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Calle de Maninidra (Foto Luis A. López Sosa) Calle de Maninidra (Foto Luis A. López Sosa)

Maninidra resiste en Las Longueras

Una calle del barrio recuerda al aborigen, hermano de Guanarteme Tenesor Semidan, que luchó contra Juan Rejón

cojeda Jueves, 04 de Diciembre de 2014 Tiempo de lectura:

Nuestro paseo de hoy lo hacemos por el barrio de San José de Las Longueras, a donde hemos ido en busca de la calle Maninidra. Su inicio lo encontramos en la Carretera GC-41 que conduce al municipio vecino de Valsequillo, pasando la rotonda donde desemboca en el nuevo Viaducto de San José, desde la cual, con orientación Norte-Sur y, tras recorrer unos 200 metros, va a confluir en la calle Bentahor.
 
Por su lado Naciente linda con la calle Tajindarte y por el Poniente lo hace con la calle Tasarte.
 
Esta nominación la encontramos por primera vez en el Censo Municipal de Habitantes y Edificios, referido al 31 de diciembre de 1955, si bien pudo ser acordada unos años antes, con motivo de los trabajos preliminares a dicho censo, no pudiéndose precisar con exactitud la misma al carecerse de documentación al respecto.
 
Desde ese entonces, forma parte del Callejero Municipal del Distrito 3º, Sección 6ª del antedicho censo municipal.
 
Sinopsis de la nominación 
Maninidra nacido aproximadamente en el año1427 y que fallece también aproximadamente en el año 1500. Fue un aborigen de la isla de Gran Canaria, denominada entonces, como Canarii o Tamarán por sus antiguos pobladores, fue, además, hermano del Guanarteme Tenesor Semidan, más tarde bautizado como Fernando Guanarteme.
 
Maninidra fue el autor intelectual y ejecutor de la destrucción de la fortaleza de Gando, construida por los conquistadores de Castilla, actual España. Nos dice también de sus méritos «... en la operación contra Pedro Chemida » aludiendo a la artimaña al vestir a cierto número de sus canarios con las armaduras de los castellanos que antes había emboscado, simulando conducir un gran ganado y cautivos canarios vestidos con tamarcos, entra en la Torre de Gando, da muerte a cincuenta castellanos, la incendia y hace prisionero a Pedro Chemida (Berthelot, S. Y Barker - Webb, P.: Etnografia y anales de la conquista de las Islas Canarias, Las Palmas de GC, 1977).
 
Más tarde fue uno de los líderes canarios que participaron en la batalla de Guiniguada, junto con el Adargoma y Doramas, en contra de los invasores españoles. Maninidra al parecer era un hombre alto y de extraordinaria fuerza, con arrojo y valentía en los enfrentamientos a las tropas de Juan Rejón.
 
No obstante, a mediados del mes de Marzo de 1481, la fortuna se alió con Alonso Fernández de Lugo, jefe del destacamento de Agaete, quien tuvo noticias de que un grupo de aborígenes pernoctaba en unas cuevas cercanas a Gáldar. Sorprendidos en pleno sueño, los isleños fueron reducidos sin apenas resistencia. Entre los apresados estaba la élite aborigen galdense: El guanarteme Thenesor Semidán y cuatro de sus guayres, además del sureño Maninidra. Al conocer este acontecimiento Pedro de Vera, acogió a los prisioneros con gran solemnidad y los envió a España con mayor premura, para evitar posibles complicaciones con los isleños sublevados.
 
Después del pacto entre Fernando Guanarteme y los Reyes Católicos, se convirtió en un aliado de los españoles y les ayudó a la conquista de las islas de La Palma y Tenerife durante el siglo XV. Ayudó a los castellanos en la Primera Batalla de Acentejo, La Batalla de Aguere, y la Segunda Batalla de Acentejo (1495), en la isla de Tenerife y murió en el siglo XVI.
 
Siguiendo un orden cronológico tenemos en primer lugar al "gayre" del cantón de Telde, perteneciente al reino de Telde que rige Bentagoyhe o Ventagoyhe, bien identificado por el profesor Juan Álvarez Delgado ("Instituciones indígenas de Gran Canaria", Anuario de Estudios Atlánticos, nº 28, 1982).
 
Nos aclara en primer lugar la diferencia entre las confundidas voces de guaire y gayre, aportándonos dos ejemplos ilustrativos: el guaire «Doramas ,... éste es "capitán de la guerra" en expresión de Abreu Galindo, que no es jefe político» y el guayre Maninidra «"jefe cantonal", una especie de jefe político, que suele ser de hecho "capitán de guerra" y "el notable de la tribu" o la demarcación».
 
Artazo es topónimo aborigen con el que se conoce el lomo y el barranco que discurre junto al mismo, situados en los altos de Gáldar, lindando al noroeste con los Llanos de Samarrita y la montaña homónima, al naciente con el Llano del Saucillo y la Hoya de Los Cardos, al sudeste con las tierras rojas del Lomo de la Almagra y al sur con Bracamonte. A su poniente queda el Roque Maninidra que cuelga sobre un andén que se asoma al Valle de Agaete.
 
La proximidad de Artazo al topónimo "Maninidra" que en la actualidad se conserva en el llamado Roque de Maninidra que se alza sobre el Valle de Agaete, nos acerca a un personaje aborigen relevante en la historia de la conquista de la isla, y la misma fuente bibliográfica nos documenta a otros propietarios en el lugar. En su escritura de vinculación de bienes de 29 de enero de 1704, los hermanos Francisco Golfos de la Puerta, licenciado, canónigo y juez subdelegado del Tribunal de la Sta. Cruzada, y, Petronila Golfos de la Puerta, viuda del capitán Francisco Espinosa Montero, dicen ser propietarios de un «Trozo de tierra de "secano" denominado "Artazo"» de 10 fanegadas y 11 celemines.
 
También nos documenta la desamortización de una propiedad que el Convento de San Bernardo, por compras del 2 de octubre de 1761 y 27 de septiembre de 1769, adjudicada por deuda de censos el 4 enero de 1724, propiedad que es subastada cuya descripción dice «Cortijo Maninidra en Artazo de pan sembrar y arrifes» de 48 fanegadas, que es adjudicado en el remate de la desamortización a Francisco Armas de Agaete el 29 de enero de 1842 por 90.150 reales de vellón. La descripción viene a confluir que el cortijo se denomina Maninidra y está en el lugar de Artazo.
 
De las pequeñas historias del personaje, nos dice de sus afines, territorio y de sus enemigos: «Bentagoyhe de Telde y a sus familiares Maninidra y Autindana, gayres de Telde y Agüimes (...) Maninidra fue el gayre de Telde, pues por tradición local recogida por Chil, residía permanentemente en Tufía (...) Porque si Doramas era sin duda del reino de Telde, no debió de vivir en ese cantón, ni en el de Agüimes, cuyos gayres eran, como se ha indicado, los hermanos o primos hermanos Maninidra y Autindana, enemigos irreconciliables de Doramas, pretendiente a la mano de una hija de Maninidra, quien la vigilaba desde sus cuevas de Tufía, cuando la puso en Gando para evitar que se entrevistara con Doramas ».
 
Del reconocimiento que le hizo Fernando Guanarteme «... por esa fecha de 1461 ya la realeza había impuesto su voluntad a veces. Y así lo indican casos como el curioso de Pedro Maninidra, designado por don Fernando Guanarteme para "capitán" o "gayren" de los sesenta parientes grancanarios llevados por él a la conquista de Tenerife, incluidos entre las listas de Viana».
 
Igualmente nos lo sitúa en los tiempos históricos «Cioranescu, en su excelente estudio del Poema de Viana, señala las fechas de muerte de varios personajes notables, como Maninidra, Autindana, Dome a Dios (la madre de Aymedeyacoran o "madre de las Harimaguadas"), que lo mismo que Fernando de Guanarteme mueren hacia 1500, con poco más de cincuenta años de edad, y siendo miembros de la familia real grancanaria, habían intervenido en la conquista de las dos islas, Tenerife y Gran Canaria. Por ello tuvieron que nacer hacia 1440, ya que en 1461 son gayres y primos hermanos de los reyes Ventagoyhe y Egonayga, firmantes del acta de posesión en las isletas. En la última fecha. Y lo mismo cabe decir de Bentagayre, su contemporáneo».
 
No está documentada por tanto su presencia por estas tierras de Gáldar, discurriendo su vida por Telde, en Tufia su lugar de residencia, y en la conquista de Tenerife, después de que Lugo regresara a Gran Canaria en el verano de 1492, donde se le unió para el nuevo asalto a Tenerife y La Palma Fernando Guanarteme y Pedro Maninidra, juntamente con otros canarios, hasta formar una armada de 900 hombres.
 
Con posterioridad al dicho Pedro Maninidra aparece documentado un indígena grancanario llamado Juan de Maninidra, o Mananidra, mencionado en una escritura de 1519, que pudiera ser descendiente del anterior; conociéndose que los enlaces marítimos con Tenerife se hacían a través de los puertos de Sardina y Las Nieves, podríamos situarlo en las proximidades de este lugar del Roque Maninidra prácticamente sobre la divisoria de Agaete y Gáldar.
 
Toponimia del lugar
La toponimia “San José de Las Longueras” tiene dos deducciones:
 
“Las Longueras”, viene de la propia conformación del suelo. Unos terrenos ubicados en el alto de una meseta y de forma longa o estrecha, delimitado por el Norte por el Barranquillo de La Herradura y por el Sur con el Barranco de Los Ríos.
 
En estos terrenos existía un ingenio de moler caña de azúcar fundado por Alonso Rodríguez de Palencia o Palenzuela, quien además fundó otros dos en la entrada a San Juan y en la zona de Picachos, al resultar el mayor beneficiario en los repartos de tierras y aguas hechos por el gobernador Pedro de Vera a finales del siglo XV, tras concluir la conquista de la isla.
 
Entre los beneficiarios con datas de tierras y agua se pueden nombrar además a Hernán García del Castillo y su hijo Cristóbal García del Castillo, Alonso de Sorita, Alonso de Matos, Francisco Carrión, Juan Inglés...
 
“San José” es el Santo bajo cuya advocación puso el licenciado Hernán García del Castillo, la ermita que allí mandó construir en el año 1553, para que todos los que trabajaban en sus tierras y en el ingenio, pudieran oír misa.
 
Este licenciado era hijo de Cristóbal García del Castillo y nieto de Hernán García del Castillo “el viejo”, quienes participaron en la conquista de la isla cincuenta años atrás, y que fueron los que adquirieron de Alonso Rodríguez de Palencia o Palenzuela tanto el ingenio como las tierras de “Las Longueras”, que por esa época era un vergel de plantaciones de caña de azúcar y todo tipo de cereales y hortalizas.
 
La ermita fue parcialmente derruida por un temporal en el siglo XVIII, permaneciendo unas 3 décadas en un lamentable estado y cerrada totalmente al culto. A finales del siglo XVIII es reconstruida por Juan del Castillo y se abre al culto hasta la segunda mitad del siglo XIX, época en la que se vuelve a cerrar e inicia un largo período de total abandono hasta la década de 1980 en que se vuelve a restaurar dotándosele de la belleza que caracterizó la arquitectura religiosa en las primeras evoluciones urbanísticas de nuestra isla.
 
Es la ermita de San José de Las Longueras, una edificación singular en la que concurren diversos matices que la convierten en una joya de la arquitectura de su época. La simpleza, la sobriedad y la limitación casi exacta para el bueno uso del servicio que presta, se conjugan en este inmueble que mirando al Poniente, escudriña la hermosura del cauce del Barranco de Los Ríos que por su lateral Sur discurre hacia el mar, llevando entre sus sedimentos el paso imparable del tiempo.
 
Efemérides 
Un día tal como hoy, hace ahora mismo 904 años, es decir el 4 de diciembre de 1110, Balduino de Bolougne, líder de la Primera Cruzada, conquista por fin la ciudad de Sidón (actual Saida, en Líbano), tras su anterior intento en agosto de 1108, cuando Balduino volvió a poner en marcha su ejército contra la población de Sidón, al contar con el apoyo de una escuadra de marinos procedentes de distintas zonas de Italia y al tomar a su servicio a los turcos de Damasco por 30.000 besantes. Pero una poderosa flota egipcia derrotó a los italianos en una batalla naval fuera del puerto, con lo que Balduino se vio obligado a levantar el sitio. Después de este fiasco, el rey Sigurd de Noruega, que comparte el trono con dos hermanos, se ofreció a ayudarle con el sitio de Sidón. Finalmente, tras muchas semanas de asedio Sidón capitula en este día.
 
Balduino de Boulogne o Balduino I de Jerusalén, falleció el día 2 de abril de 1118 y fue uno de los líderes de la Primera Cruzada que llegó a ser conde de Edesa y después el segundo monarca y el primero en usar el título de rey de Jerusalén. Era hermano del primer rey de Jerusalén, Godofredo de Bouillón. Balduino era hijo de Eustaquio II de Boulogne y de Ida de Boulogne y hermano menor de Eustaquio III de Boulogne y de Godofredo. Si bien Balduino en principio, como hijo menor, estaba destinado a una carrera eclesiástica, para hacia 1080 ya había abandonado esta idea. Según el historiador Guillermo de Tiro, que vivió avanzado el siglo XII y no conoció a Balduino: “en su juventud, Balduino recibió una buena formación en las artes liberales. Llegó a ser clérigo, según se dice, y a causa de su ilustre linaje obtuvo beneficios, comúnmente llamados prebendas, en las iglesias de Reims, Cambrai y Lieja.” Después vivió en Normandía, donde se casó con Godehilda (o Godvera), de una noble familia inglesa, pero volvió a Lorena para hacerse cargo del condado de Verdún (que antes había poseído su hermano Godofredo).
 
También sucedió un día tal como el de hoy, hace ahora mismo 438 años, es decir el 4 de diciembre de 1576, el rey católico Felipe II, dicta una Real Orden por la que autoriza el envío y venta de esclavos a América, a fin de costear la renovación del plan de fortificación de Las Palmas de Gran Canaria que contaba con algunas estructuras necesitadas de una reforma como el Castillo de La Luz, y ordena al ingeniero italiano Leonardo Torriani que viaje a la Isla para comenzar las obras de fortificación. En un principio, la muralla vendría por el barranquillo de Mata, en donde está situado el Castillo de Mata, y llegaría hasta el fortín de Santa Ana. La portada de Triana sería la puerta de comunicación con Las Isletas. De esta manera, la muralla conformaba los límites de urbanización de la ciudad todavía no muy densamente poblada, como demuestra el hecho de que la Isla contara con unos 12.000 habitantes a finales del siglo XVI. El desarrollo en la ciudad se vio interrumpido a finales del siglo XVI por un hecho bélico de gran relevancia: en 1599, Las Palmas de Gran Canaria sufre el ataque del pirata holandés Peter Van der Does, que logra tomar por unos días la ciudad, saquearla e incendiarla por lo que tuvo que ser reconstruida en gran parte.
 
Esta situación contrasta vivamente con lo acaecido años antes, en los que la ciudad logró la admiración de todo el reino al derrotar al famoso pirata inglés Drake, que ni siquiera logró penetrar en la ciudad y cuya derrota mereció la alabanza de Lope de Vega en una de sus obras “Dragontea”. En este caso, el saqueo produjo un colapso y a la vez un nuevo despertar de la ciudad capitalina, y durante los primeros años del siglo XVII, e incluso en la segunda mitad de éste, se llevó a cabo la reconstrucción del lugar. El siglo XVIII vendrá caracterizado por la influencia del reformismo borbónico y de las ideas ilustradas, que vemos reflejada en la aparición de importantes instituciones como la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Asimismo asistimos a la creación del Seminario de Canarias y la construcción del nuevo Hospital de San Martín o la realización de obras en la Santa Iglesia Catedral de Canarias.
 
Observando en este amanecer la silueta del castillo de San Cristóbal, pienso que las cosas hoy han cambiado bastante, desde aquellos tiempos que corrían en los siglos XV, XVI y XVII, en el trato vejatorio que sufrió la población canaria de manos de “los conquistadores” que vinieron desde fuera a robar lo que no les pertenecía.
 
Hoy por más que otees el horizonte no se ven velas de embarcaciones que se acerquen a la costa de nuestra isla con ningún ánimo bélico. Hoy solo podemos ver y pensar en esa silueta que a contraluz se dibuja del castillo en el amanecer.
 
Ya tal vez no tenemos que temer el desigual enfrentamiento de entonces, gente venida de fuera que vivían el arte de la guerra en plena Edad del Acero, contra una población mansa, humilde y noble que aún estaba en la Edad de Piedra. 
 
El enfrentamiento desigual de alguien con armadura, casco, ballestas, saetas, arcabuces o cañones contra un cuerpo desnudo, con solo un tamarco, su tabona y el espíritu noble de independencia y libertad de su tierra y su gente.
 
Fue todo un abuso cometido en nombre y para grandeza de la Corona de Castilla y la gloria de Dios y su Santa Madre Iglesia, porque era en su grandiosidad en nombre de quienes se cometieron toda clase de atropellos, asesinatos, violaciones y exterminio de una raza y una cultura.
  
Por si fuera poco, la vana consideración del ingeniero italiano Leonardo Torriani, de que las islas no eran de importancia para otras potencias y que, por consiguiente no se habrían de fortificar para su debida defensa, repercutió en el paso del tiempo en favorecer el pillaje y constantes ataques de los piratas holandeses, ingleses o berberiscos. 
 
Si a ello sumamos la resolución del rey “católico” Felipe II de autorizar posteriormente la venta de isleños en condición de esclavos en América, a fin de recaudar dineros para mejorar las fortificaciones en las islas, mientras en la Corte Castellana se dilapidaba el dinero que la corona cobraba mediante los impuestos a los campesinos, celebrando festejos, recepciones y bacanales de todo tipo, inmersas en escandalosas depravaciones que al mismísimo Lucifer haría sonrojar.
  
Nos extrañamos una vez más la falta de cordura y seriedad de la autoridad con la que fue investida la Santa Inquisición, a fin de controlar y amedrentar al pueblo llano, con sus autos de fe, mediante los cuales miles de inocentes dieron con sus huesos en las hogueras, cuando en realidad debieron ser espulgadas las clases nobles y la realeza, en cuyas moradas residían la corrupción y el anticristianismo. 
 
Pero finalmente aquí, allá o acá, quien lleva la razón de peso es la autoridad eclesiástica o civil, da lo mismo…será donde resida el poder de la fuerza o de las armas, que siempre aplasta la condición humana, aunque nunca consiga aplastar su espíritu ni su alma. 
 
¿Qué vergonzosas debieron resultar en la conciencia de muchos españoles, las victoriosas “conquistas” de las Islas Canarias y Latinoamérica?... Tenemos la suerte de considerarnos exclusivamente canarii.
 
Nos echamos la gena a la espalda, guardando todo lo positivo que hoy hemos podido argumentar y, encaminamos nuestros pasos hacia el Naciente, nos vamos al barrio de San Gregorio, donde visitaremos la calle Manolo Millares, a fin de conocer algo del lugar de ubicación de este vial y sobre la vida de este personaje, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Cuídense mientras tanto.
 
Sansofé.
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