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Calle Marqués del Muni  (Foto Luis A. López Sosa) Calle Marqués del Muni (Foto Luis A. López Sosa)

El Marqués del Muni, con 'plaza nobiliaria' en San Antonio

Una calle del barrio homenajea a Fernando León y Castillo, poseedor del título

cojeda Jueves, 19 de Febrero de 2015 Tiempo de lectura:

Paseamos hoy por el barrio de San Antonio, donde vamos en busca de la calle Marqués del Muni, encontrando su inicio en la calle Azorín, que es el nombre que recibe uno de los primeros tramos de la antigua carretera a La Pardilla, desde donde con orientación Poniente-Naciente y, tras recorrer unos 540 metros, aproximadamente, va a finalizar confluyendo con la calle Raimundo Lulio, ya en los inicios del barrio de San Isidro.
 
Por el Sur tiene paralela la calle Alto de los Leones, mientras que por el Norte lo hace con la calle “Platero y yo” y la calle “Antonio Benítez Macario”.
 
Esta nominación aparece por primera vez en los documentos censales referidos al 31 de diciembre de 1965 y, desde entonces ha pasado a formar parte del Callejero del distrito 5º, sección 1ª del Censo Municipal de Habitantes y Edificios.
 
No obstante, no disponemos de documentación fehaciente en la que basarnos para poder determinar con exactitud la fecha de su nominación, pero que fue una costumbre por aquella época de dar a las diversas carreteras generales que unían el Casco Urbano con los barrios periféricos, una nominación de calle diferente al paso por cada uno de ellos.
 
Sinopsis de la nominación 
El Marquesado del Muni es un título nobiliario español creado el 19 de octubre de 1900, durante la minoría de edad del Rey Alfonso XIII, por su madre, la reina Regente María Cristina de Habsburgo Lorena a favor de Fernando de León y Castillo, Embajador de España en Francia, Senador del Reino, Diputado a Cortes, Ministro de la Gobernación y de Ultramar etc.
 
Su denominación hace referencia a Río Muni, territorio continental de la actual República de Guinea Ecuatorial, que fue hasta 1968 parte integrante de España.
 
Esta familia oriunda de Gran Canaria siempre ha estado vinculada con las Islas, y muy especialmente con la localidad de Telde en Gran Canaria, donde actualmente existe un museo dedicado a la familia León y Castillo, la Casa-Museo León y Castillo que se ubica en la casa natal de Fernando de León y Castillo.
 
Es importante destacar que un antepasado de los "León y Castillo", concretamente Cristóbal del Castillo, trajo de Flandes, en el siglo XVI un valioso tríptico flamenco que cedió a la Basílica de San Juan Bautista de Telde, donde permaneció hasta que fue recuperado por sus descendientes "León y Castillo", siendo la IV marquesa del Muni, María del Pino de León y Castillo y Manrique de Lara, lo cedió definitivamente a la Basílica de San Juan Bautista donde se encuentra actualmente.
 
Fernando León y Castillo, Marqués del Muni, nació en Telde, (Gran Canaria), el día 30 de noviembre de 1842 y falleció en Biarritz (Francia), el día 12 de marzo de 1918. Abogado, político y diplomático español. Ministro de Ultramar durante el reinado de Alfonso XII y ministro de Gobernación durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena. Fue uno de los responsables de la intervención española en el Norte de África, que tan amargo colofón llegarían a tener.
 
Estudió Derecho en Madrid y colaboró en publicaciones liberales en los últimos años del reinado de Isabel II. Tras la Revolución de 1868 fue nombrado gobernador civil de Granada y Valencia. Fue elegido diputado a Cortes por Gran Canaria, en 1871, y más tarde senador, en 1874 accedió a la Subsecretaría de Ultramar.
 
Tras la Restauración y con Sagasta como presidente del Gobierno, fue ministro de Ultramar entre el 8 de febrero de 1881 y el 9 de enero de 1883. Promovió diversas obras de construcción en Gran Canaria, como el Puerto de La Luz en Las Palmas de Gran Canaria, capital de su isla natal. Con su apoyo administrativo se construyeron el Faro de Maspalomas y el Lazareto de Gando, ambas obras de su hermano Juan, ingeniero.
 
También se crearon los correos interinsulares, conocidos como correillos, pequeños barcos de vapor que comunicaban entre sí las diferentes Islas Canarias. El 10 de octubre de 1886, León y Castillo se hizo cargo del Ministerio de Gobernación pero sólo durante un año, pasando en noviembre de 1887 a ser embajador en Francia (puesto que ocupó con intermitencia hasta el fin de su vida).
 
En reconocimiento a su trayectoria política, María Cristina de Habsburgo-Lorena, Reina Regente de España, le concedió en 1900 el título de Marqués del Muni.
 
León y Castillo prosiguió con su labor política redactando, en torno al año 1902, el borrador de lo que vendría a ser un nuevo tratado franco-español que ampliaba los dominios españoles en Marruecos, incluyendo el área de Fez. Sin embargo, las dilaciones liberales y el escepticismo de Maura retrasaron la firma de este acuerdo hasta 1912, con resultados mucho más modestos.
 
Participó en la Conferencia de Algeciras (1906) y defendió la política neutral española durante la Primera Guerra Mundial. En 1910 fue designado Caballero de la Orden del Toisón de Oro. Murió en la localidad francesa de Biarritz en 1918. Diez años más tarde, sus restos fueron trasladados a su isla natal de Gran Canaria, siendo enterrados en el mausoleo que se le erigió en el interior de la Catedral de Las Palmas de Gran Canaria.
 
Toponimia del barrio 
El día 29 de Abril de 1483, finaliza la conquista de la isla y se incorpora a la Corona de Castilla, a raíz de ello, el gobernador Pedro de Vera ordena a sus capitanes Ordoño Bermúdez y Pedro de Santi Esteban, el establecimiento a orillas del Barranco Real de Telde (un caudaloso río por aquel entonces) y la realización de fortificación y edificaciones, para evitar así, nuevos focos de resistencia aborigen, hechos que nos hablan de los origen de la fundación de nuestra Ciudad.
 
Con el paso del tiempo destacan de tres importantes núcleos de población San Juan, Santa María la Antigua (hoy San Francisco) y Llanos de Palenzuela o Jaraquemada (hoy San Gregorio).
 
Estos núcleos se consolidaron y fueron creciendo y su entorno, se mantuvo hasta aproximadamente el año 1850 gran parte de la población, hasta que se produce la dispersión de la misma con motivo del cambio de los cultivos y las epidemias que asolan a la población aglomerada en las inmediaciones del Casco Urbano, por aquel entonces carente de medidas sanitarias, propiciando que aparezcan nuevos núcleos, entre los cuales, se cuenta con El Tabaibal y La Taborda, zonas que al expandirse hacia el Poniente hace que surja el hoy barrio de San Antonio, ubicado al Naciente del barrio de San Juan.
 
Fue una zona de muy buenas tierras de cultivo, que facilitó el establecimiento de familias de agricultores y ganaderos en minifundio, característica que se observa en casi todas las familias que conformaron la dispersión. Estas circunstancias llegaron hasta mediados del último tercio del siglo XX, donde recordamos ver cultivos de plataneras, de millo, de papas y otros tantos productos agrícolas. Cuando andábamos por los caminos serpenteantes entre las fincas y respirábamos el aroma de los azahares, se nos alegraba la vista con las flores de pascua y las cañaveras que crecían a orillas de las acequias. Era un ambiente tan puro y sano como la propia naturaleza.
 
Efemérides
Un día tal como hoy, hace ahora mismo 466 años, es decir el 19 de febrero de 1549, en Valladolid, el rey Carlos I, crea el Archivo General de Simancas mediante Cédula Real de esa fecha. Con anterioridad, en el último tercio del siglo XV, en plenas luchas de bandos nobiliarios, una de estas poderosas familias, los Almirantes de Castilla, construyeron un castillo en la histórica villa de Simancas, cercana a Valladolid. Los Reyes Católicos, consecuentes con su política de control de la nobleza, exigieron a los Enríquez la entrega de la fortaleza, que de esta forma pasó a manos de la corona. Es Carlos V quien, sofocado el movimiento comunero, afianzado el poder real y desarrollado el aparato administrativo de la monarquía, ordena, el 16 de septiembre de 1540, guardar en uno de los cubos o torres, acondicionados para ello, un importante conjunto de documentos. Pero la acción del emperador no pasó de recoger en el naciente archivo un pequeño conjunto de documentos dispersos por la Corona de Castilla.
 
Hace ahora mismo 177 años, es decir el 19 de febrero de 1838, nace en Las Palmas de Gran Canaria Nicolás Estévanez Murphy, en el seno de una familia burguesa que tenía su residencia habitual en la isla de Tenerife. Su padre, Francisco de Paula Estévanez, era un militar progresista de origen malagueño y su madre, Isabel Murphy y Meade, procedía de una familia de comerciantes de origen irlandés. Desde niño se trasladó con su familia al barrio lagunero de Santa María de Gracia (Tenerife), en donde transcurriría su infancia, quien fuera un poeta, militar y político español. Muy joven, en 1852, ingresó en la Academia de Infantería de Toledo y luego participó en la guerra de África de 1859-60 donde sirvió con distinción por lo que le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando.
 
A la sombra de los árboles de la Plaza de San Juan y mirando de frente la escultura erigida al Excmo. Sr. Don Fernando de León y Castillo, pienso plácidamente en la temática tratada en esta crónica.
 
Pienso en la forma de ser y estar de aquellos hombres dedicados a la política de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, pienso en la gran diferencia de aquellos, para con los que ahora están inmersos en ese mundillo que, por lo general, se ha convertido en una fórmula de hacer fortuna a costa del erario público, en su mayoría.
 
Ahora a honestidad, la honradez, el patriotismo y otras tanta virtudes, son meras disculpas para entrar en el círculo, o frases empleadas en los manidos discursos en las que ya nadie cree, porque los casos de corrupción saltan en todos los lugares, la apropiación indebida de lo que pertenece al pueblo, la evasión de capitales a paraísos fiscales y los descarados tráficos de influencias, son el caldo de cultivo del actual sistema de gobierno en el país, ya sea a nivel nacional, comunitario, provincial o meramente municipal.
 
Ahora la gente cambia de chaqueta o de ideología a conveniencia de la permanencia en el lugar, sin importar los credos que le llevaron a ese mundillo y menos aún la traición de la confianza que mediante los votos populares se llevaron ahí.
 
Ahora se usa la mayoría o la suma de varias minorías, para ejercer dictatorialmente durante un período gubernamental la dictadura de la democracia, o como me gusta denominar “dictocracia” y, aquellos intérpretes alegan además hacerlo con el voto favorable del pueblo o de la mayoría de éste, aunque sus postulaciones o resoluciones vayan contra los intereses de aquellos, da lo mismo, todo vale.
 
Tanto es así, que cada vez que se denuncia o se imputa a algún político de algún delito de corrupción, en poco tiempo saltan las alarmas y cual tela de araña, el tejido político se convulsiona casi en su totalidad, todos tienen algo que ocultar o callar.
 
Hace bien poco, cierto político endiosado en la Generalitat, dijo en televisión algo referente a la rotura de la rama de un árbol y la repercusión que en cadena ello podría traer. Poco menos que si el caía, muchos le acompañarían en el apocalipsis, es decir que no está solo en la corrupción de la que se le acusa.
 
Pero más lamentable es escuchar también en el mismo medio a todo un ministro de Economía, aseverando que este caso se sabía hacía ya ocho años y nosotros, los del pueblo llano nos preguntamos que por qué carajo no se denunció entonces y se le llevó ante los tribunales, por qué ese secreto de complicidad, por el oportunismo político o por ocultar otras tantas fechorías.
 
Dados como somos a los refranes, ahora es de aplicar aquellos que rezan: “Tan culpable es el que ordeña la vaca como el que mantiene la lata” o si no “Dime de que presumes y te diré de que careces”.
 
La entereza y el éxito político obtenido tanto por León y Castillo como por Estévanez Murphy, ya hoy no se estilan y es por aquello de que no somos capaces de aprender de la historia para mejorar nuestras acciones y como el peor de los animales que somos, pensamos todo lo contrario y en la forma de hacer el mayor daño posible, sin mirar nunca los daños colaterales que se puedan desprender de nuestras acciones, cuyas consecuencias siempre las pagan los mismos, los ciudadanos de a pie, los que más abajo están en la pirámide que ellos mismos han elaborado como tejido social.
 
Damos por finalizada nuestra visita de hoy, guardamos en la gena todo lo positivo que hayamos podido tratar y, emprendemos una nueva caminata, esta vez con rumbo de Suroeste, nos vamos a la urbanización de Piletillas, donde visitaremos la calle Marte, a fin de conocer algo más sobre el lugar de su ubicación y sobre este planeta de nuestro sistema solar, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Cuídense mientras tanto.
 
Sansofé.
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