipo de edificaciones, que por su tipología arquitectónica, define la evolución constructiva en el tiempo.
Sinopsis de la nominación
Matías Montero nació en la ciudad de Telde en los inicios de la primera década del siglo XX, realizando sus primeros estudios en nuestra localidad. Estando a punto de iniciar los estudios de Derecho, se afilia a la Falange tradicionalista fundada por José Antonio Primero de Rivera, en la cual militó activamente.
Una vez estalló la Guerra Civil Española, fue reclutado y enviado al frente a la Península, donde al poco tiempo muere en contienda, aunque siempre se cuentan historietas de todo tipo y su muerte se atribuye a una patrulla del bando republicano que le ejecutó junto a otros compañeros de forma poco ética, si es que el ocasionar la muerte a un semejante tiene algún tipo de ética, cosa que dudamos.
Desgraciadamente no tenemos más información sobre la persona de Matías Montero, a quien le tocó vivir una convulsiva época en nuestra sociedad.
Lo cierto es que fueron muchos los jóvenes que por motivo de la Guerra Civil Española, vieron sus vidas truncadas, unos por perder la vida y otros por el desequilibrio social que se les vino encima.
Luego vino el largo y penoso periodo de la posguerra, en el que la falta de artículos de primera necesidad, ya fueran alimenticios o sanitarios, unidos a la ruinosa situación económica y/o la falta de puestos de trabajo, hicieron más precaria la vida de aquellos que no quedaron en las trincheras o en el presidio.
Toponimia del lugar
Ejido es una palabra que viene el latín exitum y que define la tierra no cautiva y de uso público, la cual generalmente era de propiedad del Estado.
En nuestro caso, se denomina El Ejido, a la zona del extrarradio del casco urbano de la población, remanente de los terrenos de cultivo, improductiva, la cual era usada por los vecinos en colectividad, generalmente para la tenencia de animales o depósito de enseres. Era la zona que separaba precisamente las últimas edificaciones del Casco Urbano, del inicio de la zona del Valle de los Nueve, donde la frondosidad de los cultivos marcaban pautas y la tipificación era totalmente rural.
Durante varios siglos, el uso comunitario de las tierras de El Ejido, fue normal y corriente, pero a finales del siglo XIX surgen discordias entre los usuarios por pretensiones de la propiedad y el litigio hubo de ser resuelto por el Alcalde con la concesión de hijuelas de parcelas equitativas entre los diferentes usuarios, estableciéndose así el acceso a la propiedad privada que llega a nuestros días.
Esta zona de El Ejido, por su proximidad, fue tomando poco a poco el carácter de expansión del Casco Urbano en su lado del Poniente, hasta que llegada la década de los 50 del pasado siglo, nos encontramos ya con un barrio totalmente conformado y que en pocas décadas más tarde llega a contar con Plaza Pública e Iglesia bajo la advocación del San Pedro y la Virgen del Carmen, edificadas sobre terrenos donados por el benefactor Don José López Suárez.
Hoy El Ejido, es un barrio que aunque no tiene una identidad arquitectónica definida, sí que encuentra en la diversidad de estilos el reflejo de una cronología en el paso del tiempo. Es un barrio peculiar, con todos los servicios públicos necesarios y con la dotación de otros tantos de carácter social, constituyéndose en uno de las comunidades vecinales que conforman actualmente nuestra Ciudad, de las más cercanas al Casco Urbano de la población.
Efemérides:
Ocurrió un día tal como hoy, hace ahora mismo 229 años, es decir el 12 de marzo de 1786, llega a Gran Canaria el militar Don Miguel de la Grúa Talamanca de Carini y Branciforte, primer marqués de Branciforte, quien venía con la misión de proteger la pesca de ballenas en las costas meridionales de la Isla, para cuya industria se había constituido una sociedad hacia casi un año por la Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas. Ese día se trasladó hasta Arguineguín, donde pudo embarcar y contemplar cómo los pescadores canarios intentaban la captura de catorce ballenas que habían sido avistadas, provistos exclusivamente de arpones y cuerdas que llevaban en sus barcas.
Un día tal como hoy, hace ahora mismo 68 años, es decir el 12 de marzo de 1947, en EE.UU el presidente de Harry S. Truman articula un discurso ante el Congreso en el que hace la siguiente afirmación: "Creo que la política de los EE.UU. debe de ser la de apoyar a los pueblos libres que están resistiendo intentos de agresión de minorías armadas o presión exterior". Esta primera expresión importante de la política norteamericana de "contención" al comunismo durante la guerra fría, pasará a ser conocido como la "Doctrina Truman". Estos "regímenes totalitarios" representaban una amenaza a la paz internacional y la seguridad nacional de los Estados Unidos, siendo estas directrices de ferviente tendencia anticomunista dado el contexto en el que se hallaban, ocasionalmente hasta el punto de un fanatismo persecutorio de cualquier movimiento en el marco de izquierda política.
Una vez más podemos comprobar lo aberrante del comportamiento humano, que nunca mejor dicho se deshumaniza, cuando entre sus prácticas habituales esgrime vergonzantes comportamientos de intolerancia, de prepotencia, de ignorancia o tozudez, que para el caso da lo mismo, es decir cuando no es capaz de ver más allá de sus propias narices o no deja de mirarse el ombligo en el quehacer social.
Son comportamientos que históricamente cuando se ejercen con el razonamiento de las armas y el poder de la fuerza, hiere o mata el intelecto de otros que son mansos, dialogantes, tolerantes y/o humanistas, los cuales incomprensiblemente terminan siendo las víctimas de los primeros, quienes además creen fanáticamente estar haciendo lo correcto, hasta el punto de llegar a acabar con la vida de un semejante, semejante en cuanto a la raza animal se refiere, pero no al comportamiento o ideología.
Claro está, la ejecución o realización de estos humillantes comportamientos siempre las llevan a cabo un atajo de mandados, más ignorantes que quienes les da las órdenes, quienes dicho sea de paso no tienen la entereza de afrontar las responsabilidades dimanantes y se mantienen en el anonimato, tras un biombo, en un recinto a oscuras, tratando de salvaguardar su propia cobardía o de ocultar la falta de convicciones que justifiquen los medios empleados con tal de lograr lo fines pretendidos.
Son los casos que concurrieron en la muerte de Matías Montero y de otros tantos españoles que murieron a manos de sus propios compatriotas, tal vez de un vecino o de un pariente, sin que uno ni el otro lo supieran en algunos casos, es decir que estas acciones son el mero resultado de la ignorancia por la ignorancia o la madre de las sinrazones. De vergüenza total y absoluta, ya que, aberraciones, torturas y asesinatos se cometieron por parte de esos lacayos pertenecientes a ambos bandos. Nadie es inocente, nadie es víctima, ni la propia muerte en sí.
La pregunta crucial en estos casos podría ser… ¿Quién carajo es dueño o se cree en el derecho de quitar la vida a otro ser humano?... Mi padre Luis López López fue enrolado a la fuerza y tuvo que ir al frente del Ebro y luego al de Madrid, fue allí cuando estuvo a punto de ser fusilado, ya que, desde que embarcó desde Gran Canaria se propuso no disparar a nadie, dado que, nadie le había hecho nada a él, a su tierra ni a su gente. Escapó de la ejecución por tener buena letra y ser tomado por un Capitán como asistente en su despacho.
Siempre se jactó de ello, como anteriormente lo hizo su padre, mi abuelo Domingo López Ramírez, en la Guerra de Cuba, quien fue tomado como asistente por el Capitán Médico Don Ramón. Cuatro décadas más tarde viendo unas fotos me señaló a esa bella persona Don Ramón el Médico, al que él le debía la vida por evitar su ejecución, la sorpresa fue mía al reconocer que el doctor era Don Santiago Ramón y Cajal. Cuando le hablé sobre los logros de Ramón y Cajal en la medicina, el abuelo me dijo con las lágrimas en los ojos…”Yo sabía que era buena gente”.
Dejamos las conclusiones prendidas del aíre marino, guardamos en nuestra gena lo positivo de todo lo tratado y nos dirigimos por nuevos senderos hacia otro lugar, nos vamos hacia el Naciente, concretamente al Casco Urbano, al objeto de visitar la calle Matías Zurita, con el fin de conocer algo más del sector y sobre la vida este otro teldense, pero bueno…eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Cuídense mientras tanto.
Sansofé.
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