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Calle Mariucha (Foto Luis A. López Sosa) Calle Mariucha (Foto Luis A. López Sosa)

Mariucha pasea sus bondades por las calles de San Isidro

La obra de Pérez Galdós da nombre a una vía del barrio

cojeda Domingo, 15 de Febrero de 2015 Tiempo de lectura:

En esta radiante jornada, nos hemos ido al barrio de San Isidro, en el cual buscamos la calle Mariucha y, cuyo inicio lo encontramos en la calle Fortunata y Jacinta, desde donde con orientación Poniente-Naciente y, tras recorrer unos 90 metros, aproximadamente, va a finalizar en la calle Sor Simona.
 
Por su lado del Norte tiene paralela la calle Casandra, mientras que por el Sur lo hace con la calle Raimundo Lulio.
 
Esta nominación fue aprobada por el Ayuntamiento Pleno en sesión celebrada el 28 de enero de 2000 y desde entonces ha formado parte del Callejero Municipal del Distrito 5º, Sección 3ª del Censo Municipal de Habitantes y Edificios.
 
La Corporación tomó tal acuerdo en base a lo dispuesto en el Capitulo II, Artículo 7º del vigente Reglamento para la nominación de calles, plazas y lugares de dominio público.
 
Se ha observado la recomendación de analogía entre todas las nominaciones de los viales que componen esta nueva urbanización, dado que todas son referidas a títulos de las obras magistrales del grancanario por excelencia en las letras, Don Benito Pérez Galdós, un justo homenaje a su persona y vida literaria.
 
Como dijimos anteriormente, es una zona de reciente creación, hace algo más de una docena de años, es una de las zonas expansivas del suelo urbano en el barrio de San Isidro, en la cual nos encontramos edificios nuevos de tipo comunitario en su mayoría, destinados generalmente a viviendas.
 
Sinopsis de la nominación 
Mariucha es el título de una obra de teatro en cinco actos, escrita por Benito Pérez Galdós y estrenada el 16 de julio de 1903 en el Teatro Eldorado, de Barcelona.
 
La obra centra el devenir de una familia perteneciente a la más abolenga aristocracia, que por avatares de la vida, está al borde de la ruina, hasta el punto de verse abocados a vender su Palacio de Alto-Rey. La solución a tan dramática situación pasa por la boda del hijo varón, Cesáreo, con la hija de unos burgueses, muy adinerados, pero sin una gota de nobleza en su sangre. La actitud de Mariucha, la hija, es opuesta a esta situación, y se apresta a trabajar para vivir, mediante la compraventa de productos para la mujer. Esta opción consigue la feroz crítica del resto de la familia.
En el estreno, los intérpretes fueron: María Guerrero (Mariucha), Fernando Díaz de Mendoza, María Cancio, Luis Medrano, Alfredo Cirera, Sta. Villar
 
Teniendo en cuenta, que por primera vez en Madrid el 10 de noviembre de 1903 fue todo un éxito razonable, especialmente en las provincias. Sin embargo a la parte aristocrática de Madrid, no le gustó.
 
Mariucha lleva una moraleja dirigida directamente a los españoles. Como Voluntad, que predica firme voluntad y el evangelio del trabajo, como la de San Quintín, señala un nuevo camino que la aristocracia podrida puede seguir para encontrar una renovada España. En la exaltación del estoicismo (V, 4) se asemeja Realidad. El clericalismo no entra en la discusión. En cambio, es al caciquismo que Galdós ataca de paso. Los desbordamientos de jugar con audacia y optimismo, es como una trompeta llamada convocando a los jóvenes españoles de deshacerse de los grilletes de la tradición y la tiranía política, y caminar libremente, confiando en su propia fuerza, mejores impulsos de uno debe ser seguido, no importa lo que los lazos se romperá o los sentimientos de dolor en el proceso. Reconocemos aquí una doctrina favorita de Ibsen.
 
Mariucha no es tan buena como el drama que el tema merece. Los dos personajes principales sufren el peso del mensaje que llevan, y son, de hecho, más bien símbolos de caracteres o tipos, incluso. La obra posee, sin embargo, muchas características interesantes. Uno de ellos es el hecho de que el "ángel bueno" de la obra es un sacerdote. Su figura demuestra que Galdós creció en la simpatía por los representantes de la religión, si no para los fanáticos, a medida que envejecía. Otra es la protesta contra la caridad irreflexiva, que fomenta la inutilidad.
 
Toponimia del barrio
Para saber algo de la toponimia San Isidro, hemos de trasladarnos a las tres primeras décadas del siglo XIX, cuando la población de todo el Archipiélago sufre grandes e importantes epidemias tales como la fiebre amarilla, el hambre canina o el cólera morbo, las cuales alcanzan su mayor manifestación en frecuentes hambrunas que van diezmando la población.
 
Estas circunstancias provocan la dispersión de la población hacía el extrarradio del Casco Urbano, donde hasta entonces se encontraba prácticamente aglomerada, ocasionando al propio tiempo la emigración de parte de ésta a otras poblaciones del extranjero.
 
Ya en el año 1850, podemos encontrar el 50% de la población del municipio en asentamientos dispersos por toda la geografía municipal y dando lugar al origen de núcleos como El Tabaibal, Jinámar, El Valle, Caserones, Tara, etc., a los que se ha trasladado la población huyendo de la falta de medidas sanitarias que se observan en el Casco Urbano.
 
Con el paso del tiempo, en los finales de la primera década de la nueva centuria (1916), con el cultivo del tomate, las hortalizas y cereales en pleno auge, al Naciente de la primigenia zona de El Tabaibal, se consolida otro nuevo núcleo poblacional que viene en llamarse San Isidro, adoptando esta nominación por considerar la población del lugar que éste sería su Santo Patrono, al ser también el de la mayoría de agricultores que formaban la población del mismo.
 
La elección del Santo Patrono del barrio, se hizo por consenso de los vecinos reunidos al efecto, quienes dirimían entre la Sagrada Familia, el Corazón de Jesús o San Antonio, hasta que uno de los presentes abogó a la falta de lluvias y la necesidad de las mismas para sus cosechas, proponiendo a San Isidro Labrador, lo cual fue acogido favorablemente.
 
El 27 de Agosto de 1916, se bendijo la puesta de la primera piedra para la construcción de la ermita inicial y la compra de la imagen, por suscripción popular, se produce en el mes de mayo de 1918.
 
Esta zona se mantuvo hasta cerca de finales de la década de 1960, en su totalidad dedicada a las labores agrícolas, alternándose cultivos de plataneras, papas, cereales, tomateros y frutales, constituyendo parte del final de la zona de medianías, del vergel que fuera la Vega Mayor de Telde.
 
A partir de ahí, sufre también el fenómeno de la pérdida de protagonismo de los ciclos agrícolas, como en todo el municipio, quedando pequeños cultivos cuyos frutos son destinados al mercado interior.
 
El resto de aquellas hermosas fincas, se dejan de cultivar y mientras unas son urbanizadas para albergar el crecimiento demográfico del barrio, otras figuran baldías, con los surcos llenos de abrojos, las acequias sin agua y las edificaciones medio derruidas.
 
Efemérides
Hace ahora mismo 122 años, es decir el 15 de febrero de 1893, el edificio del Lazareto de Gando, recibe los últimos retroques previos a su inauguración oficial, prevista para el 21 de marzo de ese mismo año, desde hacía tiempo. No obstante, la construcción de un embarcadero y la carretera de acceso a las instalaciones demorarían históricamente su entrada en servicio. La ubicación de ese inmueble fue todo un acierto, ya que, se encontraba a catorce millas del Puerto de la Luz y además se beneficiaba de los vientos reinantes en la zona, con dirección mar a dentro, convirtiéndole en un edificio muy bien ventilado sanitariamente. Todo el entorno del inmueble al igual que los espacios libres interiores, se encontraban dotados de zonas ajardinadas que realzaban la belleza de las instalaciones.
 
Hoy se cumplen 73 años, de aquel 15 de febrero de 1942, día en el que dentro del marco de la II Guerra mundial, la teóricamente inexpugnable por sus armas defensivas, Singapur, se rinde a las fuerzas japonesas. Sus defensas dirigen proyectiles en trayectoria plana para hacer mella en la flota enemiga pero no están preparadas para defenderse de un ataque terrestre en el norte de la isla. La rendición se firma ante el general Tomoyuki Yamashita a las 18:10 horas. Las fuerzas británicas reciben así una de sus más importantes derrotas. La mayoría de los 130.000 soldados aliados capturados morirán más tarde mientras permanecen en cautividad, por unas medidas inhumanas impuestas por los japoneses, sin respeto ni consideración alguna a las condiciones del Tratado de Ginebra, en cuanto al trato a los presos se refiere.
 
Históricamente las desavenencias promovidas desde la isla vecina contra la razón de autogestión de nuestra isla, así como, de la división provincial del Archipiélago o la creación de una Universidad en Gran Canaria, ha dado vida y forma al verdadero maligno y nefasto carácter de muchos tinerfeños, que cual chicharros, muchos son peces de mala espina.
 
Fue siempre obsesiva, inútil, incomprensible y falta total de cordura la postura adoptada desde allí, desde no les importó un pimiento que el Lazareto de Gando no entrara en funcionamiento, siendo el lugar idóneo para someter a cuarentena a los viajeros venidos de América antes de incorporarse a la población de las diferentes islas, en evitación de contagios y epidemias traídas de fuera.
 
De ahí que como centro sanitario no funcionó mucho tiempo, fueron muchas las víctimas por enfermedades infectocontagiosas, fueron mucho los muertos que han guardado silencio desde entonces y los cuales esperamos de corazón, pesen sobre las almas de quienes actuaron contra la cordura e impedir hacer funcionar aquel centro sanitario.
 
Desgraciadamente, de ser creado para favorecer al ser humano en la recuperación y sanación de sus enfermedades, se vino a usar plenamente para todo lo contrario casi cuatro décadas más tarde, como campo de concentración donde los presos republicanos eran hacinados como animales, torturados e incluso fusilados en plena Guerra Civil y en los primeros años de la posguerra.
 
Hoy aquel gran complejo, con el templete central mirando al cielo, languidece cada vez más en un estado ruinoso lastimero y al caer de la tarde el murmullo del viento por entre sus calles, semeja los lamentos, los sollozos y las súplicas de espiración, de aquellos que ya no están.
 
Guardamos el alma en nuestra gena y nos la echamos a la espalda para iniciar una nueva caminata, ponemos rumbo hacia el Poniente, carretera arriba y nos dirigimos al barrio de San Antonio, donde vamos en busca de la calle Marqués del Muni, para conocer algo más sobre este lugar y sobre este ilustre personaje de nuestra historia, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Cuídense mientras tanto.
 
Sansofé.
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